por sus usos medicinales. Otros nombres son palo santo, madera santa, corazón verde y madera de
hierro (53)
El primer caso de sífilis curado por el guayacán lo relata Nicolás Monardes, cito textualmente:
`Dio noticias dél a su amo de este manera. Como un español padeciese grandes dolores de bubas, que
una india se las había pegado, el indio le dio el agua del guayacán, con que no sólo se le quitaron los
dolores que padecía, pero sanó muy bien del mal; (...) y cierto para este mal es el mejor y más alto
remedio de cuantos hoy ser han hallado y que con más certinidad y más firmeza sana y cura la tal
enfermedad. Porque si se da esta agua como se ha de dar, es cierto que sanan perfectísimamente, sin
tornar a recaer, salvo si el enfermo no torna a revolcarse en el mismo cieno do tomó las primeras'.
Guayacán o Palo Santo de las Indias
Preparación y uso del Guayacán en pacientes sifilíticos. Jan van der Straet‐siglo XVII
En su libro Monardes refería, cito: `de a do vino el mal, viene el remedio' (`de donde vino el
mal viene el remedio". Monardes describe la manera de preparar el `palo de guayacán' o `palo santo'
con los de otra planta, de origen chino, americanizada en su cultivo y también usada en el tratamiento
de las bubas, la llamada ` raíz de china'. Este fue un remedio muy utilizado por el emperador español
Carlos V que mereció inclusive una monografía del inmortal anatomista Vesalio, a la sazón jefe de los
médicos del rey (31),(32).
El palo de guayacán en cocimiento, era eficacísimo para la curación del mal de las bubas. En
conjunto con la dieta, eran los medios empleados por los indios, como escribe Fernández de Oviedo,
Hist. de las Indias, lib. X, cap. II: `Se han visto muy grandes curas que ha hecho este árbol en hombres
que de mucho tiempo estaban tollidos e hechos pedaços, de muy cruda llagas, y con extremados
dolores... Toman astillas delgadas deste palo, e algunos le hacen picar menudo, y en cantidad de dos
açumbres de agua echan media libra de palo, o algo más, e cuece hasta que mengua las dos partes, e
quítanlo del huego e reposase; e después bebe el paciente una escudilla de aquella agua por la mañana,
en ayunas, veynte o treynta días... y en aquel tiempo guarda mucha dieta, e no come carne, ni pescado,
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