Caricatura de Cipriano Castro, por WA Rogers, publicada en el New York Herald‐Nueva York USA,1903
` Su última amenaza', Grag Constitution, Atlanta USA
Como refiere Polanco Alcántara en su libro `Venezuela y sus personajes' (20) Cipriano Castro
pasa penosamente por un exilio que comienza con una salida normal del país, llegando a Francia y
posteriormente a Berlín en Alemania con una comitiva médica encabezada por el doctor Pablo Acosta
Ortiz (1864‐1914).
Ya alejado del poder a finales de 1908 y habiendo sido sometido exitosamente a la cirugía
urinaria por parte del doctor James Israel en la ciudad de Berlín‐Alemania, tuvo que suplicar a cónsules y
embajadores venezolanos que irónicamente habían sido nombrados por él y estaban ya bajos las
órdenes de Gómez, que lo ayudaran económicamente, lo cual hizo el cónsul Diógenes Escalante con el
recurso de sus oficinas consulares (20) ya que Gómez y su recién instalado gobierno le habían bloqueado
todas las cuentas presidenciales y personales, dejándolo prácticamente sin recursos económicos de los
cuales disponer.
Posteriormente por la ingenua creencia que su vuelta a Venezuela sería bien recibida, viaja
pero antes de llegar es bloqueado, vejado, maltratado físicamente, humillado e incluso apresado en los
diferentes sitios a donde llega (Martinica, Nueva York. Trinidad).
En su retorno sufre el inevitable acoso de las potencias extranjeras y de los espías de Juan
Vicente Gómez que lograron confabularse para que su retorno a Venezuela se hiciera imposible (20,24)
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