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Como hemos visto, el comportamiento sexual humano se desarrolla en varios estados en diversas direcciones posibles. Se basa en el potencial biológico innato y se moldea por las influencias culturales que difieren de un momento o lugar a otro.
Se debe tomar en cuenta, por supuesto, que hasta las cualidades innatas nunca son iguales en dos individuos y que también existen diferencias dentro de una misma cultura: las áreas rurales y urbanas se diferencian por sus principios y oportunidades sexuales, los ricos difieren de los pobres, el viejo del joven, los instruidos de los analfabetas, los devotos de los no creyentes, y hasta las familias en el mismo ámbito social se diferencian una de la otra. Además, muchos países hoy en día están formados por varios grupos étnicos o poblaciones de inmigrantes con sus propias tradiciones, por lo que la situación se hace más compleja. En todo caso, en la medida en que las personas crecen, a ellas se les ofrece una gran cantidad de roles sexuales de los cuales seleccionan aquellos que más les convengan. La selección final que hace cada persona es el resultado de un proceso interactivo que depende de muchas circunstancias concretas, y así como estas circunstancias son diferentes para cada persona, también lo son los resultados.
Es por ello que es realmente sorprendente que el comportamiento sexual humano es muy variado, y que diferentes individuos pueden desarrollar intereses sexuales muy diferentes. De hecho, en algunos casos, estos intereses son tan especiales e inusuales que se tornan problemáticos. Por supuesto, cada sociedad tolera una cierta cantidad de variaciones sexuales y acepta como normal algún segmento del amplio espectro del comportamiento. Sin embargo, no hay una definición de normalidad sexual universalmente aceptada. Dependiendo del entorno social, variaciones diferentes en el comportamiento sexual pueden ser considerados novedosas e interesantes o incomprensibles, despreciables e indignantes. Hasta pueden ser sancionables por ley. Una vez más, el momento y el lugar pueden hacer toda la diferencia.
En el presente curso, no es posible describir todos o hasta la mayoría de las variaciones en el comportamiento sexual humano. Tampoco podemos discutir muchas de las reacciones sociales a estas variaciones del pasado y del presente. Aun así, podemos documentar una tendencia reciente: en las últimas décadas, ha habido una creciente demanda por los derechos universales, y, como resultado, muchos países se han vuelto tolerantes ante las variaciones sexuales.
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