Tipos Básicos de Comportamiento Sexual

1. Auto estimulación sexual: Historia

”Locura Masturbadora”

Dispositivos Anti-masturbación 1 + 2 “Cinturones de Castidad” previniendo erecciones (el Segundo permite orinar) 3 + 4 Anillo para el pene previniendo erecciones

En el transcurso del siglo 19, más y más médicos vinculaban la masturbación con una enfermedad mental severa. Como se explicó en 1867 por Henry Maudsley, el mayor psiquiatra británico de su tiempo, la locura masturbadora estaba “caracterizada por… un sentimiento perverso extremo y la alteración correspondiente del pensamiento, en los estadios iniciales, y luego por la falta de la inteligencia, alucinaciones nocturnas y tendencias suicidas y homicidas”. En otras palabras, los masturbadores eran asesinos potenciales y locos, y parecía más prudente tenerlos en un asilo. Para empeorar las cosas, en sus etapas posteriores la enfermedad fue considerada incurable. Lo único que la ciencia médica podía hacer era concentrarse en la prevención y detección temprana de la enfermedad. A los padres se les aconsejaba que amarraran las manos de sus hijos a los lados de la cama, o que usaran guantes con espinas de hierro. Había vendajes especiales y cinturones de castidad para hacer los órganos inaccesibles. Los médicos con habilidades mecánicas inventaron ingeniosos artilugios que “protegerían” a la gente de “abusar de sí mismos”. Finalmente, si todo lo demás fallaba, se recomendaba la cirugía. El tratamiento quirúrgico más popular era la infibulación para los hombres (ej.: poner un anillo metálico a través de la piel del prepucio, para prevenir una erección) y la clitoridectomía para las mujeres (ej.: cortar el clítoris). Sin embargo, la cauterización y denervación de los órganos sexuales y hasta la castración también se consideraban necesarias en algunas oportunidades.
No hace falta decir, todos estos dispositivos mecánicos y procedimientos quirúrgicos centraban constantemente la atención en los órganos sexuales y su funcionamiento. Por lo tanto, se hizo casi imposible que los “pacientes” olvidaran su “problema” ni por un momento. No es de extrañar, entonces, que para muchos la preocupación por la masturbación se convirtió en una completa obsesión.