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El Amor Tomando Vuelo
Según una Antigua creencia, el éxtasis de amor puede levantar a un hombre y una mujer fuera del mundo material y dejar que sus almas vuelen hasta el cielo
Detalle del mural de Qiuci, en el oeste de China, dinastía Tang (7ª - siglo 10 d.c. )
Cortesía del Museo de Sexo de China, Tongli
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Como hemos visto, la capacidad sexual del hombre puede disminuir con los años, mientras que su capacidad para la felicidad puede continuar aumentando. Esta no es una observación nueva, pero plantea algunas preguntas interesantes que rara vez se les pide:
¿Cuál es la verdadera esencia del ser humano de la experiencia sexual? ¿Es para siempre atado a nuestra capacidad física? ¿Necesitamos la excitación y el orgasmo con el fin de encontrar satisfacción sexual? Después de todo, el amor, de hecho el amor erótico, puede seguir creciendo incluso en ausencia de cualquier respuesta sexual. El amor, una vez encontrado, no disminuye con nuestra avanzada edad. Obviamente, entonces, nuestra felicidad no depende de nuestra juventud y fuerza. Pero, ¿qué es la felicidad? ¿Es el placer sexual, no es tal vez, más que un anticipo de otras satisfacciones posibles? ¿Es el comienzo de una intimidad cada vez más profunda, de una reunión de las almas? ¿Es un punto de partida de una transformación personal, un viaje espiritual?
Muchas culturas creen eso y por lo tanto, hicieron hincapié en los aspectos espirituales, trascendentales del placer sexual. Para ellos, era un camino hacia un plano superior de conciencia. En efecto, una sensibilidad elevada puede ayudar a las mujeres y los hombres para saborear el momento, a aceptar la vida como transitoria y apreciar uno al otro - con alegría y sin reservas - como imperfectos, los seres mortales. Para algunos, compartiendo esta autoconciencia intensificada puede ser la felicidad suprema.
Por supuesto, estas creencias se encuentran fuera del ámbito de la ciencia, y por lo tanto no explorarlas aquí más. Los sexólogos han de limitarse a lo que se puede observar y medir. Deben estar contentos con exponer los hechos tal como los encuentran y pueden ofrecer sólo prosaicas "pequeñas verdades" acerca de la condición sexual humana. Ellos saben que la "gran verdad" se quedará para siempre oculta a todos nosotros.
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