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Primer Coito
Es muy fácil comenzar el coito, pero, así como con todas las otras formas de relaciones sexuales, la satisfacción mutua es el resultado de la práctica y la experiencia. Los jóvenes generalmente esperan mucho demasiado rápido. La mayoría de los niños y niñas piensan, sueñan y hasta hablan de su primer coito mucho antes de que este ocurra, y sus esperanzas, temores y fantasías puede eventualmente transformar la experiencia real en algo anti-clímax. Un buen ejemplo es la gran importancia que le atribuyen a “desvirgar” una niña, es decir, la rotura de su himen. El himen puede, por supuesto, romperse por el uso de tapones, masturbación o como el resultado de algunas actividades atléticas. Sin embargo, en la mayoría de las mujeres permanece más o menos intacta hasta el momento en que se inserta un pene en la vagina. La mayoría de las adolescentes tienen ideas exageradas e irrealistas sobre lo que puede ser ese momento, y pueden, de hecho, preocuparse de ello con años de antelación. Mientras, un niño puede preocuparse pensando si su pene será lo suficientemente fuerte como para a travesar el himen, y las niña pueden preocuparse de sentir el dolor o alguna herida física. Sin embargo, ninguno de estas preocupaciones tiene alguna justificación. Los hombres no tienen que ser fuertes y bestiales porque el himen generalmente se rompe con facilidad. De hecho, el mejor acercamiento es lento y gradual. Las mujeres, por el otro lado, pueden experimentar incomodidad y un leve sangramiento, pero no deben temer de sentir un gran dolor. Solo en casos muy raros el himen es muy grueso para la penetración, en estos casos un médico puede fácilmente resolver este problema en su oficina con un simple procedimiento quirúrgico.
Diferentes formas de himen
El himen es diferente de una mujer a otra.
Puede casi en su totalidad cerrar la entrada vaginal, o puede tener varios huecos pequeños o incluso un hueco grande en él.
En tal caso, puede parecer roto cuando en la realidad está intacto.
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