Podían
los curadores ser hombre o mujer, y habían mas de 40 tipos de sanadores (brujos,
curanderos, médicos, cirujanos, fisiatras, comadronas, aquellos encargados de los aislamientos, entre
otros).
Pertenecían básicamente a dos grupos: los que tenían un extenso conocimiento de las
enfermedades y las tecnicas para tratarlas y aquellos que trabajaban durante ceremonias religiosas y
solo secundariamente podían curar la enfermedad (sacerdotes). Las terapia psicologico‐religiosas eran a
base de invocaciones, oraciones, cantos a los diferentes espiritus y deidades. El proceder de los
sanadores cambiaba de acuerdo al tipo de terapia que se necesitara. Muchas veces asociaban practicas
mágicas.
El Tlamatepatiticitl funcionaba como un médico internista, curaba con medicinas ingeridas o
aplicadas sobre los tegumentos o por medios físicos.
El Papiani‐Panamacani era el herbolario, expendía las plantas medicinales y el Tepatiani conocía
mejor las propiedades medicinales.
Los Teomiquetzani eran los "componedores de huesos", hábiles para tratar esguinces, luxaciones y
fracturas y que por las frecuentes guerras habían desarrollado mucha experiencia y habilidad.
Había además otólogos, oculistas, dentistas, intérpretes de sueños y médicos que restituían el alma
perdida.
En obstetricia la Tlamatlquiticitl partera o comadrona, vigilaba períodicamente el embarazo,
intentaba el acomodo del producto mediante maniobras externas, o internas en el momento del parto,
y era muy hábil para realizar embriotomías en caso de muerte del producto. El cuidado del embarazo
era una mezcla de fórmulas mágicas para ahuyentar los malos espíritus, normas higiénicas y dietéticas
personales y de la casa, esgrimiendo entonces conceptos de medicina preventiva.
El concepto de la existencia de brujos y enfermedades lo vemos representado por Nagualli que se
transformaba en animal y podia succionar la sangre de los niños. El Teyollocuani que podía devorar el
corazón de la gente. El Tecotzcuani que se podía comer la cabeza de los terneros.
El Atlan Tlachixqui un verdadero vidente que diagnosticaría una enfermedad infantil mirando el
reflejo de una cara de niño en una cacerola de agua. El Tetonaltih un curador del alma acostumbrado a
recuperar el alma perdida de un paciente enfermo.
El Mexica creyó que el alma era una parte tratable del cuerpo. El Pahini individuo que bebía la
Medicina, o las drogas, con el propósito de acertar la enfermedad del paciente afligido.
El Ticitl con ayuda de narcóticos, alucinógenos y ayunos prolongados, diagnosticaba
enfermedades, manipulaba objetos sagrados para atrapar y expulsar malos espíritus, con rezos,
conjuros y utilización de medicina natural. Parte de sus recursos eran: conjuros, sugestiones
(hechiceros), confesiones, ruegos, cánticos (sacerdote‐médico), acciones gestuales (imposición de
manos, danzas), infligir heridas (incisiones corporales en pene, brazos, piernas, lenguas, orejas, nariz),
succionar zonas de dolor muy localizado, arrojar lejos la enfermedad por efecto del viento producido
por el Ticitl con las manos o con hojas especiales. Manipulación de objetos "mágicos" (piedra etztetl o
piedra de sangre, piedra bezoar, piedra quiauhteocuittatl (antipirética) o piedra de jade con puntos
pálidos para cólicos renales, o piedra de las madres para afecciones ginecológicas. Aspirar humo por
boca y nariz, para expulsar la enfermedad. Collares con fines profilácticos, mejoradores de salud o
ahuyentadores de enfermedades.
El médico‐empírico (Tepatl) tenía gracias a los sacrificios, un excelente conocimiento de la
anatomia humana. Desarrollaron la traumatología entendiendo y aplicando el concepto del
entablillado, utilizaban coagulantes para heridas sangrantes y compuestos a base de hierbas con poder
cicatrizante para las heridas, practicaban sangrias con cuchillos de obsidiana y drenaban abscesos.
Preparaban antiofídicos con tabaco y maguey.
La Fitoterapia utilizada por Ticitl y Tepatl tenían mucho conocimiento en la utilización de plantas y
hierbas medicinales con propiedades como purgantes, eméticos, diuréticos, sedantes, narcóticos,
analgésicos, coagulantes. El tabaco se usaba para las cefaleas. La corteza del quanenepilli (passiflora)
para las bronquitis y el mal dormir. El Iztacoannepilli como diurético. El Nixtamalaxochitl como
vomitivo. La Valeriana como antiespasmódico. El Matlalitztic como antihemorrágico.
Francisco Hernandez médico español enviado por el Rey Felipe II, a Mexico en el siglo XV registró
mas de 1.200 plantas usadas en la terapeutica azteca. La mayor parte se perdió en el incendio del El
Escorial en 1671, pero sus datos mantenidos en libros copiados enriqueció la farmacopea europea de
maera considerable.
Era deber del padre‐médico transmitir a su hijo sus conocimientos, sobre Fitoterapia, elíxires y
pócimas. Mientras su padre estuviera vivo, el hijo no podía practicar las artes curativas.
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