Pedro Laín Entralgo, historiador médico español cita: `En el campo de la sífilis, Philip Ricord
desacreditó la creencia de Hunter de que la gonorrea y la sífilis eran la misma enfermedad, cuando
inoculó pus gonorreico a 2.500 pacientes, sin que ninguno contrajera la sífilis' (41)
En los veintidos años que duraron las guerras napoleónicas y revolucionarias (1793‐1815) los
cirujanos de la armada real francesa eran los responsables de la salud de oficiales, mujeres y niños de
cada embarcación y el motivo de consulta más frecuente eran las enfermedades venéreas. Para ése
entonces las enfermedades venéreas se limitaban a gonorrea o a `lux venerea', tambien conocida como
lúes o French Pox, es decir sífilis. Esta usualmente se trataba con sales de cloruro o ioduro de mercurio,
como unguento en cebo o manteca. Esta solución se llamaba Calomel® (Cloruro de mercurio), y recibían
tambien otros nombres como Saturine®, Lunar Caustic® o Clap Balsam, o pastillas azules (Blue pills). La
gonorrea en cambio se trataba con reposo en cama, y dieta evitando vinos, especias, cebollas, carne. Se
le daba agua de cabada o leche y evitar excitación sexual o cualquier cosa que `inflamara la fantasía y la
imaginación' (42)
El `unguentum Saracenicum', a base tambien de mercurio, fué muy utilizado por la medicina
árabe en afecciones de la piel como la sarna, psoriasis, lepra y otras enfermedades y era una de las
terapias preferidas de los médicos del siglo XV, XVI, XVII, XVIII y XIX, al igual que el Guayaco o Palo santo,
importado desde sudamérica a europa por las empresas comerciales de ultramar de la familia Fugger,
banqueros alemanes de Augsburgo, los cuales tenían un monopolio con dicho producto.
Los derivados del mercurio se utilizaron por màs de cuatrocientos años hasta la llegada del
Salvarsán® a comienzos del siglo XX. (43)
Lunar Caustic
Calomel® (Cloruro de Mercurio)
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