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 El incesto es un crimen en la mayoría de los países, pero ya que normalmente se da a lugar en privado, no es descubierto con facilidad y juzgado. La mayoría de los casos de incesto que llegan a un juicio criminal envuelve padres y sus pequeñas hijas. En algunos casos, las niñas ni siquiera han llegado a la pubertad. Sin embargo, esto no quiere decir que el padre sea un pedófilo. (Una excepción es el caso de pedófilos que se casan con una mujer con el objetivo de estar cerca de sus hijos.) Como regla, el padre simplemente se aprovecha de un objeto sexual indefenso y de fácil acceso. Y de hecho así es como trata a sus hijos - como un objeto de su egoísta deseo. Él puede usar cumplidos, promesas, decepción, intimidación, coerción, amenazas e incluso la fuerza, y si el incesto permanece sin descubrirse, puede continuar por años.
Para la hija, la experiencia es casi siempre devastador a nivel psicológico. Le puede tomar muchas años superar su trauma, si es que lo logra superar. También puede culpar a su madre - muchas veces con una buena razón - por haber "mirado al otro lado" y haber fallado en ayudarla. En todos los casos, el incesto de padre-hija crea una situación intolerable en una familia. (El incesto Madre-hijo puede tener consecuencias menos serias, pero esto, en cualquier caso, es muy raro).
Algunas familias son, por una variedad de razones, reacios a reportar el crimen. Ellos pueden necesitar su sostén de familia, tener miedo de un inevitable escándalo , o esperan poder "resolverlo ellos mismos". De hecho, un juicio y una sentencia no son suficientes para resolver un caso así. Todos los miembros familiares, incluyendo el padre, necesitan ayuda psicológica si alguna vez van a volver a ganar un mínimo de confianza mutua. Frecuentemente, la relación se daña de forma permanente.
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