Patrick Walsh en 1.981 describe la tecnica de prostatectomia radical preservando los haces
neurovasculares con lo cual se conservaba la función sexual del paciente operado, habiendo descrito
tambien con gran precisión la vasculatura arterial y venosa de dicha zona, lo que facilitó la difusión masiva
de la cirugia radical retropubica a nivel mundial como nunca antes se hubiera podido imaginar.
Cooner y Catalona serán los pioneros en la utilización del PSA como
parte de un despistaje integral de cancer, junto a la ecosonografía prostatica y al tacto prostatico, lo que
lo hace utilizable para grandes masas de población, llevando esto a un cambio radical en los hallazgos de
casos precoces de cancer prostatico lograndose entonces la curación en mas del setenta y cinco por
ciento de los pacientes, donde tres de cada cuatro pacientes son encontrados en etapas precoces,
contrario a lo que sucedía antes del PSA.
No hay duda, que éstos medicos cambiaron para siempre el panorama del cancer prostático.
Thomas Stamey de Stanford‐California está arduamente trabajando junto a otros grupos de
investigadores en Estados Unidos en la optimización del PSA como marcador tumoral, para reducir el alto
porcentaje de enfermedad extraglandular no diagnosticable que existe en la actualidad (cercano al 50%)
creyendose estar en presencia de enfermedad localizada cuando en realidad estamos en presencia de
enfermedad localmente avanzada o avanzada.
Thomas Stamey
Chu T. Ming
Patrick Walsh
William Cooner
En relación a las investigaciones que hicieron posible la relación entre VPH (Virus papiloma
humano) y cancer de cuello uterino y por supuesto con el varon de la pareja que podría ser un factor de
contagio para la pareja femenina, comienzan en1.842Domenico Antonio
Rigoni‐Stern quien cumple una de las primeras investigaciones estadisticas epidemiologicas sobre el
cancer y fue el rimero en indicar que el cancer del cuello uterino estaba relacionado a la promiscuidad
sexual (Rigoni‐Stern D. (1.842) Fatti statistici relative alle malatie cancerose. G. Serv. Prog. Patol. Terap. 2:
507).
En ese entonces el doctor Domenico Rigoni‐Stern realizaba un estudio sobre las muertes por
cáncer y detectó una curiosa diferencia entre las monjas y las mujeres casadas de la localidad, mientras en
las religiosas el cáncer de útero estaba prácticamente ausente, en las veronesas desposadas, el mal
aparecía con bastante frecuencia. No estaba lejos de la verdad el doctor Rigoni cuando se atrevió a
aventurar la posibilidad de que el cáncer del útero tuviese algo que ver con las relaciones sexuales,
comunes en las mujeres casadas y ausente en las novicias. Sin embargo, la teoría de Rigoni tuvo aún que
esperar varias décadas hasta que la comunidad científica pudo determinar con certeza que, detrás de ese
cáncer ginecológico, había un virus de transmisión sexual: el papilomavirus humano o virus del papiloma
humano, que se manifiesta con verrugas en los genitales.
En ese entonces, el mal era atribuido a causas tan dispares como la falta de higiene en los
G. Ciuffo en 1.907
publica (Ciuffo G. Innesto positivo con filtrato di verruca vulgare. G. Ital. Mal. Vener. 48: 12‐17, 1.907. Ed
Richard Shope, de la Universidad de
Rockefeller en Estados Unidos de Norteamerica. Mientras estaba de cacería, fue testigo de una rareza que
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