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 El sadomasoquismo que estamos tratando de describir en este curso es con frecuencia llamado simplemente “S&M” (ocasionalmente también se interpreta como “esclavo” y “master”). Como su esencia es la dominación y sumisión, también se habla de “D&S”, y como los métodos más comunes son bondage y disciplina, también se le dice “B&D”. Sin embargo, sin importar como sea llamado, comprende típicamente a dos parejas quienes ha estado de acuerdo en recrear una “escena” sadomasoquista.
En tales "escenas", los sádicos dominan a los sumisos masoquistas a través de la denigración verbal, la humillación, el castigo corporal, atándolos y, posiblemente, el dolor físico. Como los masoquistas piden este tratamiento y determinan los limites, ellos están, de hecho, usando a los sádicos para sus propios propósitos sexuales. Solo diciendo la “palabra segura” que previamente establecieron, los masoquistas pueden detener las acciones sádicas en cualquier momento. Por ello, contrario a las apariencias, ellos son realmente las parejas dominantes en la relación, es la paradoja que da la "emoción" en tal encuentro. Esto también explica porque, en la prostitución, el cliente usualmente escoge el rol sumiso de masoquista. Él le paga a la prostituta para que asuma el rol de sádica, lo cual satisface sus propios deseos masoquistas. En resumen, al controlar la acción, él es realmente el dueño del encuentro. Analizando más detalladamente la psicología de la “escena”, especialmente desde la subcultura S&M, uno descubre una imagen mucho más compleja: El encuentro sadomasoquista ocurre simultáneamente en varios niveles: 1. El nivel aparentemente visible del sádica ("encima") dominando supuestamente al masoquista ("abajo"). 2. El nivel contractual con el masoquista estableciendo los limites, lo que contradice la evidencia visible. Este es el nivel de la verdadera paradoja, pues quien controla desde abajo quiere, al mismo tiempo, ser controlado desde arriba. Este último, a su vez, quiere al mismo tiempo, mientras respeta los límites impuestos, ejercitar un control ilimitado. En resumen, estamos tratando aquí una situación psicológica oscilante. 3. El nivel de ritualista. En este nivel, el que esta abajo experimenta verdadera impotencia y el que está encima, dentro de los límites mutuamente fijados, experimenta el verdadero poder. Estas experiencias pueden causar y acentuar sentimientos profundos de confianza y compañerismo, al menos en encuentros no comerciales.
Este breve bosquejo debe ser suficiente para explicar porque, en la subcultura S&M, muchos más hombres y mujeres quieren tener el rol de masoquista que el de sádico. En verdad los sádicos son muy escasos. Después de todo, la mayoría de la gente le gusta controlar y dominar, y el masoquismo sexual les ofrece una forma paradójica de hacer eso mismo. Es verdad que, ocasionalmente, las personas intercambian roles, pero la mayoría del tiempo, las preferencias sexuales de cada quien permanecen fijas. Finalmente, debería mencionarse que, para la vasta mayoría de las personas, el sadomasoquismo tiene muy poco o ningún atractivo. Algunos pueden experimentar con él, pero, después de un tiempo, lo dejan, por la falta de disposición necesaria.
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