CONTENIDO
Antecedentes y objetivos
Marco conceptual
Preocupaciones y problemas que afectan la salud sexual
Acciones y estrategias para promover la salud sexual
Meta 2 Ofrecer educación sexual integral a todos los sectores de
la población
Meta 3 Dar educación, capacitación y apoyo a los profesionales que
trabajan en
campos relacionados con la salud sexual.
Meta 4 Desarrollar y dar acceso a servicios integrales de atención
de salud
sexual para la población.
Meta 5 Promover y auspiciar la investigación y la evaluación en
materia de
sexualidad y salud sexual, así como la difusión del conocimiento
resultante
Apéndice I Declaración de los Derechos Sexuales emanada de la
Asociación
Mundial de Sexología WAS
Apéndice II Clasificación etiológica de las infecciones de
transmisión sexual
Apéndice III Características de la educación sexual integral
Apéndice IV Programa de estudios para el capacitación de
profesionales de salud
en salud sexual
- Educación en salud sexual para profesionales de salud
especializados
en programas de salud reproductiva
- Educación en salud sexual para profesionales especializados
en
programas de prevención y control de ITS y VIH/SIDA.
- Educación en salud sexual y capacitación para profesionales
especializados en sexología
Apéndice V Recursos para la salud sexual
Notas
Agradecimientos
Participantes
Secretariado
Antecedentes y objetivos
Antecedentes históricos
La Organización Mundial de la Salud (OMS) convocó en 1974 a una
Reunión sobre Capacitación y
Tratamiento en cuestiones de sexualidad humana: la Formación de
profesionales de la salud (Meeting
on Education and Treatment of Human Sexuality: The Training of
Health Professionals). Dicha
reunión tuvo lugar del 6 al 12 de febrero de 1974. En la misma
participaron profesionales de diversos
países, seleccionados de acuerdo a su experiencia y conocimientos
especializados en la enseñanza, la
investigación o la clínica en el campo de la sexualidad humana. Se
pidió a los asistentes a la reunión
que efectuaran un examen crítico de los puntos que se mencionan a
continuación y formularan recomendaciones
al respecto a:
- Papel de la sexología en los programas de salud, en especial en
las actividades de planificación
familiar;
- Contenido y metodología de la enseñanza relacionada con la
sexualidad humana en las
profesiones de la salud;
- Identificación de modelos de tratamiento y consejería que
satisfagan las necesidades prioritarias
en diversos contextos socioculturales y que puedan ser adoptados
por los trabajadores
de la salud en general;
- Desarrollo de programas de enseñanza y tratamiento en sexualidad
humana;
- Servicios internacionales de referencia y coordinación en el
campo de la sexología.
Las conclusiones de esta reunión se plasmaron en el documento
Capacitación y
tratamiento en cuestiones
de sexualidad humana: La formación de profesionales de la salud.
Informe de una
reunión de la
OMS, 1975. Informe 01, 1975. Col. Serie de Informes Técnicos No
572.1Se trata de un documento
histórico
que sentó las bases para mejorar la capacitación de los
profesionales de salud y prepararlos para
que puedan ofrecer educación, consejería y terapia sexuales.
Asimismo, dichas conclusiones sirvieron
de estímulo para el avance del campo de la sexología y de los
centros de recursos relativos a la sexualidad
en el mundo entero.
Desde entonces, dos reuniones subsiguientes de la Oficina Regional
para Europa de la OMS abordaron
los temas relativos a dicho documento.2Empero, los informes no se divulgaron ampliamente
y, por
ende, las medidas propuestas no se adoptaron extensamente, tal
como se había recomendado.
Durante los veinticinco años transcurridos desde la publicación
del primer documento han sido
numerosos los avances logrados en el ámbito de la sexualidad y en
otros campos afines del conocimiento.
Tales avances han enriquecido nuestra comprensión y percepción
respecto de la complejidad
de la educación, la consejería y la terapia sexuales. Ciertas
investigaciones han identificado tanto los
enfoques e intervenciones que resultan eficaces como los que no lo
son. El surgimiento de nuevos problemas,
en particular la pandemia del VIH/SIDA, ha intensificado nuestra
percepción en relación con
la urgente necesidad de mejorar los programas de capacitación en
sexualidad y de adoptar un enfoque
mucho más concertado e integral de los problemas relativos a la
misma.
Con miras a enriquecer y mejorar los esfuerzos anteriores, la
Organización Panamericana de la Salud
(OPS), conjuntamente con la Asociación Mundial de Sexología (WAS),
convocó una consulta regional
para reevaluar estrategias de promoción de la salud sexual,
incluyendo, el papel del sector salud en la
consecución y mantenimiento de la salud sexual. El presente
documento es el fruto de dicha reunión
de consulta, efectuada en Antigua Guatemala, Guatemala, del 19 al
22 de mayo de 2000.
Justificación
Algunos de los acontecimientos más importantes relacionados con la
salud sexual han ocurrido en el
transcurso de los últimos veinticinco años. Entre dichos
adelantos, cabe destacar:
- Avances
en el conocimiento de los distintos aspectos de la sexualidad humana. Esto se ha
logrado
gracias a la indagación teórica, a investigaciones biomédicas,
psicológicas, sociológicas y antropológicas,
a la vigilancia epidemiológica y al trabajo clínico—que han
contribuido al desarrollo de un
campo sumamente complejo, que va más allá de las disciplinas
individuales que abarca.
- El
surgimiento de la pandemia de VIH y un mayor reconocimiento respecto del impacto
de otras
infecciones de transmisión sexual.3La lucha eficaz contra dichos problemas se
fundamenta en
lograr cambios en los comportamientos y las prácticas sexuales de
la gente. Por ende, la habilidad
para promover cambios de comportamiento depende en gran medida de
una comprensión adecuada
de la sexualidad humana.4
- Formación
de un cuerpo sólido de conocimientos derivados de los trabajos y puntos de vista
de las
académicas feministas. Este conocimiento revela que las sociedades
se encuentran articuladas y
regidas por un conjunto complejo y generalizado de normas y de
hipótesis que se extiende a todas
las ramas de la sociedad y a la creación misma del conocimiento.
La perspectiva de género ha
demostrado que toda consideración de la sexualidad humana estará
incompleta si ignoran los conceptos
culturales de "masculinidad" y "feminidad".5
- Definición y consolidación del campo de la salud reproductiva. Esto se
refiere en particular a la
prioridad dada a la salud reproductiva, que incluye a la salud
sexual, en el marco del Programa de
Acción de la Conferencia Internacional sobre Población y
Desarrollo.6
- Reconocimiento de la violencia, incluyendo la violencia sexual,
especialmente contra la mujer, los
niños y las minorías sexuales, como problema grave de salud
pública.7
- Reconocimiento de los derechos sexuales como derechos humanos. Diversas
organizaciones tales
como la Federación Internacional de Planificación de la
Familia(IPPF)8y la Asociación Mundial
de
Sexología9han reconocido
y formulado declaraciones explicitas sobre los derechos sexuales Sin
embargo, en muchas ocasiones los derechos sexuales se han
reconocido únicamente en el marco de
la reproducción, como sucedió en la Conferencia Internacional
sobre la Población y el Desarrollo
(CIPD), celebrada en El Cairo, así como también en la Cuarta
Conferencia Mundial sobre la Mujer
(Beijing, 1995).10Por lo tanto,
es fundamental adoptar una postura más amplia con miras a lograr
el reconocimiento pleno de los derechos sexuales.
- Una mayor
defensa de la causa por los movimientos sociales permitirá lograr el
reconocimiento, el
respeto y la protección de los derechos de las "minorías" (por
ejemplo, de los homosexuales, las lesbianas
y los transgéneros).
- Desarrollo de medicamentos eficaces y seguros que permiten modificar y
mejorar el funcionamiento
sexual de las personas. Esto ha despertado un nuevo interés en la
prevalencia y las consecuencias
de las disfunciones sexuales y del comportamiento sexual
compulsivo.11
Objetivos de la reunión de consulta
Los objetivos de la presente consulta fueron los
siguientes:
- Establecimiento de un marco conceptual para la promoción de la salud
sexual.
- Identificación de inquietudes y problemas relativos a la salud sexual en
la Región de las Américas.
- Sugerencia de medidas y estrategias destinadas al logro y el
mantenimiento de la salud sexual.
Marco conceptual
Es
imprescindible contar con definiciones elaboradas por consenso de los
principales conceptos
utilizados en los ámbitos de sexualidad humana y salud sexual. Es
evidente que las definiciones
de los conceptos claves son fundamentales para lograr mayor
eficacia en la comunicación,
divulgación de información y formulación de medidas y programas
especiales destinados a la
promoción de la salud sexual. Sin embargo, lograr un consenso en
este sentido ha resultado ser una
empresa ardua.
No hay una definición fácil para el concepto de sexualidad humana.
Esta dificultad surge principalmente
de que la definición de un concepto es una abstracción12 y, como tal, no es ajena a la influencia
del contexto y del proceso sociocultural e histórico concreto en
el que se construye dicha definición.
Otra dificultad que se presenta al intentar definir la sexualidad
humana es que a menudo no se establece
una diferencia entre sexo y sexualidad. Por consiguiente, suele
existir confusión respecto del significado
de los términos "sexo" y "sexualidad". El término "sexo", según su
uso común y dentro de una
gran diversidad de entornos, abarca diferentes nociones. La
siguiente cita permite ilustrar esta situación:
"Aprendemos muy tempranamente por muchos medios, que el sexo
‘natural’ es el que tiene lugar
entre personas del ‘sexo opuesto’. El término se refiere tanto a
un acto como a una categoría de persona,
tanto a una práctica como a un género.13
Con objeto de establecer un marco de referencia adecuado para
considerar la salud sexual, resulta
necesario definir los conceptos básicos relativos al sexo y a la
sexualidad, y lograr un acuerdo en torno
a tales definiciones. Como paso inicial, el grupo de expertos que
participa en la reunión regional de
consulta propone las siguientes definiciones:
Conceptos básicos
Sexo
El término "sexo" se refiere al conjunto de características
biológicas que definen
al espectro de los seres humanos como hembras y
machos.
El significado común del término "sexo" en el lenguaje coloquial
comprende su uso como actividad
(por ej., tener ‘sexo’) y como un conjunto de comportamientos (por
ej., roles sexuales). Empero, en aras
de la precisión conceptual, se acordó que en el marco de las
discusiones y los documentos de índole
técnica, se limitaría el uso del término "sexo" al plano
biológico.
Conceptos básicos de sexo, sexualidad y salud
sexual
SEXO
El término "sexo". se refiere al conjunto de características
biológicas que definen al espectro
de humanos como hembras y machos
SEXUALIDAD
El término "sexualidad" se refiere a una dimensión fundamental del
hecho de ser un ser
humano: Basada en el sexo , incluye al género, las identidades de
sexo y género, la orientación
sexual, el erotismo, la vinculación afectiva y el amor, y la
reproducción . Se experimenta
o se expresa en forma de pensamientos, fantasías, deseos,
creencias, actitudes, valores,
actividades, prácticas, roles y relaciones. La sexualidad es el
resultado de la interacción de
factores biológicos, psicológicos, socioeconómicos, culturales,
éticos y religiosos o espirituales.
Si bien la sexualidad puede abarcar todos estos aspectos, no es
necesario que se experimenten
ni se expresen todos. Sin embargo, en resumen, la sexualidad se
experiencia y se expresa en
todo lo que somos, sentimos, pensamos y
hacemos.
SALUD SEXUAL
La salud sexual es la experiencia del proceso permanente de
consecución de bienestar físico,
psicológico y sociocultural relacionado con la
sexualidad.
La salud sexual se observa en las expresiones libres y
responsables de las capacidades sexuales
que propician un bienestar armonioso personal y social,
enriqueciendo de esta manera la vida
individual y social. No se trata simplemente de la ausencia de
disfunción o enfermedad o de
ambos. Para que la salud sexual se logre es necesario que los
derechos sexuales de las personas
se reconozcan y se garanticen |
Cuadro 1. Conceptos básicos y definiciones de sexo, sexualidad y salud
sexual.
Conceptos relacionados con la sexualidad
GÉNERO
El género es la suma de valores, actitudes, papeles, prácticas o
características culturales
basadas en el sexo. El género, tal como ha existido de manera
histórica, transculturalmente, y
en las sociedades contemporáneas, refleja y perpetúa las
relaciones particulares de poder
entre el hombre y la mujer.
IDENTIDAD DE GÉNERO
La identidad de género define el grado en que cada persona se
identifica como masculina o
femenina o alguna combinación de ambos. Es el marco de referencia
interno, construido a
través del tiempo, que permite a los individuos organizar un
autoconcepto y a comportarse
socialmente en relación a la percepción de su propio sexo y
género. La
identidad de género
determina la forma en que las personas experimentan su género y
contribuye al sentido de
identidad, singularidad y pertenencia.
ORIENTACIÓN SEXUAL
La orientación sexual es la organización específica del erotismo
y/o el vínculo emocional de
un individuo en relación al género de la pareja involucrada en la
actividad sexual. La orientación
sexual puede manifestarse en forma de comportamientos,
pensamientos, fantasías o
deseos sexuales, o en una combinación de estos
elementos.
IDENTIDAD SEXUAL
La identidad sexual incluye la manera como la persona se
identifica como hombre o mujer,
o como una combinación de ambos, y la orientación sexual de la
persona. Es el
marco de referencia
interno que se forma con el correr de los años, que permite a un
individuo formular un
concepto de sí mismo sobre la base de su sexo, género y
orientación sexual y desenvolverse
socialmente conforme a la percepción que tiene de sus capacidades
sexuales.
EROTISMO
El erotismo es la capacidad humana de experimentar las respuestas
subjetivas que evocan los
fenómenos físicos percibidos como deseo sexual, excitación sexual
y orgasmo , y, que por lo general,
se identifican con placer sexual. El erotismo se construye tanto a
nivel individual como
social con significados simbólicos y concretos que lo vinculan a
otros aspectos del ser humano.
VINCULO AFECTIVO
La vinculación afectiva es la capacidad humana de establecer lazos
con otros seres humanos
que se construyen y mantienen mediante las emociones.
El vínculo
afectivo se establece tanto
en el plano personal como en el de la sociedad mediante
significados simbólicos y concretos
que lo ligan a otros aspectos del ser humano. El amor representa
una clase particularmente
deseable de vínculo afectivo. |
Cuadro 2. Conceptos y definiciones afines de género, identidad de género,
orientación sexual, identidad
sexual, erotismo, vínculo afectivo, actividad sexual, práctica
sexual, relaciones sexuales sin riesgo
y comportamiento sexual responsable.
ACTIVIDAD SEXUAL
La actividad sexual es una expresión conductual de la sexualidad
personal donde el componente
erótico de la sexualidad es el más evidente. La actividad sexual se caracteriza
por los
comportamientos que buscan el erotismo y es sinónimo de
comportamiento sexual.
PRÁCTICAS SEXUALES
Las prácticas sexuales son patrones de actividad sexual
presentados por individuos o comunidades
con suficiente consistencia como para ser
predecibles.
RELACIONES SEXUALES SIN RIESGO
La expresión " relaciones seguras sin riesgo " se emplea para
especificar las prácticas y comportamientos
sexuales que reducen el riesgo de contraer y transmitir
infecciones de transmisión
sexual, en particular el VIH.
COMPORTAMIENTOS SEXUALES RESPONSABLES
El comportamiento sexual responsable se expresa en los planos
personal, interpersonal y
comunitario. Se caracteriza por autonomía, madurez, honestidad,
respeto, consentimiento,
protección, búsqueda de placer y bienestar. La persona que practica un
comportamiento
sexual responsable no pretende causar daño y se abstiene de la
explotación, acoso, manipulación
y discriminación. Una comunidad fomenta los comportamientos
sexuales responsables al
proporcionar la información, recursos y derechos que las personas
necesitan para participar en
dichas prácticas. |
Cuadro 2. Conceptos y definiciones
Sexualidad
El término "sexualidad" se refiere a una dimensión fundamental del
hecho de
ser humano. Basada en el sexo, incluye el género, identidades de
sexo y
género, orientación sexual, erotismo, vínculo emocional, amor, y
reproducción
. Se experimenta o se expresa en forma de pensamientos, fantasías,
deseos,
creencias, actitudes, valores, actividades, prácticas, roles y
relaciones. La
sexualidad es el resultado de la interacción de factores
biológicos, psicológicos,
socioeconómicos, culturales, éticos y religiosos o espirituales.
Si bien la sexualidad
puede abarcar todos estos aspectos, no es necesario que se
experimenten
ni se expresen todos. En resumen, la sexualidad se practica y se
expresa en
todo lo que somos, sentimos, pensamos y
hacemos
Reuniones de consulta anteriores convocadas por la OMS, no
aportaron una definición de la sexualidad
humana14 o los conceptos
presentados carecían de precisión.15 Según se define en el presente documento,
la sexualidad se refiere a los elementos complementarios de
nuestra naturaleza sexual (es decir,
la característica humana de ser sexuado). La capacidad humana para
entender y atribuir significados,
tanto simbólicos como concretos, a experiencias y conceptos
constituye la fuerza de vinculación de la
sexualidad. Hay un acuerdo generalizado en la bibliografía
especializada en cuanto a que la sexualidad
se refiere a los significados individuales y sociales del sexo,
además de sus aspectos biológicos.16
Si bien la sexualidad puede abarcar el erotismo, los vínculos
afectivos, el amor, el sexo, el género y la
reproducción,17 no todas
estas dimensiones tienen que expresarse. La sexualidad se encuentra presente
en toda la vida, aunque es posible que las expresiones e
influencias que repercuten en la sexualidad
difieran con el correr de los años.18 La sexualidad está circunscrita por un contexto
histórico y cultural
concreto y, por ende, está determinada por costumbres, tradiciones
y valores y ella, a su vez, repercute
en estos. Su desarrollo pleno depende de la satisfacción de las
necesidades fundamentales del ser
humano, tales como el deseo de contacto, intimidad, expresión
emocional, placer, ternura y amor.
Además de que hay acuerdo en que los elementos socioculturales
(significados compartidos) de la
sexualidad son vitales para la conceptualización de la sexualidad
humana, existe una clara tendencia en
los enfoques teóricos de que la sexualidad se refiere no solamente
a las capacidades reproductivas del
ser humano, sino también (y en muchas circunstancias,
principalmente) al placer.19
Algunos teóricos, han considerado otro elemento de la sexualidad:
el vínculo afectivo o amor.20 La
bibliografía psicoanalítica abarca las consideraciones del amor,
la patología del amor y la sexualidad a
menudo en un lenguaje en el que el amor no puede distinguirse en
relación con otras expresiones
sexuales tales como la atracción erótica.21 Sin embargo, algunos hallazgos recientes plantean
la posible
existencia de un sistema neurobiológico bien diferenciado que rige
el apego y la formación de las parejas
en los animales22 y cumpliría
la misma función en los seres humanos.23
Salud sexual
El término "salud sexual" se refiere a la experiencia del proceso
continuo de
bienestar físico, psicológico y sociocultural relacionado con la
sexualidad.
La salud sexual se observa en las expresiones libres y
responsables de las capacidades sexuales que propician
un bienestar personal y social, enriqueciendo de esta manera la
vida individual y social. No se
trata simplemente de la ausencia de disfunción, enfermedad o
discapacidad. Para que la salud sexual
se logre es necesario que los derechos sexuales de las personas se
reconozcan y se garanticen.
Desde el punto de vista histórico, diferentes grupos han empleado
el término "salud sexual" para referirse
a conceptos distintos. Algunos opinan que el término se ha
utilizado como un eufemismo para
designar la información sobre las infecciones de transmisión
sexual; otros consideran que dicho término
se ha empleado para fomentar un enfoque estrecho de la educación
relativa a la reproducción. A
partir de la definición anterior debería quedar claro que el
presente documento propone un significado
integral de dicho concepto. La Organización Mundial de la Salud
declara que la salud es un estado completo
de bienestar físico, social y mental y no consiste solamente en la
ausencia de enfermedad o acha-
ques.24 Esta definición, que a
simple vista no plantea dudas, resulta menos convincente cuando se
aplica al comportamiento. Hoy por hoy continua el debate en torno
a las consecuencias de definir la
salud cuando la definición se aplica a comportamientos. Existen
puntos de vista que no conceptualizan
a la salud como un campo que debería interesarse en los
comportamientos y los estilos de vida.25
Dichos enfoques cuestionan la validez de las definiciones
relacionadas con un marco de referencia definido
en función de los valores26 y proponen que la salud se defina en términos de
indicadores cuantificables
de condiciones claramente definidas.
Un elemento fundamental en esta controversia es el debate sobre
los valores y la salud. Algunos teóricos
definen la salud sin tomar en cuenta los valores; otros defienden
el concepto de salud definido en
función de los valores.27 Un tercer grupo pone en tela de juicio la
viabilidad misma de las proposiciones
científicas desprovistas de valores.28 El grupo de expertos, consideró como más
plausible, aquella
posición que reconoce que la actividad científica, y por
consiguiente, la atención y la promoción de la
salud basadas en la ciencia no pueden llevarse a cabo desde una
perspectiva totalmente desligada de los
valores; por ende, las propuestas, definiciones y conceptos
basados en valores resultan inevitables.
Debería quedar claro, a partir de la definición anterior, que el
presente documento plantea un significado
integral de dicho concepto. La definición de la OMS, ya
mencionada, es quizás el mejor ejemplo
de esta posición, pues la salud se define fundamentalmente en
términos de bienestar. El bienestares un
estado definido por los valores.
Por lo tanto, el grupo de expertos acordó que la formulación de
una definición de la salud sexual es a
la vez una tarea posible y recomendable siempre que la definición
se derive del concepto de derechos
sexuales y lo abarque.
Las definiciones básicas de sexo, sexualidad y salud sexual se
resumen en el cuadro 1. Los términos
relacionados con la sexualidad se definen en el cuadro
2.
Derechos sexuales
Los derechos humanos son inherentes a los seres humanos; empero,
el reconocimiento
de los derechos inherentes no crea derechos per
se.
Los derechos humanos están por encima de los valores culturales.
Si una cultura en particular tiene
una costumbre que va en contra de un derecho humano, es necesario
cambiar el valor cultural, como
sucede en el caso de la práctica cultural de la mutilación genital
femenina.29 El enfoque de los
derechos
humanos en materia de promoción de la salud se ha estipulado
explícitamente en el caso de la
promoción de la salud reproductiva.30
El reconocimiento de los derechos sexuales se encuentra en proceso
de evolución. Los derechos humanos
son aquellos principios que se consideran universalmente como
protectores de la dignidad humana
y promotores de la justicia, la igualdad, la libertad y la vida
misma. Dado que la protección de la salud
es un derecho fundamental del ser humano, es obvio que la salud
sexual conlleva derechos sexuales.
El grupo de expertos recomienda firmemente que las organizaciones
internacionales, tales como la
OMS y otros organismos de las Naciones Unidas, promuevan y se
conviertan en defensoras de la causa
para lograr el consenso acerca de la declaración de los derechos
sexuales universales del ser humano,
emanada de la Asociación Mundial de Sexología (véase el cuadro
3).
Declaración de los derechos sexuales
de la Asociación Mundial de Sexología
El derecho a la libertad sexual.
El derecho a la autonomía, integridad y seguridad sexuales del
cuerpo.
El derecho a la privacidad sexual.
El derecho a la equidad sexual.
El derecho al placer sexual.
El derecho a la expresión sexual emocional.
El derecho a la libre asociación sexual.
El derecho a la toma de decisiones reproductivas, libres y
responsables.
El derecho a información basada en el conocimiento científico.
El derecho a la educación sexual integral.
El derecho al atención de la salud sexual. |
Cuadro 3. Esta lista se tomó de la Declaración sobre los derechos sexuales emitida
por la Asociación
Mundial de Sexología. El texto completo de esta declaración se
presenta en el Apéndice I.
CARACTERÍSTICAS DE LA SALUD SEXUAL
La salud sexual puede reconocerse tanto en el plano personal como
en el de la sociedad. En el plano
personal, existen comportamientos concretos que se han
identificado como comportamientos que
caracterizan a la persona sexualmente sana. Estos se presentan en
la lista denominada "Comportamientos
de Vida del Adulto Sexualmente Sano". Los grupos de expertos
proponen que se adopte esta
lista, que ha sido validada en varios países (véase el cuadro
4).
Lista de SIECUS31 sobre
Comportamientos de Vida del Adulto
sexualmente sano. Una persona adulta sexualmente
sana:
- Valora su propio cuerpo.
- Busca información sobre la reproducción según sea necesario.
- Afirma que el desarrollo del ser humano comprende el desarrollo
sexual, el cual puede
o no incluir la reproducción o la experiencia sexual genital.
- Interactúa con ambos géneros de una manera respetuosa y
adecuada.
- Afirma su orientación sexual y respeta la orientación sexual de
los demás.
- Expresa su amor e intimidad en forma apropiada.
- Establece y mantiene relaciones significativas.
- Evita toda relación basada en la explotación y la
manipulación.
- Toma decisiones con conocimiento de causa respecto a opciones de
familia y estilos
de vida.
- Muestra destrezas que mejoran las relaciones personales.
- Se identifica y vive de acuerdo con sus propios valores.
- Es responsable de sus propios actos.
- Practica la toma de decisiones eficaz.
- Se comunica de manera eficaz con su familia, sus compañeros y su
pareja.
- Disfruta y expresa su sexualidad durante el transcurso de su
vida.
- Expresa su sexualidad de manera congruente con sus propios
valores.
- Es capaz de reconocer los comportamientos sexuales que realzan
la vida y los que son
perjudiciales para sí mismo o para los demás.
- Expresa su sexualidad a la vez que respeta los derechos de los
demás.
- Busca información nueva que le permita mejorar su
sexualidad.
- Utiliza métodos anticonceptivos de manera eficaz a fin de evitar
embarazos no deseados.
- Evita el abuso sexual.
- Busca atención prenatal oportuna.
- Evita contraer o transmitir infecciones de transmisión sexual,
ente otras el VIH.
- Practica comportamientos que promueven la salud, tales como
reconocimientos médicos
regulares, autoexámenes de los testículos o de los senos, e
identificación oportuna de
posibles problemas.
- Muestra tolerancia hacia personas con diferentes valores y modos
de vida sexuales;
- Ejerce sus responsabilidades democráticas a objeto de tener
influencia en la legislación
relativa a los asuntos sexuales.
- Evalúa la repercusión de los mensajes familiares, culturales,
religiosos, de los medios
de comunicación y de la sociedad en los pensamientos,
sentimientos, valores y
comportamientos personales relacionados con la sexualidad.
- Promueve los derechos de todas las personas a tener acceso a
información fidedigna acerca
de la sexualidad.
- Evita los comportamientos que conllevan prejuicio e
intolerancia.
- Rechaza los estereotipos respecto de la sexualidad de las
diversas poblaciones.
|
Cuadro 4. Lista de comportamientos de vida de un adulto sexualmente sano por el
Consejo de
Educación e Información sobre Sexualidad de los Estados Unidos
(SIECUS).
La salud sexual puede identificarse igualmente en el plano de la
sociedad. El grupo de expertos identificó
varias características de una sociedad sexualmente sana, que
figuran en el cuadro 5, a continuación.
Características de una Sociedad Sexualmente Sana
Las sociedades que protegen y dan prioridad a la salud sexual de
sus miembros muestran las
siguientes características:
Compromiso político. El Estado reconoce que la salud sexual es un
derecho fundamental del
ser humano y se hace responsable de la promoción de la salud
sexual.
Políticas explícitas. Las instituciones sociales, entre ellas las
entidades gubernamentales, formulan,
desarrollan y ponen en práctica políticas públicas que comprenden
instrucciones claras
y precisas destinadas a la protección y promoción de la salud
sexual como derecho humano
fundamental.
Legislación. Para la promoción de la salud sexual es indispensable que haya leyes
vigentes destinadas
a proteger los derechos sexuales. Es fundamental contar con leyes
que protejan de la
explotación a las personas vulnerables (por ej., prohibición de la
prostitución infantil); reconocer
los derechos de todas las personas a la integridad del cuerpo (por
ej., protección contra
la mutilación genital); proteger a las minorías sexuales para que
se respeten sus derechos
humanos tan fundamentales como educación, salud y empleo (por ej.,
legislación contra la discriminación);
y promover la igualdad en todos las dimensiones sexuales (por ej.
legislación
relativa a la igualdad de oportunidades).
Buena educación. Un elemento necesario de una sociedad sexualmente
sana es el acceso universal
a la educación sexual integral acorde con la edad, a todo lo largo
de la vida.
Infraestructura suficiente. A objeto de garantizar el acceso de las personas a
los servicios, es
necesario contar con una infraestructura de profesionales y
paraprofesionales especializados
en la resolución de problemas e inquietudes de índole sexual. Esto
incluye ofrecer a los profesionales
programas de especialización en salud sexual.
Investigación. Una sociedad comprometida con la salud sexual de
los miembros que la integran
apoya las investigaciones adecuadas y concretas destinadas a
abordar las inquietudes clínicas,
educativas y de salud pública. Esto abarca la investigación
relativa a las inquietudes
emergentes (por ej., nuevas infecciones) y la vigilancia para
estimar la extensión y tendencias
de condiciones que afectan la salud y que pueden ser prevenidas
(por ej., tasas de relaciones
sexuales peligrosas en poblaciones de alto riesgo, tasa de
violencia sexual, prevalencia de disfunciones
sexuales, etc.).
Vigilancia adecuada. La vigilancia es necesaria para supervisar los
indicadores biomédicos y
de comportamiento que miden las inquietudes y los problemas de
salud sexual.
Cultura. Es necesario lograr una cultura de apertura hacia la salud sexual que a
la vez asigne a
ésta la prioridad que le corresponde.Algunos indicadores tales
como calidad de la información
suministrada por los medios sobre las inquietudes relativas a la
salud sexual, y el grado en que
pueden promoverse abiertamente los mensajes sobre salud pública
atinentes a las graves amenazas
a la salud sexual, pueden servir para medir la
cultura. |
Cuadro 5. Características de una Sociedad Sexualmente Sana
Preocupaciones y problemas
que afectan la salud sexual
Las
preocupaciones y los problemas que afectan a la salud sexual se manifiestan cada
vez que las
situaciones de vida relacionadas con la sexualidad exigen la
intervención de personas o la sociedad,
o de ambas, en vista de su repercusión en el bienestar y la
calidad de vida. La gama de
inquietudes y problemas sobre la salud sexual es muy amplia y
abarca desde las preocupaciones
que se perciben como "parte de la vida" hasta las que representan
una amenaza para el bienestar de
las personas e incluso para la vida. No obstante, todas las
preocupaciones y los problemas exigen la
atención de todos los estratos de la sociedad, en especial del
sector de la salud, ya sea para que se apliquen
medidas preventivas o se ejecuten programas de atención,
integrados y adecuados.
Es fundamental abordar las preocupaciones y los problemas
atinentes a la salud sexual y encontrarles
solución no sólo porque quebrantan la salud sexual y, por ende, la
salud en general de la persona, la
familia y la sociedad, sino también porque su existencia puede
indicar la presencia de otros problemas
de salud. Asimismo, tales inquietudes y problemas pueden ocasionar
y perpetuar otros trastornos en la
persona, la familia, la comunidad y la población en
general.
Pandemia del VIH/SIDA. Las inquietudes y los problemas relacionados con
la salud sexual repercuten
en diversas ramas de la actividad humana tanto en el plano
personal como social. Por ejemplo, la propagación
del VIH, principalmente por medio del contacto sexual sin
protección, ha resultado en unos
35 millones de personas infectadas y en más de 19 millones de
decesos en todo el mundo desde el
comienzo de la epidemia. Las comunidades en general padecen los
efectos de la pandemia del SIDA
toda vez que existen cerca de 13 millones de niños y jóvenes
huérfanos a raíz de la muerte de uno de
sus padres, o de ambos, por causa del VIH. Por otra parte, según
cálculos de la OPS, en la Región de las
Américas hay 2,5 millones de personas infectadas por el VIH.
La pandemia del VIH/SIDA ha puesto de relieve la extrema gravedad
de las infecciones de transmisión
sexual. Cada año, muere un millón de personas como resultado de
las infecciones del aparato reproductor,
tales como las infecciones de transmisión sexual (ITS) distintas
del VIH/SIDA. Se ha calculado
que es posible que cada año ocurran en el mundo 333 millones de
casos nuevos de infecciones de transmisión
sexual.
Violencia. En el Informe sobre el Desarrollo Mundial 1993 del Banco Mundial se
calculaba que las
mujeres entre 15 y 44 años de edad pierden una cantidad
significativa de años de vida saludables
(DHYL) a causa de las violaciones y la violencia doméstica, lo
cual puede estar relacionado con la
inequidad de género y el comportamiento irresponsable. Los
estudios muestran que las sobrevivientes
de violaciones presentan índices altos de trastornos por estrés
postraumático persistente y constituyen
el grupo más numeroso diagnosticado con este trastorno. Las
víctimas de la violación son nueve veces
más propensas que aquellas que no son víctimas, a cometer suicidio
y a sufrir de depresión grave.
Además, entre 50 y 60 por ciento de las víctimas sufren de
disfunción sexual, incluido el temor al acto
sexual y problemas de excitación sexual. Un estudio basado en los
registros de la Maternidad de Lima,
Perú, reveló que 90 por ciento de las madres jóvenes, entre 12 y
16 años de edad, habían quedado embarazadas
como consecuencia de una violación. En Costa Rica, una
organización que trabaja con madres
adolescentes señaló que 95 por ciento de las jóvenes embarazadas
que acudían en busca de apoyo
menores de 15 años, habían sido víctimas de incesto.32
La repercusión y la gravedad de los problemas relacionados con el
género (en particular los relacionados
con la inequidad de género) están generalizadas. Mundialmente, se
ha reconocido la importancia
de abordar este tema y de encontrar soluciones a este
problema.33
Disfunciones sexuales. Recientemente, se ha puesto de relieve el problema
de los síndromes sexuales.
Se ha establecido la prevalencia de las disfunciones sexuales en
algunos grupos de población. Por ejemplo,
en Estados Unidos, se ha notificado una prevalencia del 43 por
ciento para las mujeres y del 31 por
ciento para los varones.34 Las disfunciones sexuales se han correlacionado
con niveles más bajos de
calidad de vida,35 así como
también con otros problemas de salud tales como: cardiopatías, hipertensión,
diabetes, medicamentos utilizados para tratar tales padecimientos
e índices elevados de enojo y
depresión.36
Si bien las cifras que se acaban de mencionar pueden parecer muy
alarmantes, no son en realidad más
que una pequeña muestra en un campo que apenas se perfila como un
problema de salud pública. Toda
medida tendiente a reducir la magnitud y la gravedad de las
situaciones que afectan a la salud sexual
exige la adopción de un enfoque amplio e integral que vaya más
allá del paradigma curativo de la salud.
Las preocupaciones respecto a la salud sexual son situaciones de
vida que exigen la toma de medidas
preventivas y educativas por parte de la sociedad para garantizar
que sus miembros alcancen y mantengan
la salud sexual adecuada. Los problemas de salud sexual provienen
de situaciones, ya sea en un
individuo, una relación o en la sociedad, que exigen la adopción
de medidas concretas que permitan la
identificación, prevención y tratamiento de dichos problemas para
alcanzar finalmente su resolución.
El nivel necesario de capacitación de los profesionales es
diferente según se trate de abordar las preocupaciones
o problemas de salud sexual. La resolución de los problemas
sexuales por lo general necesita
la presencia de profesionales capacitados en el campo clínico,
mientras que las inquietudes sexuales
pueden ser abordadas y manejadas por una amplia gama de
profesionales que a menudo no
necesitan capacitación clínica especializada.
El grupo de expertos recomienda que se aborden las siguientes
preocupaciones y problemas sexuales
con miras a fomentar la salud sexual en el seno de las sociedades
(véase el cuadro 6).
Preocupaciones relacionadas con la salud
sexual
La siguiente no es una lista exhaustiva, sino más bien un conjunto
de ejemplos e ilustraciones de algunas
situaciones preocupantes que pueden afectar la salud sexual. Cada
una de estas inquietudes permite
la evaluación adecuada de las necesidades de información,
orientación y atención que exigen la
adopción de medidas, tanto por parte de organismos e instituciones
gubernamentales como no gubernamentales,
en especial el sector de la salud.
Preocupaciones relacionadas con la salud sexual
- Situaciones relacionadas con la integridad corporal y sexual
que pueden afectar la salud
sexual
- Dificultad en lograr comportamientos que promuevan la salud a
fin de identificar prontamente
los problemas sexuales (por ej., reconocimientos médicos y
exámenes de salud regulares,
autoexamen de las mamas y de los testículos)
- Eliminar forma de coerción sexual como, por ejemplo, de la
violencia sexual (incluido el
abuso y el acoso sexuales)
- Existencia de mutilaciones corporales (por ej., mutilación
genital femenina)
- Necesidad de estar libre de contraer o transmitir de infecciones
de transmisión sexual (lo
que incluye pero no se limita al VIH/SIDA)
- Necesidad de reducir las consecuencias sexuales de las
discapacidades físicas o mentales.
- Necesidad de reducir la repercusión en la vida sexual de las
condiciones o tratamientos
médico-quirúrgicos.
Situaciones relacionadas con el erotismo que pueden afectar la
salud sexual
- Falta o insuficiencia de conocimientos acerca del cuerpo,
particularmente en cuanto a respuesta
y placer sexuales
- Necesidad de reconocimiento del valor del placer sexual
disfrutado durante el transcurso
de la vida de manera segura y responsable, dentro de un conjunto
de valores que respete
los derechos de los demás
- Necesidad de promover la práctica de las relaciones sexuales
seguras y responsables
- Necesidad de fomentar la práctica y el disfrute de las
relaciones sexuales consensuales,
libres de explotación, honestas y mutuamente
placenteras
Situaciones relacionadas con el género que pueden afectar la
salud sexual
- Falla en el reconocimiento y observación de equidad de
género
- Necesidad de estar libre de todas las formas de discriminación
basada en el género
- Necesidad de lograr el respeto y la aceptación de las
diferencias de género
Situaciones relacionadas con la orientación sexual que pueden
afectar la salud sexual
- Existencia de discriminación basada en la orientación sexual
- Falta de libertad para expresar la orientación sexual personal
de una manera segura y responsable
dentro de un conjunto de valores que respete los derechos de los
demás
Situaciones relacionadas con los vínculos afectivos que pueden
afectar la salud sexual
- Necesidad de estar libre de relaciones de explotación,
coercitivas, violentas o de manipulación
- Necesidad de obtener información acerca de la elección de
opciones y estilos de vida familiares.
- Necesidad de contar con destrezas, tales como la toma de
decisiones, comunicación, seguridad
en sí mismo y negociación, que permitan mejorar las relaciones
personales
- Necesidad de lograr una expresión respetuosa y responsable del
amor y la intimidad
- Prevención y cuidado adecuado del desajuste y la aflicción de la
pareja
- Manejo adecuado de la separación y el
divorcio
Situaciones relacionadas con la reproducción que pueden afectar
la salud sexual
- Necesidad de tomar decisiones fundamentadas y responsables
acerca de la reproducción
independientemente de la edad, el género y el estado civil
- Necesidad de tomar decisiones y adoptar prácticas responsables
en relación con la reproducción
- Insuficiente acceso a la atención de la salud reproductiva
- Insuficiente acceso a la maternidad sin riesgo
- Falta de servicios de prevención y cuidado de la
infertilidad
|
Cuadro 6. Preocupaciones relacionadas con la salud sexual.
Problemas de salud sexual
Los problemas de salud sexual provienen de situaciones, ya sea en
un individuo, una relación o en la
sociedad, que exigen la adopción de medidas concretas que permitan
la identificación, prevención y
tratamiento de dichos problemas y, finalmente, su resolución.
En el pasado, la utilización del término "patología" para denotar
problemas sexuales ha causado mucha
controversia. El significado general y claro del término
"patología" en otros terrenos de la atención de
salud se pierde con frecuencia al aplicarlo a los problemas e
inquietudes sexuales en vista de la naturaleza
de los problemas en cuestión. De allí que el grupo de expertos
recomiende el uso del término "problema
sexual" en lugar de "patología" para referirse a estos
problemas.
Otra recomendación es el uso de la clasificación sindrómica. Los
síndromes clínicos definen un conjunto
de síntomas y quejas que inhiben significativamente el ejercicio
de los derechos sexuales de la
persona y alteran su salud sexual.
La adopción de un enfoque sindrómico ofrece diversas ventajas. Los
síndromes son fáciles de identificar.
El conocimiento de la existencia del problema, tanto a nivel del
personal de salud como del público
en general es más fácil de lograr cuando se conocen los problemas
en el ámbito del síndrome. Además,
una clasificación sindrómica es más sucinta y puede utilizarse
para fines epidemiológicos. Gran parte
de los conocimientos actuales en torno a la epidemiología de
algunas de estas categorías se encuentra
a nivel del síndrome.37 En categorías tales como las infecciones de
transmisión sexual es posible tomar
medidas de manera eficaz desde el punto de vista de la salud
pública si se adopta un enfoque sindrómico.38
Asimismo,muchos problemas sexuales son causados por una serie
bastante compleja de etiologías. Por
ejemplo, en las disfunciones sexuales persiste la necesidad de un
diagnóstico basado en la etiología aun
cuando se haya identificado el síndrome.39 Una clasificación de síndrome ayuda a no perder de
vista
que las categorías mencionadas son síndromes y no entidades
clínicas clasificadas etiológicamente.
Dadas las razones expuestas anteriormente, el grupo de expertos
recomienda firmemente la adopción
de un enfoque sindrómico para la clasificación de los problemas de
salud sexual.
Los síndromes clínicos son más bien categorías artificiales que se
crean sobre la base de un acuerdo
amplio entre los profesionales. Prácticamente hay consenso
respecto de muchos de los síndromes clínicos
que se presentan en la clasificación propuesta: las disfunciones
sexuales son un buen ejemplo del
proceso de consenso. No obstante, en otras categorías tales como
los síndromes de comportamiento
sexual compulsivo, el proceso de consenso se encuentra aún en las
etapas iniciales de formación.
Por lo tanto, los problemas sexuales se presentan en el presente
documento como síndromes. Cada uno
de estos problemas permite evaluar de manera adecuada la
información, orientación, prevención, identificación
temprana, necesidad de otras evaluaciones diagnósticas, y curso
del tratamiento, rehabilitación
o necesidades de atención, o ambas, y explicitan la necesidad de
la adopción de medidas por parte
de organismos e instituciones gubernamentales y no
gubernamentales, entre ellos, el sector de la salud.
Los problemas sexuales se dividen en las siguientes categorías de
síndrome (véase el cuadro 7):
Problemas de salud sexual (síndromes clínicos) | |
-
Síndromes clínicos que alteran el funcionamiento sexual
(disfunciones sexuales)
| |
- Deseo sexual hipoactivo
- Aversión sexual
- Disfunción de la excitación sexual
de la mujer
- Disfunción eréctil masculina
- Disfunción orgásmica femenina
|
- Disfunción orgásmica masculina
- Eyaculación precoz
- Vaginismo
- Síndromes de dolor sexual (incluida la
dispareunia y demás síndromes dolorosos)
|
- Síndromes clínicos relacionados con el trastorno del vínculo
afectivo/amor (llamados
también parafilias)
| |
- Exhibicionismo
- Fetichismo
- Frotaurismo
- Pedofilia
- Masoquismo sexual
|
- Sadismo sexual
- Travestismo fetichista
- Voyeurismo
- Parafilias no especificadas
|
-
Síndromes clínicos relacionados con comportamiento sexual
compulsivo
| |
- Búsqueda compulsiva de relaciones y
de parejas múltiples
- Fijación compulsiva en una pareja
inalcanzable Autoerotismo compulsivo
| - Aventuras amorosas compulsivas
- Comportamiento sexual compulsivo
en una relación
|
-
Síndromes clínicos que entrañan conflictos de identidad de
género
| |
- Disforia de género en la niñez
- Disforia de género en la adolescencia
- Disforia de género en la edad adulta
|
Síndromes intersexuales
- Síndrome de identidad de género
no especificado
|
-
Síndromes clínicos relacionados con violencia y
victimización
| |
- Síndromes clínicos posteriores al abuso
sexual en la niñez o minoría de edad
(incluido, entre otros, el trastorno de
estrés postraumático)
- Síndromes clínicos posteriores al acoso
sexual
- Síndromes clínicos posteriores a la violación
- Fobia clínica centrada en la sexualidad
(por ej., homofobia, erotofobia)
| - Síndromes clínicos relacionados con la
participación en amenazas o actos de
violencia centrados en el sexo o la
sexualidad (por ej., violar a otra persona)
- Patrones de comportamiento sexual de
riesgo que expone a la persona misma
y a los demás al peligro de contraer la
infección por el VIH u otras infecciones
de transmisión sexual.
|
-
Síndromes clínicos relacionados con la
reproducción
| |
| - Embarazo no deseado
- Complicación del aborto
|
-
Síndromes clínicos relacionados con las infecciones de
transmisión sexual
(En el Apéndice II se incluye una clasificación
etiológica) | |
|
- Vesicular Exudado / flujo / deyección
- Dolor en la parte baja del abdomen en la
mujer
- Infecciones e infestaciones asintomáticas
de transmisión sexual (incluso el VIH)
- Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida
(posterior a la infección por el VIH)
|
- Síndromes clínicos relacionados con otros
trastornos
| |
- Síndromes clínicos posteriores
a la discapacidad o enfermedad
- Síndromes clínicos posteriores
a una enfermedad física o mental
- Síndromes clínicos posteriores
a la medicación u otras intervenciones
médicas y quirúrgicas
| - Trastornos colorrectales
- Síndromes clínicos posteriores
a otros trastornos
|
Cuadro 7. Problemas de salud sexual (síndromes clínicos)
Acciones y estrategias para
promover la salud sexual
El logro
de la salud sexual es una prioridad en todas las sociedades. A fin de alcanzar
una salud
integral, es imperativo promover y mantener la salud sexual. Un
nuevo énfasis en la prevención
y cuidado de las inquietudes y problemas sexuales reforzaría los
grandes logros alcanzados
en la Región de las Américas en muchos campos de la atención de
salud. En particular, se
han desplegado esfuerzos significativos en el sector de la salud
reproductiva y la prevención y control
del VIH/SIDA. El grupo de expertos acordó que el objetivo
fundamental del mejoramiento de la salud
podría alcanzarse de una manera más eficaz si se adoptara un
enfoque más amplio de la sexualidad tal
como la conceptualización propuesta en el presente documento.
La salud sexual es un concepto de gran amplitud. Toda medida y
estrategia destinada a su logro y mantenimiento
debería permitir el mejoramiento de la salud y, por consiguiente,
el mejoramiento del bienestar
personal y de la sociedad.
Además de un enfoque integral destinado a mejorar la salud, el
grupo de expertos convino en que el
reconocimiento de los derechos humanos constituye un medio eficaz
para la promoción de cambios
sociales, políticos, legales y culturales. La OMS ha reconocido la
salud como un derecho humano fundamental.
40 Puesto que la promoción de la salud sexual exige cambios en la
sociedad, las políticas, las
leyes y la cultura, se recomienda su promoción dentro del marco de
los derechos humanos.
Por ejemplo, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
(PNUD) estableció una política
oficial que declara lo siguiente:
Los Derechos Humanos se basan en el respeto por la dignidad y el
valor
de todos los seres humanos y procuran asegurar la libertad del
temor y el
deseo. Arraigado en los principios éticos (y generalmente inscrito
en el
marco constitucional y legal de un país), los derechos humanos son
escenciales
para cada hombre,mujer y niño. Sentado como premisa en las
normas
fundamentales e inviolables, son universales e
inalienables. 41
El grupo de expertos recomendó las cinco metas siguientes para los
organismos e instituciones gubernamentales
y no gubernamentales, incluido el sector salud de la Región de las
Américas:
Meta 1. Promover la salud sexual, con especial énfasis en la
eliminación de barreras a la
salud sexual.
Meta 2. Ofrecer educación sexual integral a todos los sectores de
la población.
Meta 3. Dar educación, capacitación y apoyo a los profesionales
que se desempeñan en
campos relacionados con la salud sexual.
Meta 4. Desarrollar y dar acceso a servicios integrales de
atención de salud sexual y brindar
a la población el acceso a dichos servicios.
Meta 6. Promover y auspiciar la investigación y evaluación en
materia de sexualidad y
salud sexual, así como la difusión del conocimiento
resultante.
El grupo de expertos identificó igualmente diversas estrategias
para la puesta en práctica de la lista de
metas anteriormente expuesta. Tales metas se desglosan en las
secciones que siguen.
Meta 1
Promover la salud sexual, con especial énfasis en la
eliminación
de barreras a la salud sexual
La salud sexual debe promoverse entre todos los miembros de la
sociedad. El grupo de expertos hizo
hincapié en la necesidad de reconocer los derechos sexuales de
todas las personas, incluidas las que tengan
discapacidades mentales y físicas.
Los esfuerzos destinados a la promoción de la salud sexual serán
más eficaces si se toman en cuenta
todos los elementos de la sexualidad, en vez de adoptar únicamente
enfoques parciales. Por lo tanto, es
necesario que la inclusión de la salud sexual en los programas de
salud pública dé cabida a las todas
dimensiones de la salud sexual (por ej., desarrollo de los
vínculos afectivos/amor del género y la salud
reproductiva).
El placer erótico es una dimensión del ser humano que con
frecuencia se ha negado como necesidad
fundamental, positiva, gratificante y promotora de la salud.
Estudios recientes demuestran que la
importancia de la experiencia erótica tiene consecuencias hasta en
el plano fisiológico.42
El placer erótico se ha estigmatizado aún más cuando se
experimenta como autoerotismo (generalmente
conocido como masturbación). Sin embargo, en la bibliografía
científica no hay pruebas de los
efectos perjudiciales de este comportamiento. Más aún, los
sexólogos clínicos están de acuerdo en que
la promoción del comportamiento autoerótico es beneficiosa para el
tratamiento de una serie de disfunciones
sexuales. Además, se ha observado que el valor del autoerotismo
constituye una herramienta
importante para la promoción de relaciones sexuales sin
riesgo.43
Cabe señalar que el estigma en torno al placer sexual ha dado
lugar a la eliminación de toda mención
del placer en muchos programas de educación sexual Esta omisión
incide en el comportamiento de
búsqueda de atención de salud. Las personas que tienen problemas o
inquietudes con respecto a su placer
sexual no buscan la ayuda de profesionales con la frecuencia que
cabría esperar en vista de la prevalencia
de los problemas de esta índole.44
No se debe subestimar la importancia del vínculo afectivo/amor
sano. La importancia de contar con
un entorno sano donde reine el afecto ha sido reconocida por los
científicos desde hace mucho tiempo.
En el marco de estudios con una orientación más biológica, las
experiencias tempranas de la vida caracterizadas
por el contacto físico han mostrado ser un elemento necesario para
el desarrollo y fundamental
para la maduración del sistema nervioso central.45
Estrategia 1.1 Integrar la salud sexual en los programas de salud
pública.
Son numerosas las pruebas científicas que indican que las
inquietudes y problemas relativos a la salud
sexual pueden abordarse más fácilmente si las medidas preventivas
y el tratamiento se integran a programas
de salud más amplios. Si bien es necesaria la adopción de medidas
específicas en ciertos programas,
es indispensable incluir la salud sexual en los programas de salud
pública.
En tal sentido, se identificaron las siguientes medidas
específicas como parte de esta estrategia:
- Crear
estrategias y planes nacionales específicos sobre salud sexual.
- Promover la formulación de leyes que garanticen la viabilidad de las
estrategias nacionales de
salud sexual.
- Incluir
un enfoque sobre salud sexual en los programas de salud
existentes.
- Crear
indicadores de salud sexual para utilizarlos en la formulación y evaluación de
políticas
y programas.
- Propiciar el consenso en la definición y clasificación de los problemas
sexuales.
- Crear
pautas para prácticas adecuadas para los problemas sexuales.
46
Estrategia 1.2 Promover la igualdad y la equidad de género y
eliminar la
discriminación por razón de género.
Desde los primeros trabajos sobre el feminismo teórico y empírico,
han surgido cada vez más pruebas
de los vínculos existentes entre el género y la salud.47 En
particular, la Conferencia Internacional sobre
Población y Desarrollo (CIPD) al igual que la Conferencia de
Beijing han contribuido a reforzar la idea
de que hasta tanto no se tome en cuenta el género, no podrán
alcanzarse las metas de desarrollo relacionadas
con la salud.
Con miras a lograr esta estrategia, es indispensable adoptar
medidas que abarquen una amplia gama
de aspectos, desde cambios en las políticas que parecen no estar
relacionados con asuntos de salud, a la
sensibilización en torno a las necesidades específicas de salud
del hombre y la mujer. Dichas medidas
van más allá del reconocimiento de que las relaciones sexuales son
relaciones de género. Pese a las discusiones
que colocan al género conceptualmente en el marco de la sexualidad
o el género y a la sexualidad
como parte de un sistema, no cabe duda de que la salud sexual no
puede abordarse si no se toman
debidamente en cuenta el género ni sus consecuencias de poder.
Entre los elementos de esta estrategia cabe
destacar:
- Presión
e intercesión para la introducción y cambio de políticas públicas que repercutan
en
las disparidades de género, tales como promoción de la educación
formal de las niñas.
- Introducción de una perspectiva de género en la planificación y puesta en
marcha de servicios
de salud sexual. Por ejemplo,en asuntos tan sencillos como tener
en cuenta las diferencias
en la disponibilidad de tiempo de hombres y mujeres para acudir a
los servicios de atención
de salud.
- Cerciorarse de que la educación de la sexualidad incluya siempre el
análisis de género y haga
hincapié especial en el derecho del hombre y la mujer a la equidad
e igualdad sexuales.
- Propiciar la adopción de medidas que faciliten a los varones discutir y
entender los cambios
en los roles de género y "la nueva masculinidad". Éste es un tema
importante dada la posible
amenaza que los cambios en la situación de la mujer pueda
presentar a la sexualidad masculina,
en particular en aquellas sociedades donde ésta se encuentra
ligada al dominio y a la
supremacía.
- Sensibilización de todos los proveedores de salud acerca de sus propios
sesgos con respecto al
género.
Estrategia 1.3 Promover un comportamiento sexual
responsable.
Un comportamiento sexual responsable se expresa a nivel
individual, interpersonal y comunitario. Este
se caracteriza por autonomía, honestidad, respeto, consentimiento,
protección, búsqueda del placer y
bienestar. La persona cuyo comportamiento sexual es responsable no
se propone hacer daño, y se abstiene
de explotación, acoso, manipulación y discriminación. Una
comunidad promueve comportamientos
sexuales responsables al suministrar conocimiento, recursos y
derechos que las personas necesitan
para adoptar estas prácticas.
Para ser sexualmente sanas, las personas deben comportarse de
manera responsable; por lo tanto, la
responsabilidad es uno de los valores más importantes que es
necesario promover. La búsqueda de
comportamientos sexuales responsables puede producir resultados
positivos en cuanto a su costobeneficio
y, por ende, reducir la carga que pesa sobre la sociedad por causa
de la morbilidad, a la vez
que aumenta el bienestar. Los componentes de esta estrategia
son:
Inclusión de la responsabilidad como un valor que debe promoverse
en todos los programas de educación
sexual.
- Ejecución de programas de educación de adultos, que aborden
específicamente las necesidades
de los padres, ya que ellos son los agentes más inmediatos y
eficientes en la promoción de un
comportamiento sexual responsable.
- Participación de los medios de comunicación en la introducción del tema
de un comportamiento
sexual responsable en sus mensajes, abordando el tema directamente
en programas de
radio o publicaciones especiales, o lanzando campañas
concretas.
- Introducción de leyes para promover un comportamiento sexual
responsable.
Estrategia 1.4 Eliminar el temor, prejuicio, discriminación y
odio
relacionados con la sexualidad y las minorías
sexuales.
El temor, el prejuicio, la discriminación y el odio en relación
con la sexualidad y los grupos minoritarios
son obstáculos a la salud sexual. El temor nace de la ignorancia y
de la falta de información. Hay
abundantes pruebas científicas de que los individuos desarrollan
comportamientos más sanos a
medida que aumentan sus conocimientos.48
La investigación ha demostrado que las personas con temores y
actitudes negativas tienen un mayor
riesgo de comportarse de manera perjudicial para la salud. La
erotofobia es una respuesta afectivo-evaluativa
negativa a los componentes placenteros de la sexualidad. Es menos
probable que las personas
erotofóbicas planifiquen sus relaciones sexuales futuras; se ha
demostrado que tienen reacciones más
negativas cuando se trata de expresarse francamente acerca de la
sexualidad, y que no se preocupan por
procurarse un método anticonceptivo antes de la actividad
sexual.49
La homofobia es el temor irracional hacia las personas que tienen
una orientación homosexual. En
muchos casos, la homofobia conduce a que se cometan delitos. Hay
informes que vinculan la homofobia
a la inhibición cognoscitiva. El rechazo abierto, la
discriminación, o la violencia hacia los homosexuales
y las lesbianas se han vinculado a una diversidad de problemas de
salud y de desarrollo,50 a la
uti
lización de la negación y del aislamiento como estilos de
conducta,51 a la habilidad para
crear intimidad,52 un
comportamiento sexual que induce a mayor frecuencia de riesgo53 y menos calidad en la atención
de salud prestada por los profesionales de salud.54 Entre las otras características que
representan
amenazas u obstáculos a la salud, se ha sugerido utilizar el
concepto de homonegatividad para comprender
mejor la dinámica psicosocial del desarrollo de actitudes
negativas hacia las personas homosexuales.55
Algunos de los componentes y acciones específicas de esta
estrategia incluyen:
- Promover la comprensión del espectro de las identidades masculina y
femenina dentro de una
gama que incluya heterosexual, homosexual, bisexual, bigénero y
transgénero.
- Disminuir la homofobia entre individuos de todas las orientaciones
sexuales.
Estrategia 1.5 Eliminar la violencia sexual.
Los efectos perjudiciales de la violencia sexual están bien
documentados.56 La promoción de la
salud
sexual y de los derechos sexuales como derechos humanos
contribuirá a la reducción y eliminación de
la violencia sexual. Concretamente, la promoción de la igualdad y
de la equidad de género, y la eliminación
de la discriminación de género, que se han vinculado
específicamente a la generación y mantenimiento
de la violencia sexual, así como la educación integral sobre
sexualidad, disminuirán las tasas
de violencia. Las acciones hacia la eliminación de la violencia
sexual incluyen:
- Reconocimiento de la violencia sexual en sus diversas
formas.
- Introducción de legislación eficaz para reducir la violencia
sexual.
- Promoción de una cultura que denuncie la violencia
sexual.
- Promoción del comportamiento de búsqueda de salud para víctimas de la
violencia sexual.
- Promoción de la atención de salud para los agresores sexuales que en
muchos casos podrían
beneficiarse del tratamiento.
Meta 2
Ofrecer educación sexual a todos los sectores de la
población
Hubo un consenso claro entre el grupo de trabajo en que la
educación sexual integral, considerada
como el proceso vital mediante el cual se adquieren y transforman,
informal y formalmente, conocimientos,
actitudes y valores respecto de la sexualidad en todas sus
manifestaciones,57 es una de las
mejores
inversiones que una sociedad puede hacer cuando se trata de
promover la salud sexual entre la
población.
La educación sexual integral debería iniciarse en épocas tempranas
de la vida, debería ser adecuada
para la edad y el grado de desarrollo y debería promover una
actitud positiva hacia la sexualidad.58
La educación de la sexualidad debe proporcionar una base de
conocimientos sobre la sexualidad
humana. Además se ha reconocido que la información sexual por sí
sola no basta. La educación de la
sexualidad también debe incluir el desarrollo de destrezas, además
de la adquisición del conocimientos.
Estrategia 2.1 Brindar educación sexual integral a nivel
escolar
La educación sexual integral en la escuela actúa como uno de los
componentes esenciales de la construcción
de la salud sexual a lo largo del ciclo vital de las persona y,
por ello exige particular atención.
La Escuela, en la mayoría de los países, es la única institución
con la que casi todas las personas tienen
contacto en algún momento de su vida. Éste es el entorno ideal
para impartir la educación de la sexualidad;
por lo tanto, los gobiernos deben hacer obligatoria este tipo de
educación en las escuelas. Existe
un considerable número de las investigaciones que han identificado
las características de una educación
de la sexualidad eficaz.59-61 En el apéndice III se presenta un resumen de las
características de una
educación sexual integral eficaz.
Estrategia 2.2 Integrar la educación sobre sexualidad en los
curricula de las
instituciones de educación, según sea el caso.
Para alcanzar la meta de una educación sexual integral para toda
la población a lo largo de la vida, además
de la educación sobre la sexualidad que se imparte en la escuela
todas las instituciones educativas
deben desempeñar una función. En particular, las instituciones
terciarias pueden promover la salud
sexual estableciendo programas de sexualidad humana para
adultos.
Estrategia 2.3 Proveer educación sexual integral a personas con
discapacidades
mentales y físicas.
Las personas que tienen discapacidades mentales y físicas tienen
los mismos derechos a la educación
sexual integral que otras personas. Debido a que las personas con
discapacidades mentales y físicas tal
vez tengan necesidades y circunstancias especiales, y algunas
veces sean más vulnerables en relación con
su habilidad para tomar decisiones sobre sexualidad, la educación
sobre la sexualidad debe ser una
prioridad para estas poblaciones.
Estrategia 2.4 Brindar acceso a la educación sexual integral para
grupos
especiales de la población (por ejemplo, reclusos en
instituciones
penales, inmigrantes indocumentados, personas
recluidas en diversas instituciones,
indigentes).
Históricamente, se han descuidado las necesidades de educación
sobre sexualidad de dos grupos, a
saber: las personas recluidas en instituciones (prisioneros,
pacientes hospitalarios , y quienes quieren
atención de salud a largo plazo) y aquellas cuyo acceso a la
educación es limitado o marginal (entre
ellos los inmigrantes indocumentados y los indigentes). En lo que
se refiere a las personas recluidas en
instituciones, los responsables legales tienen la obligación ética
de darles acceso a una educación que
las ayude a mejorar su salud sexual, a la vez que se evitar graves
riesgos (por ejemplo, VIH y otras ETS).
Para los que no tienen acceso a la educación, el gobierno tiene
una responsabilidad ética de proporcionar
educación comunitaria.
Estrategia 2.5 Brindar acceso a educación sexual integral a otras
poblaciones
(por ejemplo inmigrantes documentados, minorías étnicas/
lingüísticas, refugiados, etc.).
Al igual que las personas recluidas en instituciones y las que no
tienen acceso a la educación, hay otro
grupo de personas —aquellos que encuentran mayores obstáculos al
acceso a la educación— que se ha
determinado están expuestos a mayor riesgo en su salud sexual. Los
inmigrantes (incluidos los refugiados),
las personas que no hablan el idioma que predomina en un país, las
etnias, tienen derecho a
una educación sexual integral. Donde sea posible, la educación
debería integrarse a los programas educativos
existentes para estas poblaciones.
Estrategia 2.6 Integrar a los medios de comunicación masiva en los
esfuerzos
para impartir y promover la educación sexual
integral.
La importancia de los medios de comunicación masiva para influir
en las normas sociales se ha reconocido
ampliamente. Cualquier esfuerzo para promover la salud debe ir
acompañado de la participación
de los medios de comunicación masiva, utilizando todos los canales
actuales y futuros de comunicación:
electrónicos (radio y televisión), medios impresos e Internet. Los
profesionales de los
medios de comunicación tienen una responsabilidad frente a sus
comunidades y, en el caso de la salud
sexual, esta responsabilidad no debería eludirse.
Ya hay ejemplos de la utilización de los medios de comunicación
para promover la salud reproductiva
y prevenir las infecciones de transmisión sexual; hasta ahora los
resultados notificados indican que
pueden lograrse beneficios para la promoción de la
salud.62
Meta 3
Dar educación, capacitación y apoyo a los profesionales que
trabajan en campos relacionados con la salud
sexual.
La meta de dar educación y capacitación en salud sexual destinada
a una amplia gama de especialistas,
otros profesionales y paraprofesionales que participan en la
promoción de la salud sexual, incluyendo
médicos, enfermeras, terapeutas, especialistas en VIH/SIDA,
personal de planificación familiar, así
como educadores y activistas comunitarios, es necesaria para
promover eficazmente la salud sexual
entre la población.
Estrategia 3.1 Proporcionar educación y capacitación en salud
sexual para
los profesionales de salud y afines.
La educación sobre salud sexual para los profesionales de salud
debería promoverse por lo menos en
cuatro niveles diferentes:
- Salud sexual básica para todos los profesionales de salud que
se incluiría tanto en su capacitación
básica como en los programas de educación continua. Entre estos
profesionales de salud se cuentan
los que ejercen la medicina, la enfermería, la psicología clínica,
el trabajo social, así como otros
profesionales y promotores de campos afines a la salud.
- Educación sobre salud sexual para profesionales de salud que se
especializan en programas de salud
reproductiva.
- Educación sobre salud sexual para profesionales que se
especializan en programas de prevención y
control de las ITS y el VIH/SIDA.
- Educación y capacitación en salud sexual para profesionales que
se especializan en sexología, en
especial en educación de la sexualidad, sexología clínica
(medicina sexual, cirugía sexual, consejería
sexual y psicoterapia sexual) e investigación básica en
sexología.
En el apéndice IV se dan recomendaciones específicas relativas a
las necesidades de capacitación para
cada uno de estos cuatro grupos. Estas recomendaciones describen
un enfoque general interdisciplinario
a la capacitación de profesionales.
Estrategia 3.2 Dar educación y capacitación en salud sexual a los
maestros
de escuela.
Los maestros de escuela deben recibir, como parte de su
capacitación, los conocimientos y las aptitudes
para poder impartir una educación sexual eficaz. Puesto que la
educación sobre sexualidad se propone
como una parte integral y universal de la educación, esta
capacitación debe considerarse como
parte obligatoria de cualquier programa de capacitación de
maestros.
Estrategia 3.3 Promover la sexología como una profesión /
disciplina.
La sexología, como disciplina fue propuesta por primera vez en
1907.63 En los últimos cincuenta años
se han hecho grandes avances en el área de la sexología.
Históricamente, ha habido tres áreas principales
en sexología —educación, investigación y servicios clínicos, estos
últimos concentrados en el tratamiento
de las disfunciones sexuales. Hoy en día, otras disciplinas se han
asociado a la sexología. Las
necesidades de la población en materia de salud sexual han
ampliado nuestra comprensión de la sexología.
El surgimiento del VIH, entre otras graves epidemias de
transmisión sexual, ha conducido a que
epidemiólogos del comportamiento y profesionales de salud pública
especializados en enfermedades
infecciosas se hayan dedicado al estudio de comportamientos
sexuales de riesgo. A su vez, esto ha conducido
a estudios acerca del comportamiento sexual en grandes
poblaciones. De las comunidades que
se encuentran en mayor riesgo de contraer el VIH han surgido
educadores de salud comunitaria, paraprofesionales
que se especializan en consejería para reducir el riesgo del VIH y
en manejo de casos para
los que se encuentran en riesgo. En muchas clínicas, el personal
de de educación-enfermería desempeñan
un papel fundamental en promover la salud preventiva relacionada
con la salud física (por ejemplo,
exámenes de las mamas), conocimientos sobre salud sexual (por
ejemplo, educación sobre riesgos
a la salud sexual relacionados con la enfermedad), y consejería
sobre la reproducción. Los adelantos
en las técnicas de fecundación asistida, y las innovaciones
farmacológicas para mejorar el funcionamiento
sexual han llevado a que especialistas de otras disciplinas se
agrupen para estudiar las necesidades
de salud sexual de los pacientes. Los centros de salud para las
mujeres y las minorías sexuales
han dirigido sus esfuerzos de hacia las minorías y a las personas
que reciben menos atención, al mismo
tiempo que promueven la salud sexual a nivel comunitario. Una
ramificación de los movimientos
encabezados por las minorías sexuales ha sido el surgimiento de
abogados que se especializan en los
derechos de las minorías, y grupos de defensa que promueven
comportamientos seguros.
Recientemente, nuevos enfoques en el manejo del agresor sexual han
ampliado el campo de la sexología
clínica hacia el tratamiento de los delincuentes sexuales.
Es evidente que el futuro de la sexología incluirá muchas nuevas y
diversas disciplinas que colaboran
en diferentes niveles y desempeñan diferentes funciones para
abordar las necesidades de salud sexual.
Por ser una ciencia interdisciplinaria, la sexología ocupa un
lugar único para agrupar el conocimiento
y la experiencia de especialistas, los variados intereses,
programas de diferentes grupos de defensa, presión
y intercesión, las preocupaciones de salud de comunidades, y las
metodologías e intereses de diversas
disciplinas. Por esta razón, es crítico que se promueva la
sexología como una disciplina/profesión.
No basta con que los especialistas de otras disciplinas apliquen
sus campos de experiencia al estudio de
la salud sexual. También necesitamos especialistas preparados en
salud sexual que se concentren exclusivamente
en la salud sexual para así abordar las inquietudes y
preocupaciones tan diversas y específicas
asociadas al sexo y la sexualidad.
Más específicamente, hay necesidad de:
- Establecer normas de capacitación para educadores sexuales, especialistas
en sexualidad
- Promover la sexología como una disciplina/profesión
- Abogar ante los gobiernos para que se instituyan programas sobre
capacitación en sexualidad
para los profesionales.
Meta 4
Desarrollar y proporcionar acceso a los servicios integrales de
atención
de salud sexual para la población.
Lamentablemente, la incidencia actual de muchos problemas sexuales
hace que los esfuerzos de prevención
sean insuficientes. Un gran número de personas tiene problemas
sexuales que exigen atención
clínica. También es poco realista pensar que la prevención sea
capaz de eliminar todos los problemas
sexuales en el futuro. De aquí que el desarrollo de la atención
integral de salud sexual sea una necesidad
crítica en todas las sociedades, tal como lo es brindar acceso a
esta atención a toda la población.
Estrategia 4.1 Integrar las cuestiones de salud sexual en los
programas
existentes de salud pública.
La salud sexual es una cuestión clave de la salud pública. Si bien
es necesario ejecutar acciones concretas
en programas destinados especialmente a ciertos grupos de
población (tal como se ha delineado
en secciones anteriores), es indispensable integrar la salud
sexual en los programas existentes de salud
pública. Por esta razón el grupo de expertos recomienda como
componentes lo siguiente:
- Integrar un enfoque de salud sexual en los programas existentes de salud,
relacionados
directa o indirectamente con la salud sexual (por ejemplo,
programas de promoción de la
salud cardiovascular, programas para combatir el tabaquismo (los
beneficios de no fumar
sobre la erección), programas de prevención del cáncer (detección
temprana de cáncer en las
mastectomías, tamizado para cáncer cervical), programas de
educación sobre salud (vínculo
entre salud preventiva y desempeño sexual).
- Como
parte de las evaluaciones generales de salud, abordar los temas de salud
sexual
cuando los clientes acuden a programas de salud pública. Esto
puede adelantarse examinando
y, si fuese necesario, reformando los protocolos existentes para
asegurar que las preocupaciones
de salud sexual se aborden debidamente. Por ejemplo, los médicos
generales, los
médicos familiares y los médicos de las clínicas de salud pública
deberían incorporar el tamizado
y el historial clínico sobre salud sexual en las evaluaciones
generales de salud.
Estrategia 4.2 Brindar acceso a servicios integrales de salud
sexual para la
población.
El acceso a servicios de atención de salud integral es esencial.
Si bien el grupo de expertos reconoce plenamente
la pertinencia y la eficacia en función de los costos de un
enfoque preventivo a la salud sexual,
lamentablemente, hay un número enorme de personas que ya sufren de
inquietudes y problemas de
salud sexual, por lo que se crea una necesidad urgente de
servicios de atención para asegurar un tratamiento
eficaz.
Las inquietudes sexuales y muchos problemas sexuales pueden y
deben abordarse y resolverse en los
entornos de atención primaria. Lamentablemente, la falta de
capacitación de los proveedores de atención
primaria puede representar un obstáculo a esta
posibilidad.
Algunos problemas de salud sexual requieren la intervención de
personas especialmente preparadas
para su solución. Por lo tanto, es necesario contar con clínicas
especiales para el tratamiento de problemas
sexuales con objeto de abordar la gama completa de los problemas
sexuales.
Estrategia 4.3 Brindar acceso a servicios integrales de salud
sexual a personas
que tienen discapacidades mentales y físicas.
Los servicios de salud sexual, siempre que sea posible, deberían
integrarse en los servicios existentes
para personas que tienen discapacidades físicas y
mentales.
Estrategia 4.4 Brindar acceso a servicios integrales de salud
sexual a poblaciones
especiales (por ejemplo, reclusos en prisiones, inmigrantes
indocumentados , personas recluidas en diversas instituciones,
indigentes).
Los servicios de salud sexual, siempre que sea posible, deberían
integrarse a los servicios existentes para
poblaciones especiales (por ejemplo, reclusos en prisiones,
inmigrantes indocumentados , personas
recluidas en diversas instituciones,
indigentes).
Estrategia 4.5 Brindar acceso a servicios integrales de salud
sexual a otros
grupos de población (por ejemplo, por ejemplo inmigrantes
documentados, minorías étnicas/lingüísticas,
refugiados).
Los servicios de salud sexual, siempre que sea posible, deberían
integrarse con los servicios existentes
para otros grupos de población (por ejemplo, inmigrantes
documentados, minorías étnicas/lingüísticas,
refugiados.
Meta 5
Promover y auspiciar la investigación y la evaluación en materia
de sexualidad
y salud sexual, así como la difusión del conocimiento
resultante.
La investigación es necesaria para aumentar la comprensión del
sexo, la sexualidad, la salud sexual y el
comportamiento sexual, así como para evaluar la eficacia de las
estrategias de prevención, programas,
cursos y tratamientos.
Estrategia 5.1 Promover la investigación y la evaluación sobre
salud sexual.
Se necesitan urgentemente investigaciones y evaluaciones para el
desarrollo de la salud sexual de personas
y de grupos de población. La investigación se define aquí como el
estudio sistemático de un área
del conocimiento, lo que abarca efectuar pruebas para comprobar o
descartar hipótesis, con el propósito
de adquirir nuevos conocimientos. La evaluación se define aquí
como la recopilación y el análisis
de datos para fines de toma de decisiones, particularmente cuando
se evalúa la eficacia de los programas
de salud sexual.
Estrategia 5.2 Promover la sexología como una disciplina de
investigación.
La sexología, en comparación con otras áreas de la investigación
en salud, se ha descuidado en términos
de financiamiento, respeto, y calidad de la investigación. Estas
dimensiones no son independientes.
Es un imperativo absoluto que se haga investigación de la mejor
calidad sobre la sexualidad y el
comportamiento sexual. Para lograrlo, la sexología, como campo de
investigación tiene que desarrollar
las competencias y las capacidades de los investigadores a todo
nivel.
Estrategia 5.3 Promover la investigación en sexología en otras
disciplinas
(por ejemplo, enfermería, sociología, antropología,
psicología,
epidemiología, etc.).
La investigación sobre sexualidad y salud sexual no está limitada
a los investigadores capacitados en
sexología. La promoción de esta investigación en disciplinas
afines es beneficiosa para crear una mayor
base de conocimientos y, por lo general, ella permite lograr una
percepción renovada de las cuestiones
relacionadas con la complejidad de la sexualidad y la salud
sexual. La promoción de este tipo de investigación
puede mejorar los esfuerzos hacia el logro y el mantenimiento de
la salud sexual.
Estrategia 5.4 Velar para que los resultados de las
investigaciones en sexología
se difundan adecuadamente a los planificadores, educadores
y proveedores de servicios de salud para suministrarles una
base de investigación para su trabajo.
La investigación por si sola no basta. La difusión de los
resultados es una estrategia crucial para asegurar
que los que trabajan en salud sexual se beneficien de la base de
conocimientos creada por una
investigación adecuada. La difusión de los resultados de
investigaciones es particularmente necesaria
en la mayoría de los países de América Latina, donde hay necesidad
de crear y promover una cultura
que incite a informar sobre investigaciones de
calidad.
Apéndice I:
Asociación Mundial de
Sexología (WAS).
Declaración de los
Derechos Sexuales
La sexualidad es una parte integral de la personalidad de todo ser
humano. Su desarrollo pleno
depende de la satisfacción de necesidades humanas básicas como el
deseo de contacto, intimidad,
expresión emocional, placer, ternura y amor.
La sexualidad se construye a través de la interacción entre el
individuo y las estructuras sociales. El desarrollo
pleno de la sexualidad es esencial para el bienestar individual,
interpersonal y social.
Los derechos sexuales son derechos humanos universales basados en
la libertad, dignidad e igualdad
inherentes a todos los seres humanos. Dado que la salud es un
derecho humano fundamental, la salud
sexual debe ser un derecho humano básico. Para asegurar el
desarrollo de una sexualidad saludable en
los seres humanos y las sociedades, los derechos sexuales
siguientes deben ser reconocidos, promovidos,
respetados y defendidos por todas las sociedades con todos sus
medios. La salud sexual es el resultado
de un ambiente que reconoce, respeta y ejerce estos derechos
sexuales:
- El derecho a la libertad sexual.
La libertad sexual abarca la posibilidad de la
plena expresión del
potencial sexual de los individuos. Sin embargo, esto excluye toda
forma de coerción , explotación
y abuso sexuales en cualquier tiempo y situación de la
vida.
El derecho a la autonomía, integridad y seguridad sexuales del
cuerpo. Este
derecho incluye la
capacidad de tomar decisiones autónomas sobre la propia vida
sexual dentro del contexto de la
ética personal y social. También están incluidas la capacidad de
control y disfrute de nuestros cuerpos,
libres de tortura, mutilación y violencia de cualquier
tipo.
El derecho a la privacidad sexual. Este involucra el derecho a las
decisiones y conductas individuales
realizadas en el ámbito de la intimidad siempre y cuando no
interfieran en los derechos
sexuales de otros.
El derecho a la equidad sexual. Este derecho se refiere a la oposición a todas las
formas de discriminación,
independientemente del sexo, género, orientación sexual, edad,
raza, clase social, religión
o limitación física o emocional.
El derecho al placer sexual. El placer sexual, incluyendo el autoerotismo, es
fuente de bienestar
físico, psicológico, intelectual y espiritual.
El derecho a la expresión sexual emocional. La expresión sexual va más allá del
placer erótico o
los actos sexuales. Todo individuo tiene derecho a expresar su
sexualidad a través de la comunicación,
el contacto, la expresión emocional y el amor.
El derecho a la libre asociación sexual. Significa la posibilidad de contraer
o no matrimonio, de
divorciarse y de establecer otros tipos de asociaciones sexuales
responsables.
El derecho a la toma de decisiones reproductivas, libres y
responsables. Esto
abarca el derecho a
decidir tener o no hijos, el número y espaciamiento entre cada
uno, y el derecho al acceso pleno a
los métodos de regulación de la fecundidad.
El derecho a información basada en el conocimiento científico.
Este derecho
implica que la información
sexual debe ser generada a través de la investigación científica
libre y ética, así como el derecho
a la difusión apropiada en todos los niveles
sociales.
El derecho a la educación sexual integral. Este es un proceso que se inicia con
el nacimiento y dura
toda la vida y que debería involucrar a todas las instituciones
sociales.
El derecho a la atención de la salud sexual. La atención de la salud sexual debe
estar disponible
para la prevención y el tratamiento de todos los problemas,
preocupaciones y trastornos sexuales.
|
LOS DERECHOS SEXUALES SON DERECHOS HUMANOS
FUNDAMENTALES Y UNIVERSALES.
Declaración del 13avo. Congreso Mundial de Sexología, 1997,
Valencia, España revisada y aprobada
por la Asamblea General de la Asociación Mundial de Sexología,
WAS, el 26 de agosto de 1999, en el
14º Congreso Mundial de Sexología, Hong Kong, República Popular
China.
Apéndice II
Clasificación etiológica
de las infecciones
de transmisión sexual
Infecciones virales
- Infección por el VIH
- Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida, secundario a la infección por el
VIH
- Infecciones por virus Herpes simplex
- Infección por Herpes simplex tipo 1
- Infección por Herpes simplex tipo 2
- Infecciones por el virus de papiloma humano
- Infección por citomegalovirus
- Infección por el virus de la hepatitis B
- Otras infecciones virales de transmisión sexual
Infecciones bacterianas
- Sífilis
- Infecciones por gonococos
- Clamidiasis
- Chancroide
- Infección por tricomonas
- Infección por Gardnerella
- Infecciones por micoplasma
- Otras infecciones bacterianas transmitidas sexualmente
Infecciones por hongos
- Candidiasis
- Otras infecciones por hongos transmitidas sexualmente
Infestaciones
Phthirus pubis Infestación por Sarcoptes scabeiOtras infestaciones de transmisión sexual
Apéndice III
Características de la educación sexual integral.
La información integral sobre sexualidad tiene las siguientes
metas principales:
- Más que la simple adquisición de conocimientos y contenidos, la educación
sobre sexualidad
debería guiar hacia al desarrollo del pensamiento crítico
conducente al logro de actitudes positivas
hacia la sexualidad.
- Fomentar el proceso por medio del cual el individuo pueda reconocer,
identificar y aceptarse
como un ser sexuado y sexual a todo lo largo del ciclo de vida,
libre de toda ansiedad, temor o
sentimiento de culpa.
- Fomentar el desarrollo de roles de género que promuevan el respeto y las
relaciones justas
entre seres humanos dentro de un marco de valores basado en los
derechos humanos.
- Promover el valor de los vínculos y del componente afectivo de las
relaciones humanas más
allá de las relaciones de pareja.
- Promover el autoconocimiento en relación con el cuerpo como un factor de
autoestima y de
atención a la salud.
- Fomentar el comportamiento sexual libre, responsable, consciente y
placentero hacia si mismo
y los otros.
- Promover la comunicación dentro de la pareja y la familia, al fomentar
relaciones equitativas,
independientemente del sexo y la edad.
- Promover un comportamiento responsable compartido en relación con la
planificación familiar,
crianza de los hijos y el uso de métodos
anticonceptivos.
- Promover decisiones responsables para la prevención de las infecciones de
transmisión
sexual.
64
Resultados recientes de evaluaciones de programas eficaces de
educación sobre la sexualidad, prevención
del embarazo de adolescentes y de prevención del VIH han
demostrado que los programas
de educación sobre la sexualidad de buena calidad se caracterizan
por:65
- Aumentar los conocimientos
- Aclarar los valores
- Mejorar la comunicación entre padres e hijos
- Ayudar a los jóvenes a retrasar el inicio de las relaciones sexuales, si
estos programas están dirigidos
a los adolescentes jóvenes
- Aumentar el uso de anticonceptivos y condones
- No fomentan en los jóvenes el inicio de las relaciones sexuales
y
- No aumentan la frecuencia de las relaciones sexuales.
Estos análisis también describen características comunes de los
programas
que son eficaces. Concretamente, esos
programas:
- Se orientan a comportamientos específicos
- Se basan en modelos teóricos para el cambio del
comportamiento
- Brindan información acerca de los riesgos de las relaciones sexuales sin
protección y cómo
reducir ese riesgo
- Dan a los estudiantes una oportunidad de practicar destrezas y discutir
situaciones que ellos
encuentran significativas y realistas
- Abordan la influencia de los medios, de otros jóvenes, y de la cultura
sobre los comportamientos
y las decisiones sexuales de los
adolescentes
- Desarrollan y refuerzan las creencias y los valores entre estudiantes que
les ayudan a mantener
sus decisiones respecto a la abstinencia y la protección o de
ambas; y
- Brindan oportunidades para que los estudiantes practiquen la comunicación
y las destrezas
para la negociación.
Se ha acumulado una amplia experiencia en los programas de
educación
sexual en América Latina. Se sugiere que tal vez podrían aplicarse
las pruebas
existentes sobre la eficacia de los programas de educación sexual
en América
del Norte a los países de América Latina si estos
programas:
- Son sensibles y adecuados a las culturas.
- Aseguran la participación plena de todos los interesados en el diseño,
ejecución y evaluación
- Promueven valores sociales tales como equidad, respecto y
responsabilidad
- Brindan una comprensión del contexto social donde ocurre el
comportamiento sexual.
Apéndice IV
Programa para la capacitación
de profesionales
de salud en salud sexual
La educación básica en salud sexual debería formar parte del
programa de enseñanza de todas las profesiones
de salud. Ha habido cierto número de buenos programas
desarrollados para diferentes niveles
de profesionales y técnicos de salud. La aplicación de un
curriculum en particular debe tener en
cuenta las características del país y las necesidades especiales
del país o región.
Se ha sugerido que debería prepararse un perfil mínimo de
capacitación básica en salud sexual para
profesionales de salud destinado a cada una de las disciplinas en
cuestión (medicina, enfermería,
promoción de la salud, etc.).
En todo caso estos perfiles mínimos deberían
incluir:
- Conocimientos básicos sobre sexualidad humana
- Conciencia de las actitudes personales hacia la propia sexualidad y la de
otros lo que debería
incluir una actitud respetuosa hacia las personas con diferentes
orientaciones sexuales y prácticas
sexuales
- Las destrezas básicas para identificar y, de ser necesario, referir los
problemas de salud sexual al
profesional adecuado
También se acordó que hay necesidad de establecer y apoyar la
educación continua para los profesionales
de salud, debido a la naturaleza en constante cambio del
conocimiento sexual y a las deficiencias
que en muchos casos todavía pueden observarse en el programa
básico de capacitación.
A. Educación en salud sexual para profesionales de salud
especializados en
programas de salud reproductiva
Los profesionales de salud que se especializan en programas de
salud reproductiva deberían recibir una
capacitación adecuada en sexualidad humana. Debido al vínculo
evidente que existe entre salud reproductiva
y sexualidad humana, a menudo se supone que atender los aspectos
reproductivos de la salud
bastará para satisfacer las necesidades que plantea el derecho a
la salud sexual, pero esta suposición es
incorrecta. "La salud sexual" ha sido un agregado común a los
programas de salud reproductiva.
Aunque las definiciones de salud reproductiva incluyen aspectos de
la complejidad de la sexualidad
humana, la salud sexual es implícita y no se menciona
explícitamente. Los profesionales de salud que
se especializan en salud reproductiva deberían recibir un
capacitación más profundo en aspectos de
sexualidad humana con respecto al médico general. Como sucede en
el caso de las necesidades de capacitación para el médico general, deben diseñarse programas
especiales que se adapten a las necesidades
particulares del país o la región, pero es aconsejable que esas
habilidades incluyan:
- Conocimientos básicos sobre sexualidad humana
- Conocimientos amplios de la reproducción humana y de los medios para
controlarla que tengan
en cuenta inquietudes más amplias sobre derechos
sexuales
- Conciencia de las actitudes personales hacia la propia sexualidad y la de
otros lo que debería
incluir una actitud respetuosa hacia las personas con diferentes
orientaciones sexuales y prácticas
sexuales
- Destrezas básicas para identificar, aconsejar y de ser necesario referir
a la persona al profesional
adecuado que puede tratar problemas de salud
sexual
Por lo tanto, se sugiere que se elabore un perfil mínimo para el
capacitación en salud sexual de los
profesionales que se especializan en programas de salud
reproductiva para cada uno de los niveles
pertinentes (planificadores de programa, proveedores de servicio,
educadores, dirigentes comunitarios,
etc.).
B. Educación en salud sexual para profesionales especializados en
programas
de prevención y control de ITS y VIH/SIDA.
La magnitud de la amenaza de la epidemia de VIH/SIDA ha instado a
muchos gobiernos a establecer
programas especiales para prevenir y controlar la epidemia. Más
recientemente, se ha hecho evidente
que los esfuerzos para reducir y controlar el VIH/SIDA podrían ser
más eficaces si las acciones estuviesen
vinculadas a un enfoque más amplio de control y prevención de las
infecciones de transmisión
sexual, las cuáles por si mismas además de representar una amenaza
significativa a la salud, aumentan
el riesgo de transmisión del VIH/SIDA. Esta amenaza ha creado un
nuevo tipo de profesional de salud
que trabaja en la planificación y la ejecución de programas con
este centro de interés.
El hecho de que estas infecciones se transmitan por medio de la
actividad sexual hace indispensable que
los profesionales que trabajan en su prevención y control tengan
suficiente capacitación en salud
sexual, especialmente en la forma como se concibe en este
documento, donde todos los aspectos de la
sexualidad humana se toman en cuenta.
Los profesionales que se especializan en programas de prevención y
control de las ITS y del VIH/SIDA
deberían recibir capacitación en salud sexual que les aporte una
visión integrada de los factores determinantes
del comportamiento sexual humano. Como en los otros casos,
deberían diseñarse programas
especiales para adaptarse a las necesidades concretas del país o
región, pero es aconsejable que esas
habilidades incluyan:
- Conocimientos básicos sobre sexualidad humana
- Conocimiento amplio de los determinantes de un comportamiento sexual
responsable
- Conocimiento amplio de las infecciones de transmisión
sexual
- Conocimiento amplio de estrategias probadas para la prevención de la
transmisión de las ITS
- Conocimientos básicos de la prevalencia y la incidencia epidemiológicas
del VIH/SIDA y de las
ITS, junto con conocimientos de la epidemiología de los
comportamientos comunes de riesgo.
Este conocimiento debería incluir un conocimiento general de la
epidemia además de conocimientos
específicos pertinentes a cualquier población
destinataria
- Conocimiento de la educación sexual local y habilidad para referir cuando
sea el caso a los
clientes para intervenciones educacionales
- Conciencia de las actitudes personales hacia la propia sexualidad y la de
otros lo que debería
incluir una actitud respetuosa hacia las personas con diferentes
orientaciones sexuales y prácticas
sexuales
- Destrezas básicas para identificar, aconsejar y, de ser necesario,
referir a la persona al profesional
adecuado de salud sexual sus inquietudes y
problemas
- Destrezas para trabajar con poblaciones destinatarias, que incluyan
sensibilidad hacia ellas y
aceptación de las practicas sexuales, inquietudes y los problemas
sexuales de las poblaciones
en riesgo.
Se sugiere además que debería desarrollarse un perfil mínimo de
capacitación en salud sexual para
profesionales que se especializan en programas de prevención y
control de las ITS y el VIH/SIDA para
cada uno de los niveles pertinentes (planificadores de programas,
proveedores de servicio, educadores,
dirigentes comunitarios, etc.).
C. Educación en salud sexual y capacitación para profesionales
especializados
en sexología
Sigue existiendo una escasez de profesionales de salud que hayan
recibido capacitación especializado
en la sexualidad humana. Los profesionales de disciplinas afines
(psicología, psiquiatría, ginecología,
urología) han desarrollado un campo de trabajo especializado en
problemas de la sexualidad humana,
pero es difícil encontrar un enfoque integrado en la labor que
realizan debido a que sus puntos de vista
suelen estar sesgados por su formación original. Por estas
razones, el grupo de expertos recomienda
que se haga un esfuerzo especial para promover la capacitación de
especialistas en salud sexual que,
además de su campo original de capacitación, tengan suficientes
conocimientos y destrezas para que
sean capaces de desempeñar las tareas relacionadas con su campo de
subespecialidad. Hasta ahora la
experiencia en diferentes países ha conducido al reconocimiento de
las siguientes áreas de subespecialización
de los profesionales de salud sexual:
- Educación sobre sexualidad
- Sexología clínica (incluye medicina sexual, cirugía sexual, consejería
sexual y psicoterapia
sexual)
- Investigación en sexología
Un área de la sexología se especializa en educación sobre la
sexualidad. La
educación integral de la
sexualidad compete a muchas personas, entre ellas a los padres,
maestros, dirigentes comunitarios, profesionales
de los medios de comunicación de masas y líderes religiosos, entre
otros. Sin embargo, existe
la necesidad de contar con profesionales que se especialicen en el
diseño, ejecución y evaluación de programas
y de curricula específicos (en los que puedan apoyarse el resto de
los educadores no especializados).
La educación integral de la sexualidad incluye educación sexual
para lograr la salud sexual,
llamada también educación en salud sexual.
El capacitación de lo profesionales de educación sobre sexualidad
deberían incluir, como mínimo, las
siguientes áreas de experiencia y conocimientos
técnicos:
- Conocimiento de la sexualidad humana
- Conocimiento amplio del campo de la educación lo que incluye Destrezas
pedagógicas para
diseñar, ejecutar y evaluar programas educativos en sexualidad
humana, particularmente desde
una perspectiva participativa.
- Conciencia de las actitudes personales hacia la propia sexualidad y la de
otros lo que debería
incluir una actitud respetuosa hacia las personas con diferentes
orientaciones sexuales y prácticas
sexuales
- Destrezas básicas para identificar, y de ser necesario, referir a la
persona al profesional adecuado
que pueda tratar problemas de salud sexual
La sexología clínica es el área de la sexología que se especializa en la prevención y atención
de problemas
sexuales que atañen a los síndromes de disfunción sexual,
síndromes de identidad de género, comportamiento
sexual compulsivo y síndromes que ocurren después de una agresión
sexual. Otros tipos
de problemas sexuales han sido abordados por disciplinas debido a
las destrezas específicas requeridas
para su solución: ginecología, andrología y urología en el caso de
síndromes reproductivos y la infectología
en el caso de infecciones de transmisión sexual. Sin embargo,
sigue siendo aconsejable que los
profesionales de estas disciplinas reciban capacitación en los
aspectos básicos de la salud sexual, ya que
su formación original a menudo carece de un enfoque integral a la
sexualidad humana y a la salud
sexual como se propone en este documento. Cada una de las áreas de
la sexología clínica utiliza diferentes
modalidades terapéuticas que requieren capacitación especializada
para aplicarlas, pero es deseable
que los profesionales que abordan estos problemas tengan en común
un conocimiento básico en
salud sexual que, lamentablemente, sigue siendo fragmentario.
Dependiendo del enfoque terapéutico
utilizado, un sexólogo clínico puede clasificar su trabajo en las
siguientes áreas: medicina sexual, cirugía
sexual, consejería sexual y psicoterapia sexual.
La capacitación de los profesionales de sexología clínica debería
tener como mínimo las siguientes áreas
de experiencia y conocimientos técnicos:
- Conocimiento de la sexualidad humana
- Conocimiento amplio de las inquietudes y problemas de la salud
sexual
- Conocimiento de los programas locales de educación sexual y habilidad
para referir a los
pacientes, si fuese el caso, para que reciban intervención
educativa
- Conocimiento de las actitudes personales hacia la propia sexualidad y la
de otros lo que debería
incluir una actitud respetuosa hacia las personas con diferentes
orientaciones sexuales y
prácticas sexuales
- Destrezas para identificar, y diagnosticar etiológicamente problemas de
salud sexual comprendidos
en el área de la sexología clínica: es decir, disfunciones
sexuales, género (síndromes de
identidad de género), comportamientos sexuales compulsivos y
síndromes que aparecen después
de que una persona ha sido víctima de un delito
sexual
- Destrezas para identificar, y de ser necesario, referir a la persona al
profesional adecuado, problemas
de salud sexual que pudieran surgir en otras áreas, tales como
síndromes reproductivos
y de infecciones de transmisión sexual
- Destrezas para aplicar estrategias de tratamiento en sus áreas de
especialización: medicina
sexual, cirugía sexual, consejería sexual y psicoterapia sexual,
así como Destrezas para referir a
los pacientes al especialista apropiado, quien indicará el
tratamiento cuando el diagnóstico
etiológico indique la necesidad de un tratamiento diferente del
que este profesional puede
prescribir.
La investigación en sexología es el campo de la sexología, que se
especializa en la recopilación de información
para crear nuevos conocimientos sobre la sexualidad humana.
Utiliza metodologías apropiadas
a la disciplina y ámbitos de estudio. Para poder realizar mejor
sus tareas específicas en la actividad
de investigación, los profesionales que trabajan en investigación
especializada en sexología deberían
tener una base amplia de conocimientos y haber recibido
capacitación en sexualidad humana y salud
sexual
La formación de los profesionales de la investigación en sexología
deberían tener como mínimo las
siguientes áreas de experiencia y conocimientos
técnicos:
- Conocimiento básico de la sexualidad humana
- Conocimiento y destrezas amplios en metodologías de investigación, de
acuerdo con su campo
de especialización
- Conocimiento de las actitudes personales hacia la sexualidad propia y la
de otros, lo que debería
incluir una actitud respetuosa hacia personas con diferente
orientación sexual y prácticas
sexuales
- Conocimiento de actitudes personales hacia otras disciplinas de
investigación, lo que debería
incluir una actitud respetuosa que facilite la investigación
interdisciplinaria
- Destrezas básicas para identificar problemas de salud sexual y, de ser
necesario, referir al
paciente al profesional adecuado
- Un compromiso para realizar investigación sólo de acuerdo a las normas
éticas de más alto
nivel, como se promueve a través de cursos y enseñanzas sobre
ética de la investigación, particularmente
las que atañen a la investigación en salud
sexual.
Se sugiere que se desarrolle un perfil mínimo de capacitación en
salud sexual destinado a profesionales
que se especializan en sexología clínica para cada una de estas
categorías profesionales: educación
para la sexualidad, sexología clínica (abarca medicina sexual,
cirugía sexual, consejería
sexual y psicoterapia sexual) e investigación en
sexología.
Apéndice V
Recursos para la salud sexual
Aunque hay una considerable escasez de recursos para la salud
sexual en las Américas, y se ha emitido
una recomendación para su creación y fortalecimiento, cabe
reconocer que ya hay importantes recursos
que deben ser identificados y divulgados, a objeto de optimizar
los recursos humanos y económicos.
Hay varias organizaciones gubernamentales y no gubernamentales que
han preparado estrategias y
efectúan una labor relevante para la promoción de la salud sexual.
Una lista mundial parcial de estos
recursos puede encontrarse en el sitio en la web de Archive for
Sexology, Berlín. La información puede recuperarse por el sitio en
la web de Archive for Sexology en:
http://www.sexology.cjb.net.
Otros recursos pueden encontrarse en los sitios en la web de la
Organización de las Naciones Unidas
y de sus organismos especializados y de varias organizaciones
profesionales:
OMS: http://www.who.int/
OPS: http://www.paho.org/
FNUAP: http://www.unfpa.org/
ONUSIDA: http://www.unaids.org/
WAS:
http://www.tc.umn.edu/nlhome/m201/colem001/was/
El grupo de expertos recomienda que se prepare y se distribuya
ampliamente una lista completa de
los recursos a objeto de favorecer la ejecución de las medidas
propuestas durante esta consulta.
Notas
1 Organización Mundial de la Salud (1975). Instrucción y asistencia en
cuestiones de sexualidad humana: formación de profesionales
de la salud. Informe de una reunión de la OMS. Col. Serie de Informes Técnicos No 572. Puede
consultarse
todo el Informe en: http://www.sexology.cjb.net
2 La primera reunión se realizó en Copenhague, los días 9 y 10 de
noviembre de 1983. Los resultados de esta consulta se
publicaron en: T. Langfeldt y M. Porter. Sexuality and family planning:
Report of a consultation and research findings.
Organización Mundial de la Salud Oficina Regional para Europa.
Copenhague, 1986. La segunda reunión se celebró
también en Copenhague del 5 al 7 de mayo de 1987. Los resultados
de esta consulta figuran en un documento inédito
de la Organización Mundial de la Salud. Oficina Regional para
Europa. Concepts of
Sexual Health: Report on a Working
Group. Puede consultarse en:
http://whqlibdoc.who.int/euro/-1993/EUR_ICP_MCH_521.pdf
3 A pesar de todos los esfuerzos realizados en el último decenio
para limitar la propagación de las infecciones de transmisión
sexual, entre ellas el VIH, esas infecciones siguen representando
un grave problema de salud pública en la Región
de las Américas. La Organización Panamericana de la Salud calcula
que hay alrededor de 1,7 millones de personas infectadas
con el VIH en América Latina y el Caribe, y aproximadamente 1
millón en América del Norte. Estas cifras indican
que las tasas de prevalencia de la infección por el VIH en la
Región son sumamente altas y reflejan la proporción de
adultos (de 15 a 49 años de edad, según cifras de población para
1997), que vivían con el VIH/SIDA en las Américas en
1998. Se calcula que estas tasas son de: 0,56% en América el
Norte; 0,57% en América Latina y 1,96% en el Caribe.
Fuente: Mazín, R. Is Promotion of Sexual Health Relevant To Achieve
Public Health Goals? Conferencia Magistral pronunciada
ante el Congreso Internacional de SIDA, 24 al 26 de noviembre de
1999, Acapulco, México: "Avances en SIDA
e infecciones de transmisión sexual: retos para el Tercer
Milenio"
4 Hasta la fecha, en el mundo en desarrollo han sido pocas las
intervenciones exitosas que hayan demostrado claramente
su eficacia. El ejemplo mejor documentado es el de Tailandia donde
las reducciones recientes en la prevalencia y la incidencia
del VIH entre hombres jóvenes de Tailandia (así como un marcado
descenso en las infecciones de transmisión
sexual notificadas) se ha atribuido a una combinación de un mayor
uso de los condones y a una reducción en la clientela
de los trabajadores del sexo. Fuente: Programa Conjunto de las
Naciones Unidas sobre VIH/SIDA (ONUSIDA,
1999). Trends in HIV incidence and prevalence: natural course of the epidemic or
results of behavioural change?
5 Dixon M. R. The sexuality connection in reproductive
health. En S.
Zeidenstein and K.More (Eds.) Learning about Human
Sexuality: A practical beginning. The Population Council and International Women’s
Health Coalition. New York. 1996.
6 Informe de la Conferencia Internacional sobre la Población y el
Desarrollo (El Cairo, 5 al 13 de septiembre de 1994) Red
Internacional Informativa sobre Población (POPIN) División de
Población de las Naciones Unidas, Departamento de
Asuntos Económicos y Sociales, con apoyo del Fondo de Población de
las Naciones Unidas (UNFPA).
7 Según datos del Departmento de Justicia, en algún lugar de los
Estados Unidos, cada dos minutos, una mujer es víctima
de una violación. En 1996, 307.000 mujeres fueron víctimas de
violación, intento de violación o ataque sexual. [National
Crime Victimization Survey. Bureau of Justice Statistics, U.S.
Department of Justice, 1997.] Entre 1995 y 1996, más de
670.000 mujeres fueron víctimas de violación, intento de violación
o ataque sexual. [National Crime Victimization
Survey. Bureau of Justice Statistics, U.S. Department of Justice,
1997]. En 1995, los organismos locales de protección de
los menores de edad identificaron a 126.000 menores que habían
sido víctimas de abuso sexual comprobado o presunto;
de estos 75% eran niñas.Aproximadamente 30% de esos niños se
encontraban entre las edades 4 y 7 años. [Departmento
de Salud y Servicios Sociales, Administration for Children and
Families, 1995.] Aproximadamente una tercera parte de
todas las víctimas juveniles de abuso sexual son niños menores de
6 años de edad. [Violence and the Family. Informe del
Grupo de Trabajo Presidencial de la Asociación de Psicólogos
Americanos, sobre violencia y la familia, 1996.]. Según el
Departamento de Justicia, una de cada dos víctimas de violaciones
tiene menos de 18 años; una de cada seis tiene menos
de 12 años. [Child Rape Victims, 1992. U.S. Department of
Justice.] Fuente: Rape, Abuse and Incest National Network
(RAINN) http://feminist.com/rainn.htm. En cuanto a los hombres: aproximadamente uno de
cada seis niños es víctima
de abuso sexual antes de los 16 años. Hopper J., Sexual Abuse of Males: Prevalence,
Lasting Effects, and Resources
http://www.jimhopper.com/male-ab/. Un estudio basado en los registros de la
Maternidad de Lima, Perú reveló que 90
% de las madres jóvenes de 12 a 16 años había quedado embarazada
luego de una violación. En Costa Rica, una organización
que trabaja con madres adolescentes notificó que 95 % de las
jóvenes embarazadas, menores de 15 años, que
acuden a esos servicios, habían sido víctimas de incesto.
Interactive
Population: Violence against Girls and Women:
http://www.unfpa.org/modules/intercenter/violence/gender2f.htm
8 Federación Internacional de Planificación de la Familia.
IPPF Charters on
Sexual and Reproductive Rights Vision 2000
International Planned Parenthood Federation, 1996.
9 Asociación Mundial de Sexología. Declaración de los derechos
sexuales. Versión revisada y aprobada por la Asamblea
General de la Asociación Mundial de Sexología (WAS) el 26 de
agosto de 1999, durante el 14 Congreso Mundial de
Sexología, celebrado en Hong Kong, República Popular China.
10 Informe de la Conferencia Internacional sobre Población y
Desarrollo (El Cairo, 5 al 13 de septiembre de 1994) Red
internacional Informativa sobre Población (POPIN) División de
Población de las Naciones Unidas, Departamento de
Asuntos Económicos y Sociales, con apoyo del Fondo de las Naciones
Unidas para Asuntos de Población (FNUAP) .
11 Principalmente, la posibilidad de usar sildenafil, y algunos
inhibidores de la fosfodiesterasa más recientes para tratar la
disfunción eréctil, así como el uso de los inhibidores selectivos
de la recaptación de la serotonina (SSRI) y otros antidepresivos
para tratar la eyaculación precoz y las formas compulsivas del
comportamiento sexual.Manecke, R. G.;Mulhall,
J.P. Medical treatment of erectile dysfunction. Ann Med 1999 Dec;31(6):388-98; Rosen, R.C.,
Lane, R.M.; y Menza, M.
Effects of SSRIs on sexual function: a critical review.
J Clin
Psychopharmacol 1999 Feb.19(1):67-85; Coleman, E., Gratzer,
T. Nescvacil, L., & Raymond, N. (2000). Nefazodone and the
treatment of compulsive sexual behavior: A retrospective
study. The Journal of Clinical Psychiatry 61(4), 282-284.
12 Cfr. Rubio, E. Introducción al estudio de la sexualidad
humana. En CONAPO (Editor). Antología de la Sexualidad
Humana Vol . 1. CONAPO, México 1994.
13 Weeks, J. Sexuality.
Ellis Horwood Limited. Tavistock Publications. Londres 1986.
14 Organización Mundial de la Salud Instrucción y asistencia en cuestiones de
sexualidad humana: formación de profesionales
de la salud. Informe de una reunión de la OMS, Serie de Informes Técnicos No.
572, 1975.
15 La definición de sexualidad humana que figura en el informe de
la reunión de 1983 es: ‘’la sexualidad es parte integral
de la personalidad de cada quien: hombre,mujer y niño. Es una
necesidad básica y un aspecto inherente a la realidad de
ser humano que no puede separarse de otros aspectos de la vida’’.
La sexualidad no es sinónimo de relaciones sexuales,
no se trata de tener orgasmos o no y no es la suma total de
nuestra vida erótica. Ésto quizás sea parte de nuestra sexualidad
pero tal vez no lo sea. La sexualidad es mucho más que eso: es la
energía que nos motiva a buscar amor, contacto,
calidez e intimidad; se expresa en la manera en que sentimos, nos
movemos, tocamos y somos tocados; es acerca de ser
sensual y ser sexual. La sexualidad influye en los pensamientos,
los sentimientos, las acciones, las interacciones y por ende
sobre nuestra salud mental y física. En vista de que la salud es
un derecho humano fundamental también debe serlo la
salud sexual’’ (p.5). Langfeldt, T. & Porter, M..
Sexuality and family
planning: Report of a consultation and research findings.
Oficina Regional para Europa. Copenhague, 1986.
16 Véanse por ejemplo las definiciones planteadas por Ruth
Dixon-Muller en: The
sexuality connection in reproductive
health. En S. Zeidenstein & K. More (Eds.) Learning about Human Sexuality: A practical
beginning. The
Population
Council and International Women’s Health Coalition. Nueva York,
1996. "El comportamiento sexual consiste en acciones
observables empíricamente (en principio, al menos) … …En cambio,
la sexualidad es un concepto más integral
que abarca la capacidad física de la excitación sexual y el placer
(libido), así como los significados sociales y compartidos
que van unidos tanto al comportamiento sexual como a la formación
de la identidad sexual y de género"(p. 139).
O, Ira Reiss en Journey into Sexuality: an exploratory
voyage. Prentice
Hall, Englewood Cliffs New Jersey. 1986: "La sexualidad
humana en todas las sociedades consiste en esos actos compartidos
por un grupo, que supuestamente conducen a
la excitación erótica y a su vez producen una respuesta genital"
(p. 20).
17 Cfr. Rubio, E.. Introducción al Estudio de la sexualidad
humana. En CONAPO (Ed). Antología de la Sexualidad Humana
Vol . 1. CONAPO, México 1994. Rubio presenta un modelo de sexualidad humana
partiendo de una perspectiva de la
teoría del sistema general y define la sexualidad humana como el
resultado de la integración (mental) de cuatro potencialidades
humanas que originan cuatro subsistemas, a saber: la
reproductividad, el género, el erotismo, y la vinculación
interpersonal afectiva (p.29).
18 Véase la definición
suministrada por The Sexuality Information Council of the
United States: ‘’La sexualidad humana abarca el conocimiento
sexual, las creencias, las actitudes, los valores y los comportamientos
de las personas. Sus dimensiones incluyen la anatomía, la
fisiología y la bioquímica del sistema de respuestas
sexuales; identidad, orientación, roles y personalidad; así como
pensamientos, sentimientos y relaciones. La
expresión de la sexualidad recibe la influencia de las inquietudes
éticas, espirituales, culturales y morales. Making the
Connection: Sexuality and Reproductive Health Definitions of
Sexually Related Health Terminology.
http://www.siecus.com/pubs/cnct/cnct0001.html
19 Algunos buenos ejemplos de esto son: Alazate, H..
Sexualidad
Humana. Editorial
Temis. Santa Fe de Bogotá, Colombia
(1997). Alazate explica: "La sexualidad humana …puede definirse
como un conjunto de elementos estructurales, fisiológicos,
conductuales y socioculturales, que permiten el ejercicio de la
función sexual. La función sexual se define como
la función consciente y condicionada por la cultura, que se ha
derivado filogenéticamente de la función de la reproducción,
pero que se ejerce en primer lugar de manera agradable o lúdica
(función erótica), y secundariamente de una
manera reproductiva, por medio del uso de zonas corporales u
órganos de especial sensibilidad’’ (p.5). En este mismo
orden de ideas, también hay una obra de Paul R. Abramsom y Steven
D. Pinkerton. With
Pleasure: Thoughts on the
Nature of Human Sexuality. Nueva York, Oxford University Press, 1995,
donde leemos: "El sexo ya ha dejado de ser simplemente
para la reproducción –también tiene por objeto alcanzar placer. El
placer intenso que acompaña al sexo tal vez
sirva para incitar a la cópula y, por lo tanto, facilita la
reproducción, pero ésa ya no es su única función. Al contrario, la
sexualidad humana se ha bifurcado: la reproducción toma un camino;
el placer inalterado toma otro" (p.5).
20 Principalmente, John Money en su obra Love & Lovesickness: the Science
of Sex, Gender Difference and Pair-bonding. The
John Hopkins University Press, Baltimore 1981. Otros autores,
(Abramsom, P. & Pinkerton, S.D.With Pleasure: Thoughts
on the Nature of Human Sexuality. New York, Oxford University Press, 1995. Reiss,
I. Journey into
Sexuality: an exploratory
voyage. Prentice Hall, Englewood Cliffs New Jersey. 1986) tienden a ver los
vínculos amorosos como un subproducto
del placer erótico.
21 Para tener una idea: una búsqueda en las siguientes ocho
revistas sobre psicoanálisis:: Journal of the American
Psychoanalytic Association, Bulletin of the American
Psychoanalytic Association, International Journal of Psycho-Analysis,
International Review of Psycho-Analysis, Bulletin of the
International Psycho-Analytical Association, Psychoanalytic
Quarterly, Contemporary Psychoanalysis, Psychoanalytic Study of
the Child generó
864 artículos publicados de 1980 a
1997, en los que se trataban el sexo y el amor.
22 Las pruebas recientes sobre posible regulación del vínculo de
pareja las ha examinado Thomas R. Insel: A
Neurobiological Basis of Social Attachment Am J Psychiatry 1997; 154:726 –735,
donde se demuestra
la participación de
los neurotransmisores oxitocina y vasopresina en especies
inferiores. Más recientemente, el mismo grupo de investigadores
notificó la importancia de los receptores de dopamina D2 en el
Microtus
ochrogaster, un
roedor monógamo que
forma nexos de pareja de larga duración (Gingrich, B., Liu Y.,
Cascio. C.,Wang, Z.& Insel, T.R. Los receptores de la dopamina
D2 en el nucleus accumbens septi son importantes para el apego
social en las hembras del Microtus ochrogaster.
Behav Neurosci 2000 feb;114(1):173-183).
23 Marazziti, D., Akiskal, H. S. Rossi, A. & Cassano, G. B.
Alteration of the platelet serotonin transporter in romantic
love.
Psychological Medicine (1999), 29:741-745.
24 La definición de la OMS sobre la salud es: "La salud es un
estado completo de bienestar físico, social y mental y no consiste
solamente en la ausencia se enfermedades o achaques."
http://www.who.int/aboutwho/en/definition.html
25 El más audaz de los autores sobre este tema es Thomas Szasz
quien, junto con otros escritores que se oponen a la psiquiatría
ha planteado la idea de que la enfermedad mental es un mito. Szasz
escribió recientemente: "La enfermedad
mental es una metáfora (una enfermedad metafórica). La palabra
"enfermedad" designa un proceso biológico que afecta
el cuerpo de los organismos vivos (plantas, animales y seres
humanos). El término ‘’enfermedad mental’’ se refiere a los
pensamientos, sentimientos y comportamientos indeseables de las
personas. Clasificar los pensamientos, los sentimientos
y los comportamientos como enfermedades es un error lógico y
semántico, como clasificar a la ballena como un pez.
Así como la ballena no es un pez, el trastorno mental no es una
enfermedad. Las personas que tienen alguna enfermedad
cerebral (cerebros malos) o enfermedad de los riñones (riñones
malos), literalmente están enfermos. Las personas
con enfermedades mentales (comportamientos malos), como las
sociedades con trastornos económicos (malas políticas
fiscales) están metafóricamente enfermas. La clasificación de un
(mal) comportamiento como enfermedad suministra
una justificación ideológica para el control estatal en forma de
tratamiento médico", Thomas Szasz. Thomas Szasz’s
Summary Statement and Manifesto, marzo 1998. http://www.enabling.org/ia/szasz/manifesto.html
26 Véase Saracci, R. The World Health Organisation needs to
reconsider its definition of health. BMJ 1997;314:1409 (10
mayo).
27 Para una discusión más completa véase, Ruse, M.
Homosexuality a
Philosophical Inquiry. Basil Blackwell, Nueva York.
1988. En resumen, Ruse propone que la salud y la enfermedad pueden
definirse o bien con un enfoque naturalista (Cfr.
Broose, 1977: Health as a theoretical concept. Philosophy of Science, 44, 452-73) donde la enfermedad
es vista como neutra
desde el punto de vista de los valores, o según un enfoque
normativo, en el que los téoricos de la normativa aducen
que la enfermedad es un concepto de valor, que se define en
términos de funcionamiento como ser humano, lo que
implica referencia a una noción de valor, de una buena vida.
28 De pertinencia para este debate con referencia especial a la
investigación en sexualidad y sexología es el ensayo de Ira
Reiss: La filosofía de la ciencia aplicada al estudio de la
sexualidad humana.. En CONAPO (Editor). Antología de la
Sexualidad Humana Vol. 1. CONAPO, México 1994, que es una versión
revisada de Reiss, I. The Future of Sex Research
and the Meaning of Science. Journal of Sex Research. 30: 3-11, 1993.
29 La mutilación genital femenina es una violación del derecho
humano básico a la integridad corporal y comporta graves
riesgos para la salud. El cuerpo de la niña es mutilado de manera
irreversible a una edad en que la niña no es capaz de
tomar una decisión independiente en cuanto a si quiere pasar por
ese procedimiento. Estas son las razones principales
por las que debería abolirse la mutilación genital femenina
totalmente. Además de los graves riesgos para la salud derivados
del procedimiento mismo, la mutilación genital femenina aumenta la
vulnerabilidad a las enfermedades de transmisión
sexual y al VIH. La transmisión puede ocurrir durante la
mutilación si se utiliza el mismo instrumento para
varias niñas. Después, las heridas y la mayor probabilidad de
desgarramiento de la piel durante el coito constituyen riesgos
importantes de contraer alguna enfermedad de transmisión sexual o
el VIH. La mutilación genital femenina se practica
todavía en 28 países de África y se sabe o se presume que se
practica en varios países desarrollados por inmigrantes
procedentes de África. La OMS ha calculado que entre 85 y 115
millones de mujeres que viven actualmente en el mundo
han sido sometidas a la mutilación genital y que cada año, 2
millones de niñas sufren el procedimiento. Documentos del
FNUAP:UNFPA and Adolescence. En: http://www.unfpa.org/ICPD/round%26meetings/ny_adolescent/reports/adoles.htm
30 "Desde 1994, se ha observado un impulso notable en el
desarrollo de políticas y programas relativos a los derechos y la
salud de la reproducción, y se ha logrado un progreso
significativo en los siguientes aspectos: comprensión de un enfoque
a la salud reproductiva basado en los derechos humanos, que abarca
la planificación familiar y la salud sexual; cambios
para que los servicios ya no se presten de manera vertical, ni
sobre la base de metas ni cuotas demográficas; así
como en la promoción de la salud reproductiva de los
adolescentes". Informe del International Forum for the
Operational Review and Appraisal of the Implementation of the
Programme of Action of the International Conference
on Population and Development (ICPD). Foro de La Haya. Asamblea
General de las Naciones Unidas. Sesión especial
sobre la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo
(ICPD) 30 junio - 2 julio 1999.
31 La lista de SIECUS, acerca de los comportamientos de adultos
sexualmente sanos, se elaboró con el consenso de expertos,
no solamente de los Estados Unidos, sino también de países tan
diversos como Brasil, Nigeria, y Rusia. Sexuality
Information and Education Council of the United
States.Making the
Connection: Sexuality and Reproductive Health: Life
Behaviors of a Sexually Healthy Adult: http://www.siecus.com/pubs/cnct/cnct0002.html
32 Interactive Population: Violence against Girls and
Women:
http://www.unfpa.org/modules/intercenter/violence/gender2f.htm
33 Una vez más, solamente a título ilustrativo: por lo menos 60
millones de niñas han ‘’desaparecido’’ de la población
debido a la preferencia por los hijos varones, ya sea por abortos
selectivos de niñas o por abandono. Dos millones de
niñas entre los 5 y 15 años de edad son enviadas al mercado del
sexo anualmente. El número de mujeres analfabetas llega
a casi 600 millones, mientras que el de los hombres es de 320
millones. Fuente: Documentos del FNUAP:
http://www.unfpa.org/modules/intercenter/reprights/empower.htm
34 Laumann, E. O., Paik, A. and Rosen, R. C.. Sexual Dysfunction
in the United States: Prevalence and Predictors JAMA.
1999;281:537-544.
35 Laumann, E. O., Paik, A. and Rosen, R. C.. Sexual Dysfunction
in the United States: Prevalence and Predictors JAMA.
1999;281:537-544 . McCabe MP Intimacy and quality of life among
sexually dysfunctional men and women. J Sex
Marital Ther, 23(4):276-90, 1997,Winter. Litwin, M.S., Nield, R.J., Litwin, M.S.,
Nield, R.J., & Dhanani N. Health-related
quality of life in men with erectile dysfunction. J Gen Intern Med, 13(3): 159-66 1998 Mar. Fugl-Meyer,
A.R., Lodnert,
G., Bränholm I.B., & Fulg-Meyer, K.S. On life satisfaction in
male erectile dysfunction Int J Impot Res, 9(3):141-8 1997
sept.
36 Feldman, H.A., Goldstein, I. Hatzichristou, D.G., Krane, R.J.
& McKinlay, J.B. Impotence and its medical and psychosocial
correlates: results of the Massachusetts Male Aging Study.
J Urol
1994
Jan;151(1):54-61.
37 Por ejemplo, la prevalencia de disfunciones sexuales es
conocida a nivel de síndrome en: Laumann, E. O., Paik, A. and
Rosen, R. C.. Sexual Dysfunction in the United States: Prevalence
and Predictors JAMA.
1999;281:537-544.
38 "Las dificultades relacionadas con al recopilación oportuna de
datos específicos por enfermedad han llevado al concepto
de recopilar información acerca de síndromes. Este enfoque
sindrómico es utilizado exitosamente por el programa de
erradicación de la poliomielitis, que recaba datos sobre la
parálisis fláccida aguda (PFA) causada por varias enfermedades
infecciosas o no infecciosas, pero que suscitará una respuesta
inmediata del sistema de vigilancia de la poliomielitis.
Podría adoptarse el mismo enfoque en zonas donde no puede hacerse
un diagnóstico rápido de laboratorio (como por
ejemplo, en la periferia de muchos sistemas de salud). Si bien
carece de especificidad, el enfoque sindrómico ofrece lo
siguiente: una definición de caso sencilla y estable;
confiabilidad (ya que notifica lo que se observa realmente); notificación
inmediata (ya que no hay retraso derivado del laboratorio); una
mayor cobertura de vigilancia que permite la detección
de enfermedades emergentes; y, en algunos casos, evita el estigma
asociado con la enfermedad. Este enfoque complementa
una lista específica por enfermedad de aquellas que se deben
notificar y, además se considera en el contexto
de la revisión de las Normas Internacionales de Salud."An
integrated approach to Communicable Diseases Surveillance,
Epidemiological Bulletin, Vol. 21 No.1, marzo 2000:
http://www.paho.org/English/SHA/eb_v21n1-vigil.htm
39 La disponibilidad actual de medicamentos eficaces para mejorar
la disfunción eréctil ilustra la ventaja de un enfoque sindrómico
al diagnóstico. Mientras que un síndrome de disfunción eréctil
puede tratarse con éxito sintomáticamente (es
decir, mejorar la función eréctil) con medicamentos como el
sidenafil, hacerlo sin un diagnóstico etiológico adecuado
puede esconder los factores causantes, además de retrasar el
diagnóstico de enfermedades frecuentes como la diabetes
mellitus o la hiperlipidemia o, imponer un tratamiento de por vida
a una persona que podría beneficiarse de tratamientos
que pueden eliminar los factores etiológicos (por ejemplo, la
ansiedad de no desempeñarse bien). (Cfr. Rubio,
E. y Díaz, J. Las Disfunciones Sexuales En: CONAPO (Editor).
Antología de la
Sexualidad Humana Vol. 3. CONAPO,
México 1994.
40 Comunicado de prensa: WHO/93: La Directora General establece
la posición de la OMS en materia de salud sexual y
derechos humanos. 8 de diciembre de 1998 puede consultarse en:
http://www.who.int/inf-pr-1998/en/pr98-93.html
41 Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
Integrating human
rights with sustainable human development.
Documento de política del PNUD. Programa de las Naciones Unidas
para el Desarrollo Nueva York, NY enero 1998. Puede
consultarse en: http://magnet.undp.org/Docs/policy5.html
42 Komisaruk, B.R. and Whipple, B. Love as sensory stimulation:
physiological consequences of its deprivation and expression.
Psychoneuroendocrinology 1998 Nov;23(8):927-44.
43 Cfr.. Kaplan, H.S. The New Sex Therapy Brunner Mazel, Nueva York 1974.
44 En el informe reciente sobre prevalencia de la disfunción
sexual cuando se analizó el comportamiento de buscar ayuda
se encontró que 10% de los hombres y 20% de las mujeres aquejados
de disfunción sexual solicitaron ayuda médica para
sus problemas sexuales. Laumann, E. O., Paik, A. and Rosen, R. C..
Sexual Dysfunction in the United States: Prevalence
and Predictors JAMA. 1999;281:537-544.
45 Nicolelis, M.A., De Oliveira, L.M., Lin, R.C. and Chapin, J.K.
Active tactile exploration influences the functional maturation
of the somatosensory system. J Neurophysiol 1996 May;75(5):2192-6. Fleming, A.S.,O’Day,D.H.
& Kraemer, G.W.
Neurobiology of mother-infant interactions: experience and central
nervous system plasticity across development and
generations. Neurosci Biobehav Rev. 1999 May;23(5):673-85.
46 Best Practice (mejor método), es el proceso continuo de
aprender, formular comentarios, reflexionar y analizar lo que
funciona (o lo que no funciona) y por qué, utilizado como punto de
partida por el ONUSIDA, sus copatrocinadores y
asociados para identificar, intercambiar y documentar las
importantes lecciones aprendidas. El método Best Practice se
ha compartido en foros de intercambio, redes, publicaciones de la
colección Best Practice y asistencia técnica. En 1998,
la colección Best Practice aumentó a más de 190 publicaciones y
videos originales que incluyen publicaciones conjuntas
y copatrocinadas. Los títulos de la colección son los siguientes:
Technical Update, Point of View, Case Study, Key
Material y el Summary Booklet. La colección puede consultarse
en:
http://www.unaids.org/bestpractice/collection/index.html
47 Varias fuentes señalan el hecho de que las mujeres viven más
que los hombres, pero también que se enferman con mayor
frecuencia y utilizan los servicios médicos con mayor frecuencia
que los hombres, aun cuando los servicios relacionados
con la maternidad no se incluyan en estos cálculos. Estos autores
han planteado hipótesis que pueden agruparse en
cuatro categorías amplias, a saber: 1.riesgos diferenciales, que
están asociados con la forma en que los hombres y las
mujeres son socializados; 2. diferencias debidas a factores
psicosociales, por ejemplo, las mujeres están más capacitadas
(socialmente) para percibir, evaluar y notificar signos de
enfermedad, y además para adoptar mejor el papel de ‘’estar
enferma’’ y de seguir un tratamiento médico; 3. diferencias
debidas a un sesgo sexista de parte de los médicos que tienden
a percibir a las mujeres como más frágiles que los hombres y, por
lo tanto, más propensas a enfermarse física o psicológicamente;
4. posibles diferencias biológicas. (Cfr. Castro, R. y Bronfman M.
Teoría feminista y
sociología médica:
bases para una discusión. En J.G. Figueroa (ed.) La condición de la mujer
en el espacio de la salud. México D.F. El Colegio
de México. 1998. En México, una investigación realizada por la
Secretaría de Salud en 1992 reveló que las mujeres tienen
mayores problemas de malnutrición y otros afines, en comparación
con los hombres (Corona E. y Corona A. La
salud de las mujeres en México: Situación actual y algunas
propuestas. Presentado en el Seminario previo a la
Conferencia Mundial sobre la Mujer. UNIFEM, 1995.
48 Grunseit, A. y Kippax, S., Effects of Sex Education on Young
People’s Sexual Behaviour.1993. Reseña inédita encargada
por el Programa Mundial sobre el SIDA, Organización Mundial de la
Salud, julio,1993. Moore, K. A. et al. Adolescent
Pregnancy Prevention Programs: Interventions and Evaluations,
Child Trends, Inc. Washington, DC. Frost, J.J. &
Forrest, J.D. Understanding the Impact of Effective Teenage
Pregnancy Prevention Programs. Family Planning
Perspectives 1995, 25(5): 188-96; y Kirby, D. et al. School-Based Programs to Reduce Sexual Risk
Behaviors: A Review
of Effectiveness. Public Health Reports, 1994,109-(3), pp. 339-60.
49 William, F.A. A Psychological Approach to Human Sexuality: The
Sexual Behavior Sequence. En D. Byrne & K. Kelley
(Editors) Alternative Approaches to the Study of Sexual
Behavior.
1986. Lawrence
Erlbaum Associates, Publishers,
Hillsdale, New Jersey.
50 Ferraro, F. and Dukart, R. A Cognitive Inhibition in
Individuals prone to homophobia. J. Clin Psychol 1998 feb;
54(2):155-62.
51 Johnson, M.E., Brems, C and Alford—Keating, P. Personality
correlates of homophobia. J Homosex 1997; 34(1):57-69.
52 Monroe, M., Baker, R.C. & Roll, S. The relationship of
homophobia to intimacy in heterosexual men. J Homosex 1997;
33(2):23-37.
53 Meyer, I.H. and Dean, L. Patterns of sexual behavior and risk
taking among young New York City gay men. AIDS Educ
Prev 1995; 7(5 Suppl):13-23.
54 Lohrmann, C., Valimaki, M., Suominen, T., Muinonen, U.,
Dassen, T. and Peate. German nursing students’ knowledge
of and attitudes to HIV and AIDS: two decades after the first AIDS
cases. J Adv Nurs
2000 marzo;
31(3):696-703.
55 Herek, G.M. (1984). Beyond "homophobia": A social
psychological perspective on attitudes toward lesbians and gay
men. Journal of Homosexuality, 10(1/2), 1-21.
56 Las estadísticas mencionadas en la sección dedicada a la
importancia de los problemas de salud sexual ilustran lo
siguiente: en el Informe sobre el Desarrollo Mundial, publicado
por el Banco Mundial en 1993 se calculaba que "las
mujeres entre los 15 y los 44 años pierden más años de vida
ajustados en función de la discapacidad (AVAD) debido a
las violaciones y a la violencia familiar que debido al cáncer de
mama, al cáncer cervicouterino, al trabajo de parto difícil,
enfermedades del corazón, SIDA, infecciones respiratorias,
accidentes de vehículos automotores o a la guerra." Varios
estudios demuestran que las sobrevivientes de las violaciones
tienen tasas elevadas de estrés postraumático persistente y
conforman el grupo más grande diagnosticado con este trastorno.
Por otra parte, las mujeres que han sufrido una violación
tienen nueve veces más probabilidades, comparadas con las que no
la han sufrido, de intentar suicidarse y de
sufrir depresión grave. Más aun, entre 50 y 60% de las víctimas
padecen de alguna disfunción sexual, entre las que se
encuentran temor a las cuestiones relacionadas con el sexo y
problemas de excitación. Un estudio basado en registros
del Hospital de Maternidad de Lima, Perú, reveló que 90% de las
madres jóvenes de 12 a 16 años habían quedado embarazadas
luego de una violación. En Costa Rica, una organización que
trabaja con madres adolescentes notificó que 95%
de las jóvenes embarazadas menores de 15 años, que acudían a
solicitar servicios habían sido víctimas de incesto.
Interactive Population Center: Violence against Girls and
Women:
http://www.unfpa.org/modules/intercenter/violence/gender2f.htm
57 Corona, E. Resquicios en las puertas: La educación sexual en
México en el siglo XX, en: CONAPO (Editor). Antología
de la Sexualidad Humana Vol. 3. CONAPO, México, 1994.
58 Coleman, E. (1998). Promoting Sexual Health: The Challenges of
the Present and Future. En J.J. Borrás Valls y
Conchillo,M.P. (Ed.). Sexuality and Human Rights. Valencia,
España.
59 Cerrutti, S. 1993 Salud y Sexualidad desde una Perspectiva de
Género. Global Reproductive Health Forum:
http://www.hsph.harvard.edu/grhf/Spanish/course/sesion1/saludsexual.html
60 Grunseit, A. y Kippax, S., Effects of Sex Education on Young
People’s Sexual Behaviour. 1993. Reseña inédita encargada
por el Programa Mundial sobre el SIDA. Organización Mundial de la
Salud, julio 1993. Moore, K.A. et al. Adolescent
Pregnancy Prevention Programs: Interventions and
Evaluations,
Child Trends,
Inc.,Washington,DC. Frost, J.J. y Forrest,
J.D. Understanding the Impact of Effective Teenage Pregnancy
Prevention Programs. Family Planning Perspectives
1995, 25(5):188-96; y Kirby,D. et al. School-Based Programs to
Reduce Sexual Risk Behaviors: A Review of Effectiveness.
Public Health Reports, 1994, 109(3), pp. 339-60.
61 Franklin, C., Grant, D., Corcoran, J., O’Dell Miller, P. y
Bultman, C. (1997). Effectiveness of prevention programs for
adolescent pregnancy: A meta analysis. Journal of Marriage and the
Family, 59, 551-567.
62 Véase por ejemplo, Israel, R.C & Nagano, R. Promoting
Reproductive Health for Young Adults through Social Marketing
and Mass Media: A Review of Trends and Practices. Education
Development Center, Inc. (EDC) 55 Chapel Street,
Newton, MA 02158. Puede consultarse en : http://www.pathfind.org/RPPS-Papers/Social%20Marketing.html
63 En 1907, Iwan Bloch publicó su primer trabajo verdaderamente
sexológico bajo el título Das Sexualleben unserer Zeit
(The Sexual Life of Our Time) y planteó en su prólogo: "El autor
del presente trabajo está convencido de que la consideración
estrictamente médica de la vida sexual…no es capaz de reconocer a
cabalidad las complejas relaciones entre la
sexualidad y otros ámbitos de la vida humana. Para hacer justicia
a la importancia plena del amor en la vida de la persona
y en la de la sociedad, y con respecto a la evolución de la
civilización humana, esta rama particular de la investigación
debe ser tratada en su propia subordinación como parte de la
ciencia general de la humanidad, que está constituida
por una unión de todas las otras ciencias de biología general,
antropología y etnología, filosofía y psicología, la historia
de la literatura y toda la historia de la civilización…Hasta ahora
no se ha escrito un tratado único integral acerca de la
totalidad de la vida sexual…Finalmente, ha llegado el momento para
tratar de analizar la enorme cantidad de material
disponible y presentar el resultado desde un punto de vista
centralizado". Bloch, I. The Sexual Life of Our Time.
Traducido por Eden Paul, Nueva York: Allied Book Company,
1908.
64 Veánse las pautas de SIECUS que presentan una descripción más
completa de las pautas para una educación sexual integral:
http://www.siecus.org/school/sex_ed/guidelines/guide0000.html
65 A. Grunseit y S. Kippax (1993) "Effects of Sex Education on
Young People’s Sexual Behaviour," reseña inédita encargada
por el Programa Mundial sobre el SIDA, Organización Mundial de la
Salud, julio de 1993; K.A. Moore, et al. (1995),
Adolescent Pregnancy Prevention Programs: Interventions and
Evaluaitons,
Child Trends, Inc.,
Washington, DC; J.J.
Frost y J.D. Forrest (1995). "Understanding the Impact of
Effective Teenage Pregnancy Prevention Programs," Family
Planning Perspectives 25(5): 188-96; y D. Kirby et al.
"School-Based Programs to Reduce Sexual Risk Behaviors: A
Review of Effectiveness," Public Health Reports, 109(3), 1994, pp. 339-60.
Agradecimientos
Este documento fue preparado por una consulta de expertos que se
efectuó en Antigua Guatemala,
Guatemala, del 19 al 22 de mayo de 2000. El Dr. Eusebio Rubio
Aurioles, preparó las versiones preliminar
y definitiva, ayudado por el Dr. Eli Coleman y por La Psic. Esther
Corona Vargas, el Dr. Rafael
Mazín, y por el Dr. Simon Rosser, El Dr. Alexander McKay y la Dra.
Eleanor Maticka-Tyndale ayudaron
a revisar la versión definitiva en inglés e hicieron sugerencias
de estilo. El Dr. Fernando Zacarías,
Coordinador Regional del Programa de VIH/SIDA-ITS de la
Organización Panamericana de la Salud
(OPS) brindó su apoyo constantemente a la realización de esta
consulta y la finalización del documento.
Entre los consultores que asistieron a la reunión en Guatemala,
auspiciada conjuntamente por la
Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Asociación
Mundial de Sexología (WAS), se encontraban
expertos en los campos de sexología, salud reproductiva y
prevención de VIH/ITS. Debido a que
esta consulta se enfocaba principalmente en la Región de las
Américas, la mayoría de los participantes
provenían de esta región. Sin embargo, algunos expertos
internacionales de otras regiones también fueron
invitados en razón de su experiencia y conocimientos técnicos,
además de que podían aportar una
perspectiva mundial a la reunión.
La Agencia Española para la Cooperación Internacional (AECI) y el
Ministerio de Sanidad y Consumo
de España dieron su apoyo para la realización de la consulta y la
participación de expertos de España.
La versión en español fue traducida por la Sra. Elena Gómez y las
revisiones editoriales fueron realizadas
por la Dra. Esther Corona, el Dr. Eusebio Rubio Aurioles, la Sra.
Paulina Luco-DeVincenti y la Srta.
María Pía Catalano bajo la coordinación del Dr. Rafael Mazín, del
Programa Regional de SIDA/ITS, de
la División de Prevención y Control de Enfermedades de la
Organización Panamericana de la Salud
(OPS).
Diseño y composición: Miki Fernández,
ULTRAdesigns
Participantes
Laura Asturias, boletín informativo feminista "La Cuerda,"
Guatemala
*Juan José Borrás Valls, Universidad Jaume I, España
Cecilia Cardinal de Martín, Comité Latinoamericano y del Caribe
para la Educación Sexual
(CRESALC), Colombia
*Eli Coleman, Universidad de Minnesota, USA
**Esther Corona Vargas, Asociación Mexicana de Educación Sexual
(AMES), México
*Marc Ganem, Sociedad Francesa de Sexología Clínica (SFSC),
Francia
*Debra Haffner, Consejo Estadounidense de Información y Educación
sobre Salud Sexual (SIECUS),
Estados Unidos
*Rubén Hernández Serrano, Universidad Central de Venezuela,
Venezuela
Ana Luisa Liguori, Fundación John D. and Catherine T. MacArthur,
México
Eleanor Maticka-Tyndale, Universidad de Windsor, Canadá
Alexander McKay, Consejo Canadiense de Información y Educación
Sexual (SIECCAN), Canadá
Frans Mom, HIVOS, Países Bajos
*Emil Man Lun Ng, Asociación de Educación Sexual de Hong Kong,
China
*Aminta Parra Colmenares, Universidad Central de Venezuela,
Venezuela
*María Pérez Conchillo, ESPILL Instituto de Sexología, Psicología
y Medicina, España
**Oswaldo M. Rodrigues, Centro de estudios e investigación en
comportamiento humano
y sexualidad (CEPCoS), Brasil
**Rodolfo Rodríguez Casteló, Universidad Católica de Guayaquil,
Ecuador
B. R. Simon Rosser, Universidad de Minnesota, Estados Unidos
*Eusebio Rubio Aurioles, Asociación Mexicana para la Salud Sexual
(AMSSAC), México
William R. Stayton, Universidad Widener, Estados Unidos
Esiet Uwemedimo Uko, Action Health Incorporated, Nigeria
Bernardo Useche, Universidad de Caldas, Colombia
* Miembros de la Junta Asesora de la Asociación Mundial de
Sexología (WAS)
** Miembros del Comité Ejecutivo de la Federación Latinoamericana
de Sexología y Educación
Sexual (FLASSES), que es una de las federaciones regionales de la
WAS.
Secretariadoa
Fernando José Amado Luarca, Organización Panamericana de la
Salud,Washington.
Nathalie Brinck, Organización Panamericana de la
Salud,Washington
Bilali Camara, Centro de Epidemiología de Caribe/Organización
Panamericana de la Salud. Trinidad
y Tabago
Carmen A. Valenzuela, Organización Panamericana de la Salud,
Guatemala
Martine de Schutter, Organización Panamericana de la
Salud,Washington
Rafael Mazín, Organización Panamericana de la
Salud,Washington.
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adiciones y sugerencias, se pueden comunicar a: HaeberleE@web.de
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