Antecedentes Históricos 2

Variaciones en el Comportamiento Sexual

Antecedentes Históricos 2: „Parafilias“

Friedrich S. Krauss (1859 -1938) etnólogo austriaco quien creó el término “parafilia“. Coleccionó folklore erótico en los países balcánicos, editó la revista “Anthropophyteia” (1904-1913) y fue co-editor de la primera revista de sexología (Zeitschrift für Sexualwissenschaft), fundada por Magnus Hirschfeld en 1908.

Cuando la profesión médica intentó encontrar una expresión científica, es decir puramente descriptiva, moralmente neutral, para sustituir a “perversión”, “aberración”, y “desviación“, adoptó finalmente el término “parafilia” (para: al margen de, y filia: amor). Aunque, desde un punto de vista lógico, esto no es una mejoría. Una parafilia sigue siendo, por definición, un amor de segunda categoría. El término todavía asume e implica la existencia de un amor (filia) "real", "verdadero", "natural", y "correcto",  el cual tiene hermanos de menor rango al lado, detrás y debajo de él, igual como el personal paramédico está detrás o debajo de un doctor "verdadero". Científicamente hablando, esta es una suposición injustificada. Los que usan el término suponen que conocen el “verdadero” significado y propósito del comportamiento sexual, y reclaman la autoridad para corregir lo que no llega a ser lo que consideran ideal. En el mejor de los casos, son ideólogos sin saberlo.
En verdad, ninguna de las definiciones variadas de “parafilia” alcanza los estándares más básicos de objetividad. Son morales e ingenuas o excusablemente vagas o hasta tautológicas.  Por ejemplo: Algunos escritores hablan sobre “
comportamiento sexual que es atípico y extremo, otros se refieren a “excitación por objetos sexuales o situaciones las cuales pueden interferir con la capacidad de una actividad sexual afectuosa y recíproca”. Todavía otros afirman que las “parafilias son desordenes sexuales impulsivos caracterizado por conductas que son consideradas pervertidas”, o proclaman categóricamente que las “parafilias son desordenes psiquiátricos que son manifestadas como un comportamiento sexual aberrante”. Las dos últimas definiciones son tautológicas y especialmente sin sentido (“las parafilias son trastornos y por lo tanto son aberrantes”). Esto es como decir que “una relación extramarital se manifiesta en adulterio” o que “la pobreza es debido a la falta de dinero”. Dichas fórmulas vacías son inútiles en cualquier discurso científico. No explican nada y están abiertas a todo tipo de interpretación arbitraria. Sin embargo, las otras definiciones no son mucho mejores. Muchos comportamientos humanos son “atípicos” sin indicar  un trastorno psiquiátrico: escalar montañas muy altas, montar bicicleta alrededor del mundo,  entrar a un monasterio y tomar un voto de silencio, coleccionar dedales de porcelana, y muchos otros. La palabra “extremo” es un término relativo el cual cambia su significado concreto de un locutor y contexto a otro. La expresión “Actividad sexual afectuosa y recíproca” es un ideal cultural de las modernas clases medias occidentales y por ningún concepto es universal, sea histórica o geográficamente.   Por otro lado, muchas de las llamadas actividades de parafilia pueden muy bien incluir reciprocidad y afecto. En resumen, el término “parafilia” es tan ideológico y protocientífico como aquello que debía sustituir.

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