En 1760, un respetado medico suizo llamado Samuel Tissot publicó un libro muy influyente titulado, “Onanismo, o un Tratado Sobre los Desordenes Producidos por la Masturbación”. El autor afirmó que la masturbación no solo era un pecado y un crimen, sino que era responsable directamente de muchas enfermedades graves, como “el consumo, deterioro de la visión, desordenes de la digestión, impotencia y la locura”. El éxito de Tissot fue espectacular. Fue ampliamente citado como la mayor autoridad en materia de masturbación, y universalmente fue proclamado como un benefactor de la humanidad. Después de unas décadas, sus puntos de vista se convirtieron en una doctrina médica oficial. Los médicos del mundo occidental empezaron a encontrar la masturbación como la raíz de casi todos los problemas físicos.
Para 1812, cuando, Benjamin Rush publicó “Investigaciones Medicas y Observaciones de las Enfermedades de la Mente”, los efectos nocivos de la of masturbación se daban por hecho en todas partes, y su número había aumentado considerablemente. De acuerdo a Rush, el "onanismo" no solo causaba locura, sino "debilidad seminal, impotencia, disuria, tabes dorsal, tisis pulmonar, dispepsia, oscurecimiento de la visión, vértigo, epilepsia, hipocondría, pérdida de la memoria, manalgia, fatuidad, y la muerte."
|