El tratamiento de disfunciones sexuales - Terapia sexual
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Disfunciones “Clásicas” - El tratamiento de disfunciones sexuales masculinas
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Los problemas de tumescencia: Falta de erección: Terapia psicológica y de comportamiento
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3. Coito no exigente Sobre una semana más tarde, cuando el hombre haya superado su miedo a la deficiencia y haya comenzado a tener confianza en sus respuestas, la pareja puede proceder al coito en manera deliberada y no exigente. De nuevo, la mujer toma la iniciativa. Mientras que el hombre yace pasivo sobre su espalda, ella se sienta sobre el y lo masturba hasta que el tiene una erección. Ella desciende entonces sobre el pene erecto y lo inserta en su vagina. Después de la inserción, ella se queda quieta por algún tiempo, de modo que el hombre puede acostumbrarse a la sensación de estar dentro de ella. Dentro de unos cuantos minutos, ella empieza a moverse lentamente, así estimulando el pene y manteniendo la erección. Si la erección se pierde, ella simplemente se quita del pene y lo masturba de nuevo hasta que se endurece de nuevo. Normalmente, sin embargo, el hombre es capaz de mantener su erección mientras la mujer evite movimientos rápidos y vigorosos. Finalmente, la iniciativa se transfiere al hombre. En otras palabras, la mujer se queda en la posición sobre el parejo e inserta todavía su pene en su vagina, pero, después de un tiempo ella detiene sus movimientos suaves y permite que sea el hombre quien se mueva para adentro y para fuera dentro de ella. Ambos parejos siguen, sin embargo, bajo órdenes de no aspirar al orgasmo. Cuando uno de a pareja tiene un orgasmo, se debe considerar como una sorpresa placentera. Una vez que la pareja ha aprendido a relajarse así, normalmente se alegran de encontrar que el pene pueda quedarse erecto dentro de la vagina tanto como lo deseen. Finalmente, con su confianza fortalecida, están listos para sacar el mejor partido de cada coito y también para experimentar libremente con posiciones de coitales diferentes.
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