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Sea legal o ilegalmente, la prostitución existe alrededor del mundo, hecho que se hizo evidente con la llegada de la pandemia del VIH/SIDA. Uno también aprendió que hay un mayor riesgo de los clientes infectando a las prostitutas que viceversa. Sin embargo, en muchos países la prostitución se convirtió en la mayor vía de transmisión del virus. Especialmente en países en vías de desarrollo, muchas prostitutas no sabían cómo protegerse o, si sabían, no podían (falta de preservativos, incapacidad para asistir en su uso, etc.) En vista de este peligro a la salud pública, las autoridades no tuvieron otra elección que buscar la cooperación de las prostitutas, y donde fuese el caso, de los que vivían de sus ingresos. Esto, en cambio, añadió algo de sobriedad y realismo al común y bastante intenso, pero a su vez muy teórico debate de la prostitución. En Tailandia, por ejemplo, donde la prostitución es ilegal, la campaña para aumentar el uso de condones entre las prostitutas encabezó la principal ayuda de los dueños de los burdeles y por lo tanto dio muy buenos resultados. En Alemania, donde la prostitución en sí es legal, el gobierno distribuyó material de prevención del SIDA entre los trabajadores sexuales emigrantes en su propio idioma. Otros países han encontrado otras soluciones o están en el proceso de encontrarlas.
La prevención del SIDA por trabajadores sexuales emigrantes
El gobierno Alemán, en cooperación con la organización de prostitutas, distribuye gratuitamente kits y folletos de prevención del SIDA entre los trabajadores sexuales emigrantes en su propio idioma. Generalmente estas mujeres son difíciles de conseguir por su situación de residencia ilegal. Aquí se muestra un folleto en ruso y uno de los kits que contiene condones, lubricantes, toallas de limpieza y tapones.
Fuente: Centro Federal para la Educación para la Salud (BZgA).
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