Archivo de Sexología


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ORGANIZACION MUNDIAL DE LA SALUD          ORGANISATION MONDIALE DE LA SANTE


1.     INTRODUCCION

         Del 6 al 12 de febrero de 1974 se celebró en Ginebra una reunión sobre instrucción y asistencia en cuestiones de sexualidad humana, con el fin de examinar la formación que a ese respecto han de recibir los profesionales de la salud. El Dr. L. Bernard, Subdirector General, que abrió la reunión en nombre del Director General, señaló que en la reunión consultiva convocada por la OMS en 1972 se había llamado la atención sobre la falta de oportunidades que tienen los profesionales de la salud para estudiar la sexualidad humana y sobre la penuria de profesores capacitados para planificar y ejecutar los programas educativos. La reunión consultiva recomendó que se hiciera un estudio de los programas, las actividades y los servicios existentes en materia de sexualidad humana y que se celebrara una serie de reuniones científicas para examinar en detalle ese sector de actividades y para facilitar el intercambio de experiencias entre los profesionales de la salud que hayan tenido éxito en sus programas de formación. La presente reunión se ha convocado para dar efecto a ambas propuestas.

Las invitaciones se han cursado a los participantes de diversos países en función de sus conocimientos y experiencia especiales en la enseñanza, la investigación o la práctica clínica en materia de sexualidad humana. Cada miembro ha preparado uno o más documentos básicos para la reunión o un estudio de las enseñanzas sobre sexualidad humana en una región determinada o una descripción de un sistema terapéutico para el tratamiento de los problemas sexuales.

Se pidió a la reunión que hiciera un examen crítico y que formulara recomendaciones acerca de los siguientes temas:

               - función de la sexología en los programas de salud, particularmente en las actividades de planificación de la familia;

               - contenido y metodología de las enseñanzas sobre sexualidad humana para profesionales de la salud;

               - identificación del tratamiento y modelos de orientación que permitan satisfacer las necesidades prioritarias en diversos contextos socioculturales
                y que puedan ser utilizados por el personal de los servicios generales de salud;

               - iniciación, organización y ejecución de programas de instrucción y asistencia en cuestiones de sexualidad humana;

               - servicios internacionales de referencia y coordinación en cuestiones de sexología.

Además de las sesiones plenarias y de los debates en pequeños grupos, ciertas sexiones se dedicaron a la demonstración y evaluación de material didáctico audiovisual (películas, cintas magnéticas y diapositivas) especialmente preparado para la enseñanza de cuestiones de sexualidad humana.



2.     LA FUNCION DE LA SEXUALIDAD EN LOS PROGRAMAS DE SALUD

2.1   Definición de salud sexual

Un conjunto creciente de conocimientos indica que los problemas de la sexualidad humana son más hondos e importantes para el bienestar y la salud de individuos de muchas culturas que lo que se había admitido anteriormente, y que la ignorancia de las cuestiones sexuales y las nociones erróneas sobre las mismas guardan estrecha relación con diversos problemas de salud y con la calidad de la vida. Sin desconocer la dificultad de llegar a una definición universalmente aceptable de la totalidad de la sexualidad humana, se presenta como un paso en esta dirección la siguiente definición de salud sexual:

Salud sexual es la integración de los elementos somáticos, emocionales, intelectuales, y sociales del ser sexual, por medios que sean
positivamente enriquecedores y que potencien la personalidad, la comunicación y el amor.

Presentan decisiva importancia desde ese punto de vista el derecho a la información sexual y el derecho al placer.

Según Mace, Bannerman y Burton, el concepto de sexualidad sana incluye tres elementos básicos:

1. La aptitud para disfrutar de la actividad sexual y reproductiva, y para regularla de conformidad con una ética personal y social.

2. La ausencia de temores, de sentimientos de vergüenza y culpabilidad, de creencias infundadas y de otros factores psicológicos que inhiban
la reacción sexual o perturben las relaciones sexuales.

3. La ausencia de trastornos orgánicos, de enfermedades y deficiencias que entorpezcan la actividad sexual y reproductiva.

Tal noción de salud sexual supone la adopción de un criterio positivo respecto de la sexualidad humana; la finalidad de la asistencia prestada in ese sector debe ser el disfrute intensificado de la vida y de las relaciones personales y no meramente el asesoramiento y la asistencia relacionados con la procreación o las enfermedades de transmisión sexual.



2.2     Necesidad de servicios básicos

Para que los servicios de salud preventivos y curativos satisfagan las necesidades de salud sexual son importantes, entre otros, los siguientes requisitos:

-información básica acerca de los aspectos biológicos y psicológicos del desarrollo sexual, la reproducción humana, la variedad
del comportamiento sexual, la disfunción sexual y la enfermedad;

               - actitudes positivas hacia la sexualidad y posibilidad de discutir objetivamente las cuestiones sexuales;

               - personal capaz de examinar con comprensión y objetividad los problemas sexuales que se le expongan y de dar la información
                y el asesoramiento adecuados;

                - formación del personal de los servicios de salud en estas cuestiones;

               - conocimientos y recursos suficientes para abordar los complejos problemas de la sexualidad.



2.3     Imperativos sociales

La medida en que esas condiciones se presentan varía en cada sociedad y depende de sus puntos de vista tradicionales y culturales sobre la sexualidad, de sus sistemas de enseñanza y de asistencia sanitaria, y de sus recursos de personal. Cada cultura, cada nación e incluso cada región tienen sus propias normas y cualquier esfuerzo para mejorar la situación local en cuanto a los problemas relacionados con la sexualidad humana debe basarse en esas normas y correr a cargo de personal local. En la mayoría de los países es necesario hacer estudios y recoger datos epidemiológicos sobre las actitudes y las prácticas sociales en relación con la sexualidad, así como evaluar los problemas sanitarios con ella relacionados, de tal manera que los programas educativos y terapéuticos correspondan a las necesidades locales.



2.4     Niveles de asistencia: educación, orientatión y tratamiento

La educación, la orientación y la terapéutica pueden condiderarse como elementos inseparables de una completa asistencia de salud sexual. En primer lugar, la provisión de educación de salud sexual a la comunidad, a los médicos y a otro personal sanitario tiene la máxima prioridad, ya que con un esfuerzo mínimo de formación cabe llegar a un número muy elevado de personas. La educación sexual ha de ser elemento básico de la medicina preventiva, pero también ha resultado eficaz en la asistencia prestada a los individuos y a las parejas con problemas sexuales. En segundo lugar, es necesario la orientación de individuos y parejas con problemas algo más complicados; esa orientación puede estar a cargo de la enfermera/partera, del médico general, del ginecólogo o de otros profesionales. Por último, es necesaria la terapéutica sexual en profundidad practicada por profesionales especializados que ven a las personas con problemas de complicación mayor. El personal de los servicios de salud y de otros servicios públicos necesita formación más especializada para hacerse cargo del asesoramiento y de la terapéutica sexuales.



2.5     Personal de salud

Es particularmente fácil que haya ocasión de facilitar información y asesoramiento sexuales en los servicios de asistencia maternoinfantil, planificación de la familia, salud mental, salud de la comunidad, aborto y esterilización, y enfermedades de transmisión sexual.Dada la multiplicidad de los problemas relacionados con el comportamiento sexual humano, es necesario que la mayoría del personal de salud de distintas categorías (enfermeras, auxiliares y médicos) pueda facilitar instrucción y asesoramiento en cuestiones sexuales. Además, tendra que desempeñar ocasionalmente funciones análogas el personal docente de los centros de enseñanza, el personal de las organizaciones juveniles, el personal de los servicios de desarrollo de la comunidad y de fomento agrícola, los técnicos de saneamiento y los inspectores de salud, los policías y el personal de las fuerzas armadas, y los miembros del personal de las instituciones de custodía y de los correccionales. En algunos países, las personas con trastornos sexuales consultan a las autoridades religiosas más a menudo que a los profesionales de la salud, lo que indica que esas autoridades han de recibir también la necesaria instrucción, sobre todo para las actividades de asesoramiento. Los informes de los programas de educación y formación para grupos especiales de la comunidad confirman el interés y la intervención de tales personas en el asesoramiento sobre problemas sexuales.



2.6    Personal y programas de planificación de la familia

El personal de planificación de la familia en particular observa que acuden a él personas con problemas sexuales que les impiden planificar su familia según desean o aplicar con eficacia los correspondientes mêtodos de planificación. Los diferentes métodos de regulación de la fecundidad producen tipos distintos de problemas sexuales y psicológicos. Es necesario, además de dar al personal de estos servicios conocimientos de sexología, enseñarle a escuchar y a comprender quejas de sus pacientes en relación con la sexualidad y a proporcionarles los servicios apropiados como respuesta.

En vista de la importancia que muchos países conceden actualmente a los programas de planificación de la familia y considerando que los cambios del comportamiento y la actitud exigidos por la planificación de la familia pueden afectar a la vida sexual, los participantes en la reunión consideraron necesario llamar la atención sobre el hecho de que los programas de planificación de la familia descuidan con mucha frecuencia los aspectos sexuales de la asistencia de salud que proporcionan, tanto en la provisión de servicios como en la formación de personal. Los primeros esfuerzos de planificación de la familia tendían a oponerse a cualquier asociación con la sexualidad a causa de la importancia que se concedía a la técnica, es decir, a la distribución y la aplicación de materiales contraceptivos. La mayoría del personal de planificación de la familia no ha sido preparado para apreciar y abordar los sentimientos y los problemas sexuales que la pareja puede tener en relación con el uso de contraceptivos o de otros métodos de regulación de la fecundidad, o con los que se plantean al separar las necesidades y el placer sexuales de la función reproductiva tradicional. Aunque la salud sexual concierne a ambos sexos, en la mayoría de los programas de salud y de planificación de la familia existentes, la atención se dirige principalmente a las mujeres.

Subsiste el hecho de que la información sobre planificación de la familia y el asesoramiento sobre la sexualidad son compañeros lógicos, y que la planificación es un contexto conveniente para introducir los programas de formación y terapéutica en sexualidad humana. No obstante, en ciertas situaciones, los programas de sexualidad pueden también organizarse fuera de este marco a causa de la regulación de la natalidad.



3.     INSTRUCCION Y ADIESTRAMIENTO EN CUESTIONES DE SEXUALIDAD HUMANA

El aumento de la demanda pública de asistencia de salud sexual y la evidencia cada vez mayor de las insuficiencias actuales de la formación teórica y práctica recibida por el personal de salud han puesto cada vez más de relieve la necesidad de la enseñanza y la formación profesional en sexualidad humana. Para satisfacer estas necesidades, las asociaciones de planificación de la familia, las sociedades mêdicas, y las agencias de orientación matrimonial han organisados programas especiales de formación para sus miembros, pero esos esfuerzos han sido a menudo actos aislados, han tropezado con la limitación de los recursos y han alcanzado sólo a un número reducido de personas. En el plano universitario, se han iniciado programas independientes y experimentales en respuesta a las peticiones de los alumnos o como consecuencia de la iniciativa de miembros del claustro interesados.

Antes de examinar las características de los programas educativos, es importante considerar las necesidades que deben satisfacer esos programas en lo que respecta al desarrollo de las actitudes, la preparación teórica y la capacidad práctica indispensables. La precedente reunión consultiva de la OMS estableció con algún detalle las definiciones oportunas, que la presente reunión ha considerado como una base sólida para la preparación de planes de formación apropiados.



3.1     Actitudes

Para comprender mejor los problemas de la sexualidad humana, es necesario que los profesionales de la salud adquieran actitudes sanas respecto de la sexualidad, el matrimonio y la contracepción. El conocimiento por parte del profesional de la salud de su propia sexualidad y el enfoque racional de sus propios problemas sexuales le ayudarán a ocuparse con más eficacia de los problemas de otras personas. Es necesario asimismo que el profesional conozca y acepte el amplio margen de variación del comportamiento sexual para que pueda transmitir esa seguridad a los clientes que buscan ayuda par lo que consideran un comportamiento anormal de ellos mismos o de sus cónyuges.

Se considera de particular importancia un cambio de actitudes en lo que respecta a la aceptación de la sexualidad como componente positivo de la salud, tanto para uno mismo como los demás. Los profesionales de salud de todas las categorías comparten las mismas creencias, mitos y supersticiones de la sociedad a la que pertenecen, y ellos mismos pueden tener problemas sexuales sin resolver. Por lo general, su formación contribuye poco a desvanecer esas actitudes, ya que suele concederse más importancia a los servicios curativos que a los preventivos; por ejemplo, los médicos están mejor preparados para combatir el dolor y le enfermedad que para establecer el placer y el bienestar sexual. Las actitudes de los profesionales de la salud pueden constituir un obstáculo importante para el desempeño eficaz de su función como educadores y orientadores en materia de sexualidad, por lo que no es sorprendente que se resistan a menudo a intervenir en esta esfera. Esta renuencia puede manifestarse en un rechazo inconsciente de la sexualidad de sus enfermos o en un enfoque mecánico e impersonal del examen y de la prescripción de los métodos contraceptivos. Dada la frecuencia con que las personas con problemas sexuales se dirigen a los profesionales de la salud en busca de orientación y consejo, las actitudes punitivas y negativas, las afirmaciones ligeras y los métodos inapropiados en relación con cuestiones sexuales pueden dañar gravemente la apreciación que el enfermo haga del valor de su propia vida sexual. Las actitudes negativas pueden ser aún más pronunciadas en ciertas sociedades en lo que respecta a la sexualidad de las personas de edad, los retresados mentales, los incapacitados físicamente, los presidiarios y ciertos grupos raciales.



3.2     Preparación teórica

Para abordar la cuestión con confianza, los profesionales de la salud deben poseer conocimientos científicos exactos respecto de los hechos de la reproducción y la sexualidad humanas, conocer los problemas sexuales de observación corriente y saber cómo afrontarlos, y no ignorar cuándo la solución de un problema excede de su capacidad y requiere los servicios de un especialista.

Hasta la fecha, los programas de formación han tendido más a impartir conocimientos que a inculcar en el personal de salud actitudes convenientes respecto de la sexualidad y a desarrollar su capacidad de comunicación en esta esfera tan personal. También ha sido común la tendencia a destacar las desviaciones o anormalidades y los principales estados patológicos; tal tendencia es visible en algunos programas de las escuelas de medicina, donde los únicos departamentos que se han ocupado de la sexualidad han sido los de medicina legal, psiquiatría y dermatovenereología. Otras instituciones han evitado el tema de la sexualidad limitando la enseñanza a la biología de la reproducción y la contracepción. Los resultados de las investigaciones recientes sobre la fisiología de la respuesta sexual, la identidad del sexo y las prácticas sexuales permiten ahora dar una información adecuada acerca del funcionamiento sexual normal y conseguir una comprensión y una aceptación mayores del comportamiento sexual en el contexto de la salud positiva. Una innovación importante a este respecto es la tentativa de expresar la sexualidad en un lenguaje neutral y científico, con el fin de evitar los matices emocionales de la limitada terminología cultural.



3.3     Capacidad práctica

Con el fin de aumentar su capacidad de asistencia a las personas que buscan ayuda en problemas relacionados con la sexualidad, es esencial que el profesional de la salud adquiera las aptidudes indispensables en el arte de comunicar y de escuchar. Debe ser capaz de usar la terminolgía apropiada sin embarazo, de afrontar el problema de su cliente, de mantener una relación interpersonal adecuada y de establecer un contacto desapasionado pero matizado de simpatía y sensibilidad.

Las aptitudes adecuadas para este tipo de actividad sólo difieren ligeramente de las que deben inculcarse durante la formación de cualquier médico, enfermera o educador. Puede señalarse, sin embargo, que la orientación general hacia tareas y técnicas específicas en la formación usual del personal de salud es menos apropiada en el caso del personal que se ocupa de problemas sexuales, donde la capacidad de escuchar y de prestar ayuda tienen mayores consecuencias en las fases iniciales. La mayor especialización y las crecientes intervenciones en este sector exigen que el personal se familiarice con diversas técnicas de asesoramiento. Hasta ahora sólo parecen existir oportunidades limitadas para la especialización exclusiva en sexología y terapéutica sexual, por lo que la base de esa especialización se ha establecido con elementos de psiquiatría, ginecología psicosomática o endocrinología.



3.4     Categorías de personal de salud que han de recibir instrucción teórica y práctica

Aunque el material de Althrough presentado en la reunión se refería en gran parte a la formación en las escuelas de medicina, los debates pusieron de manifiesto la necesidad de que la formación se extendiera a todas las categorías de personal.

Personal de los servicios básicos de salud y desarrollo de la comunidad

Son muy necesarios los programas de formación específica y perfeccionada para el personal de los servicios básicos de salud, sobre todo para ayudar a los que trabajan en planificación de la familia a reconocer y a abordar con eficacia los aspectos más personales de la sexualidad, como los relacionados con las necesidades de planificación de la familia.

La educación y la orientación básicas en cuestiones de salud no sólo corren a cargo del personal de los servicios sanitarios de base, sino del personal de los servicios de economía doméstica y de desarrollo de la comunidad, de los ingenieros sanitarios, del personal de promoción agrícola y del personal de los servicios de enfermedades transmisibles, de los promotores de la salud rural y los auxiliares de enfermería. La formación de esas categorías de personal está centrada hoy en sectores específicos de trabajo; para aumentar su eficacia como educadores y orientadores, es necesario darles una visión integrada de los diversos factores que ejercen un influjo combinado en el desarrollo, la salud y el bienestar del individuo y de la familia, lo que implica el reconocimiento de que la salud tiene un aspecto sexual y que las personas son susceptibles a los problemas y a las enfermedades sexuales.

Convendría, en consecuencia, que el personal de los servicios de la comunidad aprendiera a discutir con soltura las cuestiones sexuales y pudiera identificar los problemas más sencillos de salud sexual. A ese respecto, los principales objetivos de su formación son similares a la que ha de darse a otros profesionales de salud:

                 - actitud más confortable y positiva hacia la sexualidad, tanto en lo que a uno respecta como en lo que se refiere a los demás;

                 - mayores conocimientos para evitar la perpetuación de creencias, tabúes y mitos;

                 - capacidad para atender a los pacientes que presentan problemas sexuales y para comunicar a la comunidad información sobre la sexualidad.
                  comunidad.

Se procurará ayudar a las personas en formación a comprender su propia sexualidad y a abordar los problemas sexuales que puedan tener. El personal de salud debe estar convencido de que la sexualidad es útil y sana.

A este nivel de la formación y la asistencia de salud, son manifiestas ciertas necesidades, a saber:

                 - elaboración de orientaciones para los programas y los manuales de formación;

                 - materiales didácticos apropiados - audiovisuales y escritos;

                 - disponibilidad de material informativo simple para su distribución a la
                 comunidad;

                 - atención especial al uso de un vocabulario simple y claro;

-"educación" de las personalidades de la comunidad y del personal administrativo nacional en cuanto a la importancia
                  de la asistencia de salud sexual, con el fin de asegurar el apoyo administrativo al personal de salud;

                 - información y educación de hombres y mujeres;

                 - servicios a los que puedan ser remitidos los pacientes.

Para que el trabajador sanitario pueda actuar en este sector con cierto grado de confianza y comodidad, será esencial la seguridad del apoyo moral y material continuo.

Asistentes sociales, maestros y orientadores matrimoniales

Este personal entra en estrecho contacto con individuos de diferentes comunidades y medios y puede recibir peticiones de ayuda sobre problemas sexuales. Los informes disponibles indican que sóolo tienen acceso a formación limitada sobre sexualidad humana en algunas escuelas profesionales seleccionadas o en cursos fuera del programa organizados en algunas escuelas de medicina. En algunos casos, se organizan seminarios sobre la sexualidad para personal en periodo de adiestramiento en el servicio.

Alumnos de medicina

Los participantes de la reunión coincidieron en que las enseñanzas sobre sexualidad humana debían introducirse en la fase más temprana posible de los programas de formación para los profesionales de las ciencias de la salud y en que dichas enseñanzas debían proseguir en todas las fases subsiguientes. Lo mejor sería que los conceptos básicos presentados en las primeras fases se coordinaran con la educación sobre la vida de la familia impartida en las escuelas elemental y secundaria. En realidad, la mayoría de los informes indican que es poco, relativamente, el material presentado a los alumnos en los años preclínicos; la exposición de las cuestiones sexuales se reserva a los años clínicos dentro de cada disciplina, como psiquiatría, psicología, urología, pediatría, obstetricia y ginecología. Entre las consideraciones prácticas que han impedido la introducción de la sexualidad humana en los programas de formacién médica, una de las principales es la sobrecarga de los planes de estudio. La introducción de nuevos cursos ha tropezado también con la falta de oportunidad para que los alumnos intervengan en la planificación de los cursos de medicina y con el carácter obligatorio más que discrecional de la mayoría de los cursos.

Graduados

Como ya se ha indicado, varios programas facilitan la organización de seminarios, cursos, reuniones de sociedades de medicina, y grupos Balint para grupos de profesionales especialmente interesados que proporcionan instrucción y orientación en cuestiones sexuales. Esos programas se dirigen principalmente a los médicos que llamaríamos "de primera línea" (ginecólogos, pediatras, urólogos, médicos generales, psicólogos clínicos y psiquiatras). Dependen dichos programas de instituciones académicas y de organismos privados, como las asociaciones de planificación de la familia y las agencias de orientación matrimonial. Las pequeñas sesiones de grupo suelen ajustarse bien a la especialidad de que se trate, pero abarcan desde la orientación general hasta la formación especializada de mayor duración para formar especialistas en sexología, a falta de programas académicos oficiales.

La especialización en sexoterapia no se ha generalizado aún, por depender de la disponibilidad de profesores y clínicos experimentados, y también de que haya centros de servicios capaces de ofrecer suficiente experiencia clínica. La formación se basa en gran parte en la acumulación de suficiente experiencia clínica, y suele realizarse individualmente.



3.5     Criterios y métodos de instrucción teórica y práctica

Casi todos los programas sobre sexualidad humana organizados en las facultades médicas se dirigen sobre todo a los estudiantes de medicina, pero hasta cierto punto también llegan a los médicos que siguen estudios de perfeccionamiento y a otros profesionales de la salud. Por los informes presentados en la reunión se ve claramente que son muchos los criterios sobre la enseñanza de la sexualidad humana en las facultades de medicina y en ortas escualas de ciencias de la salud. La sexualidad humana puede enseñarse como elemento de instrucción obligatorio o electivo en un curso independiente o estar incorporada a otros cursos. Lo importante es que los organizadores del curso implanten programas acertados, tanto por el contenido del plan de estudios y el método docente como por los factores socioculturales, las necesidades del alumnado y las necesidades sanitarias de la población local.

En los casos en que la sexualidad humana es materia de enseñanza. el lugar que ésta ocupa en el plan de estudios y en la institución varía mucho. Es corriente observar que en ciertas especialidades - ginecología, psiquiatría, urología, venereología, y fisiología - cabe dedicar unas horas a temas sexuales. La sexología no suele estar coordinada entre esas disciplinas y el alcance y la calidad de las enseñanzas correspondientes dependen de los móviles y del interés de cada instructor. Es frecuente insistir en las desviaciones sexuales y en la patología sexual, más que en el desarrollo y en el comportamiento sexual normal. En los programas más avanzados, hay universidades que establecen un programa especial o un centro para las investigaciones y las enseñanzas de sexología, y en ocasiones para actividades de sexoterapia.

Hay programas interdisciplinarios preparados por grupos de personal docente universitario o por especialistas. De los programas notificados, algunos pueden considerarse como "nacionales" por la organización y el alcance de sus actividades, y otros son de carácter netamente regional o están vinculados solamente a una facultad de medicina determinada.

Entre esta deversidad de criterios y programas cabe distinguir dos elementos necesarios: una introducción a las nociones fundamentales que se dará en los años preclínicos, y los aspectos sexológicos de cada disciplina que se presentarán más a fondo y coordinadamente en los años clínicos. Los actuales programas pretenden remediar la falta de ambas cosas, pero esencialmente se trata de medidas o ensayos provisionales hasta que llegue el momento en que la sexología figure de modo sistemático y suficiente en la instrucción y la formación de los profesionales sanitarios y se condidere como un elemento más de los servicios de salud.

En cuanto a los cursos generales de sexualidad humana, su organización va desde los intensivos, que se dan diariamente durante una semana o más, a los cursos de fin de semana y los programas que abarcan unas horas semanales durante un periodo más largo. Este último sistema se utiliza sobre todo en los programas de instrucción superior y para la formación en materia de sexoterapia. Los cursos suelen ser discrecionales, sobre todo los que conducen a la especialización, pero a veces son obligatorios.

En los programas más avanzados hay una dosis considerable de experimentación e innovación metodológicas; los grupos docentes multidisciplinarios son una característica corriente. Entre los métodos que se ensayan figuran los siguientes: discusiones de grupo, grupos docentes compuestos de hombre y mujer, presentación de casos en cintas magnetoscópicas, intervención de miembros de la colectividad y cuestionarios para determinar y evaluar las actitudes y los conocimientos sexuales. El objetivo primordial de muchos programas es ayudar al alumno a adoptar una actitud eficaz, más positiva y tolerante, hacia los problemas de la sexualidad humana. Se han elegido varios métodos didácticos porque así se obliga al alumno a confrontar su propia mentalidad, su sistema de valores y lus sentimientos en lo referente a la sexualidad. Ejemplos de esos métodos son el uso de películas sexuales muy francas, seguidas de debates en pequeños grupos, entrevistas con homosexuales, representación de papeles, y otros procedimientos que requieren la participación activa del alumno. En la mayoría de los países escasean los materiales de formación adecuados en forma de películas, diapositivas, cintas magnetoscópicas, manuales e incluso libros de texto y otros materiales escritos para la enseñanza de la sexualidad humana; todo ese material ha de adaptarse a las características locales de orden sociocultural. Es evidente que escasean los profesores interesados que puedan dedicar el tiempo necesario a adquirir suficientes conocimientos teóricos y prácticos para tratar de la sexualidad humana con vistas a organizar y dirigir programas educativos en ese sector.

Por hallarse los programas educativos en diversas etapas de desarrollo y ser en gran parte experimentales, y por la general escasez de profesores y de material didáctico, sería prematuro recomendar la adopción de criterios determinados. No obstante, hubo acuerdo general respecto de los puntos siguientes:

                 - se precisa enfoque interdisciplinario para abarcar debidamente el estudio de la sexualidad en sus relaciones con la psicología,
                  la psiquiatría, la ginecología, la urología, la pediatría, la enfermería, el trabajo social y la educación sanitaria;

                 - es fundamental mejorar la actitud del alumno;

                 - hay que adiestrar a profesores que puedan formar a su vez a otros, con el fin de obtener un efecto multiplicador;

                 - hay que practicar evaluaciones para averiguar el efecto de los de los programas educativos en la práctica de los servicios clínicos y sanitarios
                  .

Se estimó que a la larga, y según sean las circunstancias locales, convendría promover el estudio de la sexualidad humana para que se desarrolle como disciplina autónoma en la instrucción y la formación de profesionales sanitarios hasta convertirse en componente reconocido de los servicios generales de salud, sobre todo de salud de la familia.



4.     SERVICIOS DE SALUD SEXUAL

4.1   Objetivos y prioridades

La meta de los programas educativos antes descritos es capacitar a los trabajadores sanitarios para que presten servicios satisfactorios de salud sexual, sea preventiva, como en el caso de las actividades educativas, o curativa, como en el caso de las actividades terapéuticas.

Según ya se ha indicado en el presente informe, la instrucción, la orientación y la terapéutica son elementos inseparables de la asistencia de salud sexual, y la educación de la colectividad tiene preferencia absoluta porque permite influir positivamente en el mayor número de personas. Es intensiva y universal la necesidad de influir positivamente en las actitudes que la población en general muestra hacia la sexualidad humana, así como en las actitudes del personal sanitario y de otra índole encargado de la educación y de la orientación en cuestiones sexuales. En muchos países y en muchas subculturas, la existencia de tabúes y mitos sexuales y de la culpa o secreto resultantes impuestos por la sociedad en problemas relacionados con el sexo, son obstáculos importantes para la educación sexual. Lo mismo cabe afirmar de algunas sociedades donde se cultiva el machismo o dominio del varón y sacrificio de la mujer; no es fácil, cuando esa actitud predomina, conseguir que se acepte la idea del goce sexual de ambos cónyuges, que parece esencial para lograr unas relaciones sexuales sanas. Los sentimientos de culpabilidad sexual provienen a veces de influencias de culturas foráneas que pueden provocar cambios radicales en el comportamiento. Otro gran obstáculo con que tropieza la educación sexual es la consideración del sexo como pecaminoso si no se utiliza para procrear; esta enseñanza está muy extendida y puede producir sentimientos de culpabilidad cuando se emplean métodos contraceptivos.

Aunque la prevención de los problemas y desajustes sexuales mediante una instrucción sexual apropiada es el objetivo preferente, los participantes en la reunión convinieron en que el sector que le sigue en importancia es el desarrollo de programas de asesoramiento y terapia encaminados a tratar los tipos más corrientes de trastornos y problemas y llegar al mayor número de personas que necesitan esa asistencia, todo ello con los modestos recursos actuales de personal y fondos. Como ya de ha indicado, es necesario a ese efecto formar personal sanitario de todas las categorías que proporcione información sobre problemas de índole sexual, déorientaciones elementales y traslade los casos más complicados al personal especializado o a ciertas instituciones.



4.2     Problemas de salud sexual

Los participantes examinaron la siguiente lista de problemas sexuales más comunes, que puede ser útil para planificar el contenido de los programas educativos y la acción de los servicios:

(a)               Problemas relacionados con la infección: no sólo enfermedades de transmisión sexual, sino problemas como la vaginitis y la cistitis,
                   que pueden provocar diversas dificultades sexuales.

(b)               Problemas relacionados con el ciclo vital: problemas sexuales que sobrevienen en relación con el embarazo, el parto, y
                   el puerperio; problemas vinculados al ciclo menstrual, etc.

(c)               Problemas relacionados con la evolución técnica: por ejemplo, uso de preservativos, contracepción hormonal o dispositivos intrauterinos, cuando
                   las hemorragias accidentales sean inquietantes.

(d)               Problemas ligados a factores socioculturales, en particular los factores jurídicos y económicos.

Los principales problemas sexuales se han clasificado por grupos de edad como sigue:

Infancia: reacciones de los educadores y de los padres a la sexualidad y la masturbación infantiles; preguntas de los niños, falta de aislamiento de los padres para su trato íntimo.

Período de latencia: curiosidad sexual, juegos sexuales.

Pubertad y adolescencia: masturbatión; experimentos sexuales con otras personas; sentimientos de soledad, de insuficiencia física y emocional.

Adultos solteros: necesidades sexuales; dificultad de hallar pareja; sentimientos de soledad y de inferioridad; asuntos amorosos sin porvenir; embarazo inesperado y exposición conciente a ese tipo de embarazo.

Parejas: problemas sexuales que dependen de la duración del matrimonio: (i) problemas de la adaptación inicial; (ii) alienación, divorcio; (iii) tentaciones y relaciones extramaritales, infidelidad, celos; (iv) problemas de la edad madura y de la vejez, diferencias cuantitativas.

Divorciadas, viudas, y viudos: problemas muy parecidos a los del adulto soltero.

Además de los problemas arriba agrupados hay algunos que afectan concretamente al varón o a la mujer y que guardan menos relación con la edad, como las enfermedades de transmisión sexual.

Aunque la mayoría de los programas terapéuticos examinados en la reunión tratan de los criterios psicoterapéuticos más específicos de las disfunciones sexuales (disfunción erótica y disfunción copulatoria), se reconoce que la solución de los problemas sexuales abarca un campo mucho mayor que incluye los aspectos ginecológico y psicosomático, la terapia de la disfunción endocrina y el uso de medicamentos en caso de infección y en otros trastornos de la salud sexual. La concideración de los factores genéticos y endocrinos es importante, tanto en relación con la intervención terapéutica como respecto del adiestramiento del personal sanitario; importa en especial, comprender mejor la sexualidad infantil.



4.3     Sexoterapia

Para exponer los diversos criterios sobre terapéutica de las disfunciones sexuales más comunes, se presentaron a la reunión documentos de trabajo que se extendían a la terapia del comportamiento, el psicoanálisis y la hipnosis, la terapia del comportamiento, el psicoanálisis y la hipnosis, la terapia de la pareja del tipo descrito por Masters y Johnson, otras modalidades de tratamiento a corto plazo basadas en la psicoterapia, y diversos métodos de terapia colectiva para parejas y sujetos disfuncionales, a menudo con un elemento educativo predominante.

La variedad de criterios terapéuticos es tan amplia, que se requeriría una reunión aparte para evaluarlos. A continuación se destacan algunos de los rasgos y de las ventajas más importantes de los distintos métodos.

(a)            Terapia somática:

-               aunque son pocas las disfunciones sexuales de origen orgánico, es esencial empezar por el reconocimiento físico y, si procede,
                practicar también un examen endocrinológico;

-               se han establecido tratamientos físicos, farmacológicos y quirúrgicos para incapacidades coitales y eróticas derivadas
                de otra disfunción, como ocurre en los siguentes casos: deficiencia hormonal durante el desarrollo; insuficiencia hormonal geriátrica;
                hermafroditismo, atresia vaginal, y otros defectos innatos de los órganos sexuales; lesión traumática o enfermedad de los órganos sexuales;
                infección del aparato genital; depresión y otros trastornos psíquicos; efectos tóxicos accidentales e iatrogénicos; e
                incapacidad derivada de trastornos de metabolismo de la autoinmunidad y de otras dolencias orgánicas.

-               en general, en casos de disfunción sexual como la dispareunia y la impotencia, se tiende exageradamente al tratamiento hormonal,
                que sólo debiera utilizarse en casos muy concretos.

(b)            Terapia del comportamiento -el criterio moderno está caracterizado por los siguientes elementos:

-               una definición cuidadosa y exacta del objetivo último del tratamiento;

-               insistencia en cambiar las actitudes más que en modificar inmediatamente la conducta, ya que puede ocurrir que ciertas
                combinaciones de actitudes bloqueen todo el proceso del funcionamiento sexual;

-               orientación flexible y racional para atender las necesidades del sujeto.

(c)            El psicoanálisis puede ser útil respecto de los siguientes extremos:

-               determinación de la importancia de los síntomas en el contexto total de la personalidad;

-               calidad del funcionamiento sexual;

-               importancia de la fantasía y de la imaginación en la sexualidad.

(d)            La hipnosis, aunque no se comprenda del todo su índole, puede ser útil para eliminar el exceso de sensibilidad y favorecer la relajación, mediante la aplicación de técnicas
                como los siguientes:

-               visualización hipnótica del acto sexual;

-               empleo sensorial de la hipnosis para inducir sensaciones positivas, verbigracia una impresión de calor en el bajo vientre que favorezca la consecusión
                del placer sexual.

(e)            El tratamiento de parejas basado en el modelo de Masters y Johnson presenta las ventajas siguientes:

-               acción concentrada en la pareja y en los aspectos patológicos de su relación;

-               terapia practicada por la pareja durante un periodo intensivo y continuo de dos semanas;

-               insistencia en que se expresen los sentimientos: el objetivo del tratamiento es no sólo aliviar los síntomas, sino
                afianzar la experiencia sexual mediante un enriquecimiento de la fantasía y de la sensibilidad y una actitud más positiva hacia
                la sexualidad.

(f)            La psicoterapia de grupo ofrece algunas ventajas, por cuanto permite intercambiar experiencias y establecer un
                ambiente más favorable al cambio de actitudes en cuestiones de orden sexual.

(g)            Otras terapias a corto plazo. En otros tipos de tratamiento se recurre a métodos muy distintos y originales,
                 que incluyen, de una parte, la psicoterapia con orientación psicodinámica y preponderancia de la verbalización de
                las emociones, y por otra parte, una serie de procedimientos destinados a aumentar la "consciencia del cuerpo " (relajación sensorial,
                masaje, vibradores, etc.).

Pese a la diversidad de las tendencias terapéuticas, se llegó a un acuerdo sobre un número considerable de puntos, a saber:

(1)           Los terapeutas consideran cada vez más la sexualidad humana desde el punto de vista de la relación; se trata a parejas,
                no a individuos. Ambos cónyuges participan en la acción terapéutica, y la mejora de la comunicación interpersonal
                se convierte en objetivo importante.

(2)           Los procedimientos terapéuticos están todavía perfeccionándose, y se ensayan diversas combinaciones y variantes.
                Se va adquiriendo experiencia en los aspectos siguientes: tipos de terapeuta y número necesario de ellos; duración e índole del tratamiento;
                tipos de actividad sexual y programación de ésta; utilidad de los medios audiovisuales, del material de autotratamiento
                y de los cuestionarios de diagnóstico para tratar más facilmente un gran número de casos. Estos experimentos
                se emprenden con modestos recursos financieros y de personal, y es probable que la investigación comparativa ayude
                e evaluar más eficazmente la utilidad de los diversos criterios terapéuticos. No hay soluciones
                de aplicación universal: el método se elegirá en función del problema que haya abordarse, de los antecedentes culturales del
                paciente y de la formación y la competencia del terapeuta.

(3)            Las experiencias sobre tratamiento proporcionan continuamente una mejor comprensión de las causas de disfunción y hacen ver
                la utilidadde la educación sexual.

(4)            En la actualidad, la mayoría de los tratamientos insisten menos en el modelo de orientación médica generalmente aplicado al diagnóstico
                y a la curación de las disfunciones sexuales.

Existen en muy diversas instituciones programas de orientación y tratamiento. Puede tratarse de grandes centros de sexología que realizan un considerable volumen de investigaciones fundamentales, o de entidades más modestas que se ocupan solamente de la orientación y de la terapia sexuales. Los programas oscilan entre los completos y variados de las instituciones que examinan a muchas personas y que aplican muy diversos criterios de orientación y terapia sexuales y de tratamiento de familias, y los programas relativamente modestos que prevén el examen de un pequeño número de parejas y de individuos. Varía también el grado de formación profesional que reciben los terapeutas encargados de los programas de orientación o tratamiento. En la formación de sexoterapeutas, los sistemas de enseñanza individualizada parecen utilizarse mucho, al igual que las discusiones de grupo sobre casos cuya evolución se ha seguido durante un periodo prolongado.



5.     CENTROS REGIONALES DE SEXOLOGIA

La modestia de los recursos dedicados a las actividades de la educación y de tratamiento en el sector de la sexualidad humana todavía seguirá oponiéndose por algún tiempo al progreso de dichas actividades. Sería de gran utilidad crear órganos regionales o nacionales encargados de las funciones siguientes:

-               asumir la dirección y la iniciativa en el establecimiento de programas de formación sexológica, planes de estudios para faculdades de medicina, etc.;

-               coordinar la formación, las investigaciones y la actividad de los servicios para evitar la redundancia de esfuerzos y para fomentar el aprovechamiento óptimo
                de los recursos;

-               actuar como centro de referencia, con servicios de biblioteca y publicaciones;

-               crear un consorcio de especialistas que permitiese prestar asistencia especializada en problemas sexuales complejos;

-               colaborar en encuestas sobre prácticas sexuales, en el estudio epidemiológico de las necesidades de la población en materia de salud sexual y
                en la organización de dichas necesidades;

-               coordinar la investigación clínica;

-               facilitar la coordinación y la comunicación internacional con otras instituciones que trabajen en el mismo sector;

-               preparar o perfeccionar localmente el material didáctico adecuado: películas, manuales, pautas, etc.;

-               promover programas de prevención de las enfermedades sexuales, en particular programas de tipo educativo dirigidos
                a la población en general;

-               convocar reuniones para fomentar el intercambio de experiencias.

Los participantes en la reunión recomiendan que varias de esas funciones sean apoyadas eficazmente por la OMS a nivel internacional. Se prevén cuatro sectores de asistencia, que se especifican a continuación.

(1)            ayuda a las actividades de formación

                Incluirá esa ayuda:

-               el establecimiento de un modelo de plan de estudios de sexualidad humana, o por lo menos orientaciones para desarrollar el plan de estudios
                destinado a los miembros del grupo sanitario, en particular el personal dedicado a la salud de la madre y el niño y la planificación de la familia
                y al personal básico de salud;

-               el desarrollo de otros prototipos de material didáctico, como manuales y pautas, un libro de texto básico sobre sexología,
                un glosario de términos sexuales básicos y medios audiovisuales;

-               la colaboración en los programas nacionales de formación profesional, mediante becas para directores de programa, servicios de asesoramiento a cargo de
                consultores, intercambios de personal docente, listas de profesores, etc.

(2)            preparación de material de consulta

                Ese material incluye:

-               un compendio de artículos sobre sexología;

-               una bibliografía, con reimpresiones disponibles a petición;

-               informes de las reuniones y conferencias sobre sexología;

-               un directorio de instituciones y organismos que proporcionan servicios o se dedican a la formación o a la investigación en materia de sexualidad humana;

-               datos sobre prácticas, actitudes y creencias de orden sexual en distintas zonas culturales, así como datos sobre proyectos de investigación
                emprendidos en ese sector.

(3)           Organización de reuniones y conferencias

                Para considerar los asuntos tales como:

-               la sexualidad humana como parte de la salud total;

-               establecimiento de una terminología;

-               evaluación comparativa de las nuevos tratamientos;

-               la comunicación y el uso de diversos medios de educación sexual para profesionales de la salud;

-               metodología de encuestas y estudios epidemiológicos sobre prácticas y problemas sexuales, y disponibilidad de
                servicios y de medios de formación en distintos países;

-               establecimiento de normas para libros de textos y los material didáctico utilizables en los programas de formación profesional y de sexoterapia;

-               uso de medios audiovisuales en la educación, la orientación y la terapéutica sexuales;

-               identificación de las necesidades de poblaciones que puedan correr un riesgo desde el punto de vista de los problemas sexuales
                (trabajadores migrantes, personas de edad avanzada, niños menores de cinco años, personas impedidas, grupos minoritorios, embarazadas);

-               la educación sexual como medio de prevenir el abuso del alcohol y de drogas, los crímenes sexuales, el tratamiento abusivo de los niños, el divorcio y
                los trastornos mentales;

-               examen de los métodos y de técnicas de evaluación de programas.

(4)            apoyo a las investigaciones

                Incluirá esa ayuda las siguientes actividades:

-               encuestas sobre prácticas y problemas sexuales en diferentes países;

-               estudios de los servicios de salud sexual existentes en distintos países;

-               estudios de la actividad de los becarios de la OMS adiestrados en sexología.



6.     CONCLUSIONES

Los participantes en la reunión llegaron a un acuerdo respecto de las siguientes cuestiones principales:



6.1    Función de la sexualidad humana en los programas de salud

1.           Sin desconocer que no es posible por el momento definir la totalidad de la sexualidad humana en forma universalmente aceptable
              se propone como un paso en esa dirección la siguiente definición de salud sexual:

              Salud sexual es la integración de los elementos somáticos, emotivos, intelectuales y sociales del ser sexual, por medios que
              sean positivamente enriquecedores y que potencien la personalidad, la comunicación y el amor.


              Toda persona tiene derecho a recibir información sexual y a considerar que las relaciones sexuales sirven para el placer además
               de servir para la procreacion.

2.           Es necesario un cambio de las actitudes que respecto de la sexualidad humana predominan tanto en la población
              como en el personal de los servicios de salud y de otros servicios responsables de las enseñanzas y de la orientación en cuestiones sexuales.

3.           Todo esfuerzo por mejorar la situación local en lo referente a los problemas relacionados con la sexualidad humana ha de ajustarse
              a la cultura y a las circunstancias locales y debe estar a cargo de personal indígena, tanto de los servicios de salud como de otros servicios.

4.           En casi todo el mundo se necesitan datos estadísticos y epidemiológicos sobre las actitudes y prácticas sociales relativas
              a la sexualidad. Es preciso también evaluar los problemas sanitarios afines, con objeto de planificar los programas de enseñanza y tratamiento.
              Se utilizará información de ambos tipos al formular programas de educación y formación en materia de
              sexualidad humana.

5.           Los programas de planificación de la familia han de prestar la debida atención al comportamiento sexual y a los problemas y las necesidades sexuales.
              Las actividades de planificación de la familia suelen ofrecer un contexto adecuado para empezar a organizar servicios de adiestramiento y de asistencia de salud sexual;
              sin embargo, en ciertas situaciones en que la planificación de la familia tiene por objetivo único la regulación de la natalidad cabe también desarrollar
              los programas sobre cuestiones sexuales en un contexto distinto.



6.2     La educación y la formación profesional en sexualidad humana

6.           Los trabajos iniciados en muchos países sobre sexualidad humana
              resultan más del entusiasmo y del esfuerzo autónomo que la formación. Es necesario formar sistemáticamente al personal de salud de casi todas las categorías
              sanitarias y a otro personal que interviene en las actividades de orientación y educación en cuestiones sexuales, lo que incluiría no sólo a los médicos y al personal auxiliar
              en contacto más estrecho con las personas que presentan problemas de esa índole (es decir, ginecólogos, psiquiatras,
              pediatras, médicos generales, enfermeras y enfermeras-parteras, personal básico de salud y promotores de salud rural),
              sino a otro personal de los servicios públicos que interviene en las actividades de educación y orientación, como los asistentes sociales,
              los orientadores matrimoniales, los maestros, los miembros de servicios de la colectividad y de la juventud, el clero, y los orientadores de los servicios de rehabilitación.

7.           El fomento de actitudes positivas hacia sexualidad como elemento integrante de la salud total deberá ser uno de los principales
              objetivos de las actividades de enseñanza y formación.

8.           Para abarcar debidamente el campo de la sexualidad es necesario aplicar un criterio interdisciplinario y recurrir en primer término a la psicología, la psiquiatría, la ginecología, la urología,
              la pediatría, la enfermería, la acción social y la educación sanitaria.

9.           Es necesario preparar e intercambiar material audiovisual moderno y otros materiales didácticos, en particular películas, diapositivas, libros de texto y manuales,
              para utilizarlo en los programas de educación sexual destinados a los profesionales de la salud y a la población.
              Esos medios didácticos deberán prepararse teniendo en cuenta las características culturales del país o de la región de que se trate.

10.         Teniendo presentes las condiciones locales, se promoverá el desarrollo de la sexualidad humana como disciplina autónoma en
              la instrucción y formación de los profesionales sanitorios, y como elemento reconocido de los servicios generales de salud,
              en particular de salud de la familia.



6.3     Servicios de salud sexual

11.         La educación, la orientación y la terapéutica han de considerarse como elementos inseparables de un esfuerzo de conjunto para alcanzar un nivel óptimo
              de salud sexual.

12.         Entre todos los criterios que puedan regir la prestación de servicios de salud sexual, la instrucción satisfactoria de la población debe recibir la máxima prioridad, tanto por
              su utilidad desde el punto de vista preventivo como por las oportunidades que presenta de llegar
              al mayor número posible de personas.

13.         Sigue a la instrucción, en orden de importancia y con vistas a las futuras actividades, el desarrollo de programas de orientación y tratamiento
              que permitan abordar los problemas y desórdenes sexuales más corrientes y puedan llegar al máximo número de
              personas con la mayor economía posible.

14.         En el tratamiento de los problemas sexuales, al igual que en los demás problemas de salud, no puede haber un criterio universalmente aplicable;
              la elección del método dependerá del problema que haya abordarse, de los condicionamientos culturales del enfermo
              y de la formación y la competencia del terapeuta.

15.         La sexoterapia estará integrada en la acción de los servicios generales de salud e incluida, en consecuencia, en el mismo
              sistema de retribución de la asistencia sanitaria.



6.4     Centros regionales

16.         Se establecerán centros nacionales o regionales de asesoramiento y asistencia a los programas de
              formación, de preparación de material didáctico, de investigación y de tratamiento en el sector de la sexualidad humana.

17.         Se establecerá una terminología normalizada sobre educación y terapéutica en cuestiones relacionadas con la sexualidad humana, así como normas sobre
              formación, tratamiento, libros de texto y material audiovisual.

18.         Es necesario intensificar la comunicación entre los expertos en sexualidad humana, objetivo que cabría facilitar creando
              un instituto internacional y mediante reuniones y publicaciones, y visitas de grupos.

NOTA DEL EDITOR (1993):

Este informe se basa en una reunión celebrada en Ginebra del 6 al 12 de febrero de 1974. Tomaron parte 29 participantes de 12 países, entre ellos los siguientes sexólogos distinguidos: Coenrad von Emde Boas (Países Bajos), Preben Hertoft (Dinamarca), John Bancroft (Gran Bretaña. El Dr. Bancroft es actualmente el director del Instituto Kinsey), Jacqueline Kahn-Nathan (Francia), Romano Forleo (Italia), Jan Raboch (República Checa), Willy Pasini y Georges Abraham (Suiza), Herbert Vandervoort, John Money, Paul Gebhard, Mary Calderone, Helen S. Kaplan, Philip M. Sarrel y Lorna J. Sarrel, Harold Lief (EE.UU.). Muchos de ellos siguen todavía activamente en este sector.

Mientras tanto, las informaciónes sobre sexualidad humana se pueden obtener en Internet (ver otros sitios web sobre sexología). Oprima aquí para la biblioteca y las colecciones del Archivo de Sexología.

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