Julio César Potenziani Bigelli

Camille Pissarro y Venezuela.

Una huella que duraría toda una vida

 

Dr Julio César Potenziani Bigelli

Academia Nacional de Medicina de Venezuela

Sociedad Venezolana de Historia de la Medicina

- Reproduced here by permission of the author. -

Contenidos

RESUMEN.. 1

ABSTRACTS.. 1

INTRODUCCION.. 1

¿Por qué vinieron Melbye y Pissarro a Venezuela?. 2

¿Qué pasó en Venezuela con el denominado ‘Artista-Viajero-Cronista’?. 3

Pissarro y sus ideas anarquistas. 7

¿Cómo era la vida en la Venezuela de mediados del siglo XIX,
    cuando Camille Pissarro vino a desarrollar y comenzar a consolidar sus habilidades pictóricas?. 9

La enseñanza artística en la Venezuela del siglo XIX.. 10

ANÉCDOTAS DEL EGREGIO MEDICO VENEZOLANO DR RAFAEL HERRERA VEGAS Y LA FAMILIA PISSARRO.. 11

Trabajos de Camille Pissarro en Venezuela. 12

BIBLIOGRAFIA CONSULTADA.. 30

 

‘Sólo se puede ver correctamente con el corazón;

lo esencial permanece invisible para el ojo’

Antoine de Saint-Exúpery, El Principito

 

‘Debemos acercarnos a la naturaleza con sinceridad, usando nuestra moderna sensibilidad’

Camille Pissarro

 

 

RESUMEN

            Camille Pissarro para muchos uno de los padres del impresionismo francés, estuvo en Venezuela por 21 meses desde 1852 hasta 1854 a sus 22 años acompañando al pintor danés Fritz Melby quien lo convenció de venir a tierras sudamericanas.

            Creemos que éstos 21 meses fueron importantes para el joven Pissarro ya que creemos tuvieron repercusión en el aspecto pictórico, en el aspecto de creencias sociales-políticas y en el aspecto de sus preferencias de temas pictóricos (el ser humano en sus oficios fundamentales).

            Nos pasearemos por su vida antes, durante y después de venir a Venezuela. Mostraremos las acuarelas, los carboncillos y las pinturas realizadas en nuestro país y sus similitudes a años de distancia con las pinturas realizadas en Francia los últimos 50 años del siglo XIX.

            Revisaremos su vida y las penurias que tuvo que pasar hasta bien avanzada su edad. Hablaremos del pensamiento en lo referente a la pintura paisajista del siglo XIX. La influencia de Alejandro von Humboldt en los llamados artistas viajeros. Mostraremos su obra en Venezuela, parte de su obra en Francia y su pensamiento político.

            Creemos que por lo inédito del tema, será de gran utilidad para los investigadores de la vida de Camille Pissarro.

 

ABSTRACTS

            Camille Pissarro for many one of the fathers of French Impressionism, was in Venezuela for 21 months from 1852 to 1854 to accompany the 22-year Danish painter Fritz Melby who convinced him to come to South American soil.

            We believe these 21months were important to the young Pissarro because we had an impact on the pictorial aspect, the aspect of social-political beliefs and the preferences aspect of pictorial themes (the human being in his fundamental trades).

            We walk through his life before, during and after coming to Venezuela. We will show watercolors, charcoal drawings and paintings made in our country and their similarities are years away with the paintings in France over the past 50 years of the nineteenth century.

            We will review your life and the hardships they went through until late age. Talk of thought in relation to the nineteenth century landscape painting. The influence of Alexander von Humboldt in the so-called traveling artists. Show their work in Venezuela, part of his work in France and his political thought.

            We believe that the unprecedented theme will be of great value to researchers in the life of Camille Pissarro

 

INTRODUCCION

            Camille Jacob Pissarro (1830-1903), era el hijo de un próspero comerciante judío sefardita portugués, Abraham Gabriel Pissarro, y de Rachel Manzano-Pomié dominicana de descendencia española, radicados ambos en la capital de Saint-Thomas, colonia danesa de las Antillas, Charlotte Amalie, que posteriormente en 1917 ésta, Saint John y Saint Croix serían adquiridas por los Estados Unidos de Norteamérica por 25 millones de dólares.

 A los 12 años, se vá a París para realizar sus primeros estudios, mostrando un temprano interés por el arte. En París comenzó sus primeras clases de dibujo en un internado en conjunto con otras materias. De regreso a Saint Thomas, trabajó a disgusto cinco años en la tienda de su padre, dedicándose en sus tiempos libres a pintar todo lo que veía. En esa época estableció una fuerte amistad con el pintor danés, Fritz George Melby, quien deseaba volver a Venezuela, donde había estado con anterioridad, y entusiasmó a Pissarro con el proyecto y habiéndole su padre negado el permiso para estudiar arte, partieron (escapados) a Venezuela en 1852 a la edad de 22 años. Permanecería dos años en Venezuela, (21 meses exactamente) donde por primera vez se dedicó a dibujar a tiempo completo. Estuvo en la ciudad de Caracas y en la ciudad costera de La Guaira, donde según los entendidos aprendería a dibujar el sol caribeño.

Camille Pissarro, según Alfredo Boulton, cito textualmente: ‘desde su comienzo, entró en la naturaleza, en el color y en la luz. Su falta de educación académica le permitió conocer los valores aun antes del dibujo de las formas. En cierto modo, se vio obligado a ello. Su única escuela fue la naturaleza. Para él no hubo escorzos artificiosos, modelos de yeso, ni desnudos; ni perspectivas y sus leyes; ni bodegones. El tuvo el sol, los verdes matices de la vegetación, el azul del Mar Caribe, que fueron preparando sus pupilas para ver directamente los modelos de la vida, no los académicos, los modelos de las gentes que paseaban, las mujeres que cocinaban en los ranchos; y sus ambientes “tenebrosos”, “caravaggiescos”, los encontró en Galipán’ (http://fundavollmer.com/?page_id=92)

En 1855, ya de nuevo en Saint Thomas, con el permiso de su padre, marcha a Paris para estudiar arte. Nunca su incursión en el mundo de las artes pictóricas sería aceptado ni por su madre ni por su padre. Nunca. Ni en los momentos más necesitados de la vida de Camille, sus padres se apiadaron de él. Fue uno de los aspectos mas tristes en la historía personal del artista.

La falta de interés de los estudios de la Escuela de Bellas Artes en la que se había apuntado, le impulsan a buscar otras enseñanzas más de su gusto como la de la ‘Academie Suisse’ de Jules Suisse. Pissarro no inició nunca estudios regulares de arte, sino que utilizó esporádicamente desde 1859 los servicios de la Academia Suisse en el ‘Quai des Orfevres’, la cual ponía a disposición de los artistas por una baja tarifa, un estudio donde posaban modelos desnudos. No se ofrecían clases o lecciones. Se mantenía el contacto con los colegas e intercambiar consejos. Allí conoció a Monet, Guillemet , Cezanne, Piette, Fantin Latour y Whistler.

Siguió estilísticamente a Courbet y Corot y la Escuela de Barbizón-cercano al bosque de Fontainebleau. Pero nunca recibió directamente clases de ellos. Por ese tiempo, también es atraído por las pinturas de la naturaleza (realismo paisajístico) del pintor Jean-Francois Millet, que trabajaba con Gustave Courbet, el principal defensor del realismo. Y de hecho lo asimila en toda su profundidad como lo veremos mas adelante.

Esta sería su identificación con lo que había aprendido de Saint Thomas y  de Venezuela.

Diecinueve años después de volver a Francia, participa plenamente en el nacimiento del movimiento impresionista francés, siendo cofundador del mismo y el único que participará en las ocho exposiciones del grupo (1874-1886).

Monet y Pissarro conocieron a Durand-Ruel, quien se convirtió a partir de ese momento en el  marchante "oficial" del grupo.

Durante la Guerra Franco-Prusiana (1870-1871), vá a Londres, donde tenía un hijo y observa el arte inglés en especial los paisajes de William Turner. Allí, Pissarro se casó con Julie Vellay, la muchacha de servicio de su madre en París, de la que ya tenía dos de sus seis hijos.

Al retornar a Francia, encontró que su casa de Louveciennes había sido saqueada y una gran parte de sus pinturas destruidas, llegando a ponerlas de alfombras. Dado el alto costo que significaba vivir en París, alquiló una casa en Pontoise, cuyos paisajes serán el tema de su arte durante unos 30 años. En Pontoise, convivió con Paúl Cézanne, en 1872 y por breve tiempo con Gauguin, muy allegados a él, en el cual veían como una figura paterna que los podría guiar hacia el camino pictórico correcto. Posteriormente se vería que no fue así.

Aunque sus pinturas eran vendidas por Durand-Ruel, muy de vez en cuando y a precios irrisorios, Pissarro seguía pasando penalidades económicas, lo se refleja en una correspondencia de más de veinte años que mantuvo con su hijo mayor Lucien.

Preocupado por problemas de estilo y técnica, y ante la incomprensión del publico francés al estilo impresionista, tiene una ‘crisis existencial pictórica’ por la cual se incorpora a las teorías neoimpresionistas de Georges Seurat, a quien fue presentado, por el pintor Paúl Signac en 1885. Después de cinco años Pissarro abandona el puntillismo, no solo debido a la oposición que encontró entre sus compañeros impresionistas, sino porque "era imposible ser fiel a mis sensaciones y por consiguiente dar vida y movimiento a mis pinturas’ . En éste tiempo, tuvo un alejamiento con Paúl Gauguin, ahora envuelto con el nuevo movimiento Simbolista.

En 1892, Durand-Ruel financia una gran exposición retrospectiva de sus obras, en la que alcanza un gran éxito dándole por fin su mayor etapa de estabilidad económica (a los 62 años).

En 1893, un empeoramiento de la enfermedad ocular que padecía, y ante la insistencia de sus médicos que le recomendaban no pintar al aire libre, le obliga a pintar paisajes urbanos desde las ventanas, de su apartamento o desde habitaciones de hoteles de París, que serían irónicamente los cuadros que mas fama le darían. Falleció el 13 de noviembre de 1903 en París.

Las Obras de Camille Pissarro más conocidas e identificadas ‘inequivocamente’ con él (y que comprenden, curiosamente sólo los últimos 7 años de su vida), no son las que vamos a exponer, son más bien sus obras con tinte social en las que se reflejará su modo de pensar y sus convicciones ‘político-sociales’ que tienen relación con su permanencia durante 21 meses en Venezuela y su juventud transcurrida en Saint Thomas.

                      Rué Saint-Honoré después del mediodía

                      Efecto de lluvia (1897)

                   Camille Pissarro

 

Balada a Monmarte 1897

Camille Pissarro

 

             Vamos a conversar sobre el Pissarro paisajista y con realismo social y con los ‘colores nuestros’… nuestro sol, nuestro verde, nuestra intensidad colorística, como lo podemos ver trece años después en una escena pueblerina de Pontoise (ver abajo)

 

La Ermita en Pontoise, 1867

Camille Pissarro

 

  

 

¿Por qué vinieron Melbye y Pissarro a Venezuela?

            Para ése entonces, las ideas del sabio Alejandro von Humboldt (1769-1859), habían llenado la mente de los jóvenes artistas que veían en la naturaleza de los países americanos, la base fundamental de su aprendizaje. No sólo su influencia estaba arrastrando a los naturalistas, botánicos y científicos de todas las tallas, sino también a artistas de todo el mundo. En 1799 desde las Islas Canarias la corbeta ‘Pizarro’ donde viajaba Humboldt, tomó rumbo hacia México pero, ya próxima a las Antillas, las condiciones atmosféricas la obligaron a dirigirse a Venezuela, donde tanto Humboldt como Bonpland, tendrían la oportunidad de estudiar la naturaleza y otras características del país. Esta afortunada visita del sabio alemán fue una suerte para el análisis de un país contenido en esa notable obra ‘Viaje a las regiones equinocciales del Nuevo Continente’, sólo superada por su obra ‘Cosmos’, una verdadera enciclopedia científica para su época.

 

Retrato de Alejandro de Humboldt

                                              Emma Gagiotti-Richards (1854/55)

 

 

El 9 de enero de 1804 se embarcó para Francia, donde se ocupó de la redacción de su libro ‘Viaje a las regiones equinocciales del Nuevo Continente’, en el cual una buena parte se refiere a su permanencia en Venezuela; ese mismo año, conoció y trató a Simón Bolívar, en París. Este se refería al sabio "Humboldt con sus ojos, ha arrancado la América de la ignorancia, y con su pluma la ha pintado tan bella como su propia naturaleza", también refería, "Descubridor científico del Nuevo Mundo cuyo estudio ha dado a América algo mejor que todos los Conquistadores juntos”.

            La Filosofía de Alejandro de Humboldt según Adolf Meyer Abich http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/geografia/geoplan/anexfilo.htm refería del sabio: "Voy a considerar siempre la correlación e interacción de las fuerzas, la influencia de la creación no viva en el mundo animal y vegetal; en esta armonía se fijarán para siempre mis ojos."

Lo que él entendía por esta "física del mundo", fue puntualizándolo durante su larga vida, a través de sus sucesivas obras. Humboldt regresó en 1804 y pocos años después (1808) decía en "Aspectos de la Naturaleza" ("Ansichten der Natur"), su primer libro basado totalmente en las maravillosas experiencias del viaje, que alcanzó diferentes ediciones en vida del autor y fue siempre su obra predilecta: -Síntesis de la Naturaleza como totalidad, demostración de la acción mutua de sus fuerzas, ... de eso se trata aquí". Y al final de su vida activa, en "El libro de mi vida", que no casualmente apareció bajo el título filosófico de "Cosmos" (1845-62, en seis tomos), señaló como su siempre perseguido fin supremo: "El principio básico de esta obra comprende la tendencia a entender todos los fenómenos del universo como un entero, una totalidad". En tal sentido nos presenta el "Cosmos" "la consideración cognoscitiva de los fenómenos empíricos como una totalidad de la Naturaleza".

No cabe duda, pues, que se trata de una filosofía cósmica dedicada en particular a una geografía universal nueva, que presidió durante toda su vida la actividad creadora de Humboldt inspirando cada una de sus obras científicas, desde el gran viaje americano del joven investigador hasta el olímpico Cosmos de la madura y noble ancianidad del sabio.

Inclusive en nuestra pintura venezolana hay ensayos como el de Roldán Esteva-Grillet del Departamento de Artes Plásticas de la Escuela de Arte de la Universidad Central de Venezuela que habla de la influencia que tuvo Humboldt en dos artistas específicamente del siglo XIX, como lo fueron Carmelo Fernández Páez y Ramón Bolet Peraza. (ARBOR Ciencia, Pensamiento y Cultura Vol 185, Nº 740 noviembre-diciembre (2009) 1185-1196)

 

¿Qué pasó en Venezuela con el denominado ‘Artista-Viajero-Cronista’?

Según Stanton L. Catlin (El artista viajero-cronista y la tradición empírica en el arte latinoamericano posterior a la independencia. Arte en Iberoamérica 1820-1980- Dawn Ades y otros. Comité organizador, Ministerio de Cultura, Centro de Arte Reina Sofía. Quinto Centenario. Turner Editor. Colección Encuentros, Serie Catálogos. 1989 España p.41-63), cito textualmente: ‘El extenso informe de Humboldt, sobre observación directa de sus cinco años de viaje (1799-1804), publicado en serie a lo largo de tres décadas y con en el interés suscitado por la Ilustración europea hacia la ciencia y las culturas primitivas, entusiasmó a la intelectualidad europea casi como un segundo descubrimiento del Nuevo Mundo, cuyas maravillas habían estado tanto tiempo ocultas por la política proteccionista española. La consecuencia inmediata de la misión de Humboldt fue el suscitar un impulso entre toda

clase de artistas a seguir sus pasos.

            Según Beatriz González (Viaje de Humboldt 200 años" La escuela de Humboldt. Los pintores viajeros y la nueva concepción del paisaje. " Beatriz González Revista Credencial Historia. (Bogotá - Colombia). Febrero 2000. No. 122), cito textualmente: ‘El prestigio de Alejandro von Humboldt originó la proliferación de excursiones científicas del tipo de las que habían nacido con la Ilustración. El arte y la ciencia se hermanaban en las publicaciones. El periodismo descubrió el valor comercial de las memorias de los viajeros. Las crónicas de viajes debían ir ilustradas. Algunas veces los viajeros tomaban apuntes, otras contrataban un pintor local o compraban los dibujos a otros viajeros. Había tres tipos de artistas al respecto:

1. Los Pintores Viajeros: en primer lugar, algunos recibieron instrucciones directas de Humboldt: Luis de Rieux, activo en 1800, cuyo padre había estado desterrado con Antonio Nariño, éste por haber asumido la empresa de traducir del francés ‘Los derechos del hombre’. Rieux regresaba a Santafé de Bogotá en el mismo barco en que Humboldt venía de La Habana. En las cercanías de Cartagena, bajo su dirección, el joven Rieux realizó la acuarela ‘Volcanes de lodo de Turbaco’.

El médico dibujante Désire Roulin sería seleccionado por Humboldt en 1822 para que formara parte de la misión científica que llegó a fundar el Museo Nacional de Colombia a solicitud de Simón Bolívar.

Algunos pintores académicos viajaron por recomendación de Humboldt y recibieron instrucciones concretas en materia artística y en cuanto los sitios, la composición y factura de las pinturas de la naturaleza. Los más importantes entre ellos fueron Johann Moritz Rugendas (1802-1858), Ferdinand Bellermann (1814-1889) y Albert Berg (1825-1884).

 

2. En segundo lugar, muchos artístas emprendían sus viajes por que habían leído de las obras de Humboldt, como sucedió con el pintor norteamericano Frederic Edwin Church, los diplomáticos franceses Jean-Baptiste-Louis Gros y Auguste Le Moyne

 

3. En tercer lugar, estaban los artistas que fueron contratados por los periódicos para hacer crónicas, por el gran prestigio que Humboldt le había dado a esta literatura ilustrada. Cuando uno de estos artistas no podía visitar un país, entraba en contacto con otros viajeros que sí lo habían visitado y adquirían sus dibujos. También existían los viajeros que no tenían un gran interés científico, sino que sus empresas eran de carácter comercial y político

 

       

    El Barón Jean-Baptiste Louis Gros (1793–1870)

 

  

Según Beatriz González (Viaje de Humboldt 200 años" La escuela de Humboldt. Los pintores viajeros y la nueva concepción del paisaje. " Beatriz González Revista Credencial Historia. (Bogotá - Colombia). Febrero 2000. No. 122), cito textualmente: ‘En 1838 desembarcó en Venezuela Jean Baptiste Louis, Barón de Gros procedente de Santafé de Bogotá, donde se desempeñaba como Encargado de Negocios del gobierno francés. Más tarde, en 1842 llegó el artista alemán Ferdinand Bellermann becado por el Rey de Prusia para ampliar sus estudios sobre el paisaje tropical. Bellermann permanecería en Venezuela por espacio de algo más de dos años y durante este lapso entablaría una relación tangencial con Adams.

‘Ruinas del Convento de Las Mercedes’ (1838) es la obra del francés Jean Baptiste Louis, Barón de Gros. Esta pieza nos brinda incidentalmente alguna referencia a los daños ocasionados en Caracas por el violento terremoto de 1812. El interés primario del diplomático Barón de Gros radica en documentar la realidad arquitectónica y topográfica, aunque obviamente ello conlleva la necesidad de incluir el paisaje, rasgo evidente en la detallada vegetación que aparece descrita visualmente en los primeros planos.

En tiempos de la visita de Bellermann a Venezuela, casi medio siglo después del viaje del Barón de Humboldt, ya el paisajismo había asimilado el espíritu romántico. Dentro de esta dimensión Bellermann permanecerá incursionando el resto de su vida, basado en su experiencia con el paisaje venezolano. Desde el momento en que regresa a Alemania en 1845 hasta su muerte acaecida en 1889, realizará una vasta obra paisajística, casi toda en posesión de la Galería Nacional de Berlín, para cual utilizará todos sus apuntes ejecutados durante su estadía en Venezuela.

La obra de Bellermann sirve para ilustrar el interés que entre un grupo de artistas europeos pudo despertar el trabajo del Barón de Humboldt y el nivel de desarrollo que éste alcanzó en la pintura. La obra de Bellermann, al igual que la de casi todos los artistas de este período, se puede clasificar en dos grupos. El primero lo constituyen sus estudios a lápiz realizados al aire libre, en los cuales consigna con relativa fidelidad y detalle árboles, arbustos y otras plantas que conforman el paisaje venezolano. Estos dibujos tienen el carácter de un inventario.

Desde el ángulo artístico y técnico son innegables su soltura y su naturalidad, muy acordes con los objetos seleccionados.

El otro grupo lo constituyen sus obras de taller, en las cuales sus bocetos desempeñaron un papel fundamental en la gestación de paisajes. En el primer grupo prácticamente no interviene el sentimiento interpretativo y, por lo tanto, los apuntes carecen del sello personal que le confiere Bellermann a la pintura en la recreación de otras escenas.

De este segundo grupo se ha seleccionado ‘Atardecer a orillas del río Manzanares’, Cumaná (1867). Gros y Bellermann representan dos aproximaciones programáticas al paisaje sudamericano realizado desde una óptica europea. Se puede establecer entonces un paralelismo con lo que ocurre con Adams y la sensibilidad inglesa en el ejercicio del retrato. Dichas aproximaciones no son por supuesto las únicas’

La estética Humboldtiana de paisaje es un lenguaje aparte. Parece un tema reservado e inédito de la historia europea del arte. Humboldt le dedicó en ‘Cosmos’ su obra de madurez, un capítulo titulado "Influencia de la pintura de paisajes en el estudio de la naturaleza", pero su nombre no figura en las historias de arte. Una excepción es el libro Subjetividad, del filósofo Joachim Ritter (1963), donde es mencionado en el tema dedicado al paisaje.¿Por qué no figura Humboldt en las historias del arte?

Según Hanno Beck (Alexander von Humboldt, Fondo de Cultura Económica, 1971, 492 paginas, Bogotá) cito textualmente: ‘Sus propuestas sirvieron de orientación a los naturalistas y a los artistas viajeros hasta bien entrada la segunda mitad del siglo XIX. Estos últimos crearon imágenes de gran claridad científica y considerable calidad artística. Sin embargo, la crítica de arte alemana, muy conservadora, que rechazaba la pintura al aire libre y la técnica de bocetos al óleo, apenas las tuvo en cuenta. En contra de las esperanzas de Humboldt, pocos motivos tropicales se incorporaron a la pintura paisajística europea”

Si su nombre no figura en la historia del arte europeo, en la de América debería ser un capítulo imprescindible.

Humboldt combina la verdad científica de la naturaleza con el espíritu. Sin embargo, "se vuelve hacia la naturaleza en presencia del peligro de que el espíritu pueda ser derrotado. Habla de las inquietudes sobre la pérdida de un goce libre de la naturaleza bajo el influjo de la comprensión pensante o del conocimiento científico", según Ritter.

Estaba convencido, y así lo manifiesta a su hermano Guillermo, que "todo cuanto tiende a reproducir la verdad de la naturaleza da nueva vida al lenguaje". En su texto sobre el paisaje llegó a la conclusión de que "sólo los grandes artistas pueden dar con la naturaleza en su inmensidad y su verdad". Su vida a partir del viaje a América fue un gran recuerdo que se concretó, gracias a los artistas, en la memoria de América.

El modelo propuesto por Alejandro de Humboldt en su libro ‘Vue des cordillères et monuments des peuples indigènes de l’Amérique’ (ver abajo), de 1810, para el estudio científico del paisaje, va a ser seguido no sólo por artistas alemanes

 

 

 

El paisaje como género pictórico tuvo en Venezuela una lenta aparición a lo largo del siglo XIX. En la historiografía artística latinoamericana ha sido unánime el reconocimiento del naturalista alemán Alejandro de Humboldt (1769-1859) como la figura más influyente en el desarrollo del género paisajístico, por la presencia de varios pintores europeos que atendieron sus consejos y recibieron su protección: Ferdinand Bellermann (1814-1889) por haber dedicado su arte a la exaltación de la naturaleza venezolana.

Un segundo artista, de menor resonancia pictórica pero de sumo interés para nosotros, fue el ornitólogo, taxidermista, dibujante y acuarelista Antón Goering (1836-1905). Otros visitantes tuvimos a lo largo del siglo XIX, más científicos que artistas, cuya presencia fue estimulada, en cierta manera, por la personalidad de Humboldt; bástenos mencionar a Carl Ferdinand Appun (1820-1872) y Hermann Karsten (1817-1908). Por otra parte, para pintores como Fritz Georg Melbye (1826-1869) o el mismo joven Camille Pissarro (1830-1903), la estética pre-romántica de lo pintoresco y de lo sublime no contradecía el afán iluminista de registrar científicamente la naturaleza. Se ha dicho repetidas veces que Humboldt puso en movimiento a numerosos artistas europeos a quienes comprometió en la tarea ingente de ilustrar su obra.

 

  Ferdinand Bellermann (1814-1889)

 

La permanencia de Bellerman en Venezuela fué fructífera. pintor y naturalista alemán influido por las ideas de Humboldt sobre el papel que la vegetación tropical suramericana debía desempeñar en la ampliación del paisajismo europeo.

Partió para Venezuela en mayo de 1842, con financiamiento del Rey de Prusia por recomendación de Humboldt. Recorrió buena parte del país tratando de captar lo típico de la naturaleza así como los contrastes del paisaje, como en un cuadro de la Sierra Nevada de Mérida. Utilizada como paisaje de fondo para un estudio de palmeras…’Nunca hubiera osado pintar si antes no hubiese apreciado semejante combinación de elementos

de la naturaleza’. Dibujó ruinas de edificios de Caracas y Maiquetía devastados por el terremoto de 1812. Pintó los muelles de La Guaira, Puerto Cabello, Angostura y Maracaibo. Toda su colección de trabajos de Venezuela se encuentran casi en su totalidad, en los Museos Estatales de Berlín. En compañía de investigadores como Moritz y Funk en 1843 visita la Cueva del Guácharo en compañía de Agustín Codazzi. Recomendado por Humboldt, posteriormente pasaría a Mérida. Fue el que realizó el cuadro de ‘La visita de Humboldt a la Cueva del Guácharo’. Bellerman siguió trabajando sobre imágenes de Venezuela hasta su muerte.

En su caballete inacabado quedo un ‘Atardecer en el Orinoco’… (http://www.slideshare.net/adameva/ferdinamd-bellermann).

 

Abajo vemos algunos de los preciosos cuadros por él pintado de nuestro hermoso país:

‘Atardecer a orillas del Manzanares’

Ferdinand Bellermann

      ‘Camino de Valencia a Puerto Cabello’

                      Ferdinand Bellermann

 

 

Entre 1842 y 1846, después que las zonas orientales de la Gran Colombia se hubieran separado del Estado soberano de Venezuela, el versátil paisajista prusiano Ferdinand Bellermann recorrió el país como el primero de sus importantes artistas viajero- cronistas. Acompañado por su compatriota el naturalista Kad Moritz, Bellerman se trasladó de Este a Oeste pintando con estilo vigoroso, rico empaste y briosos colores y luz. Pese a que su método de construir composiciones de la sombra a la luz y el Claroscuro, empleando una paleta predominantemente verdosa a marrón, sitúa la obra de Bellerman en la tradición tardía del barroco continental, como dice Alfredo Boulton, ‘el artista captó por primera vez la singularidad del paisaje venezolano, abriendo los ojos autóctonos, acostumbrados a la tranquilidad pastoral, a sus aspectos dinámicos’.

La Fundación Alberto Vollmer realizó una exposición histórica denominada: ‘Arte inspirado por Humboldt. Viajes de Estudio por Latinoamérica’ en la oficina de Grabados y Dibujos de Berlín entre noviembre 2009 y abril del año 2010, mostrando obras de Johann Moritz Rugendas, Eduard Hildebrandt y Ferdinand Bellermann, tres pintores del siglo XIX que siguieron los pasos de Alexander von Humboldt. Los “Diarios Venezolanos 1842-1845” de Bellermann, publicados por la Galería de Arte Nacional en Venezuela en 2007, fue una fuente importante para dicha exposición. Sofía Vollmer de Maduro integró el Comité Editorial del libro y la publicación contó con el patrocinio de la Fundación Alberto Vollmer, entre otros (http://fundavollmer.com/?p=943).

 

‘Valle de Caracas’

       Ferdinand Bellermann

 

        ‘La cueva del Guácharo, en Caripe’

               Colección Gráfica de los Museos Nacionales de Berlín

     Ferdinand Bellermann

 

 

A continuación mencionaremos el artista por el cual vino Camille Pissarro a Venezuela, que no es otro que  Sigfried Georg (Fritz) Melbye (1818-1875).

 

Autoretrato

                                                         Fritz Melbye

 

 

Nació en Elsinore, Dinamarca, el 24 de agosto de 1826 y falleció en Shanghai, China, el 14 de diciembre de 1896. Pintor de paisajes y de marinas de la escuela danesa. Fue alumno de su hermano Anton, a su vez alumno de la Escuela Pictórica de Dusseldorf y del pintor Eckersberg por quien el paisajismo adquiriría un mayor protagonismo

En 1849 y 1858 expuso en Copenhague. Le atrajo el trópico. Pertenece al grupo de artistas extranjeros que visitaron América en pos de la belleza exótica y la aventura, aun cuando su papel de agente de la corona danesa, como en el caso de su hermano Anton, sugiere una función adicional al interés artístico. Casi no había artistas europeos a mediados del siglo 19 que representan motivos de St. Thomas, St. Croix, Cuba, Santo Domingo, Venezuela, Terranova, China y Japón. En Pekín recibió el encargo de pintar el Imperial Palacio de Verano y en su etapa americana expuso en la Academia de Bellas Artes de Pennsylvania. Desde 1849 hasta 1858 fue expositor en Charlottenborg castillo en Dinamarca. Varios museos en todo el mundo tienen sus obras. Durante su período de Extremo Oriente que se muestra también algunos motivos japoneses, una pintura de marinas en el Museo del Castillo de Sonderborg

Se inclina por pintar paisajes terrestres, panorámicas, pueblos y costas de la región, sin desechar el tema del mar, como lo demuestran sus dibujos de La Guaira. Como agente de la corona de su país y viajero cronista “conoció los calurosos llanos centrales, el hato de Los Morrocoyes, entre San Juan de los Morros y Calabozo”, como refiere el libro Banco Central de Venezuela. Colección de arte 1940-1996 Su obra se exhibió en Charlottembourg, Copenhagen, entre 1849 y 1958, y alguna de sus ilustraciones quedaron perpetuadas en el libro ‘Escenas silvestres en América del Sur o la vida en los Llanos de Venezuela’, escrito por Ramón Páez, hijo del general José Antonio Páez.

Don Alfredo Boulton lo describe así: "el espigado danés de mirada inquisidora, rubios mostachos y escasa cabellera, quien como antiguo peregrino, con el cayado en la alta diestra, emprendía interminables viajes, siempre con su caja de colores, por los asoleados caminos de Venezuela, casi en forma ininterrumpida durante cerca de seis años que permaneció entre nosotros".

Había estado en Venezuela en 1850, y vuelve en 1852 con el joven Camille Pissarro. La permanencia de ambos -dice el ya mencionado crítico- fue la iniciación y apropiación del futuro impresionista de Pissarro y el despliegue de los recursos artísticos de Melbye con el espectáculo cotidiano del trópico y de su gente Los estudiosos de ambos artistas muchas veces llegaron a confundir la autoría de las obras de los dos pintores viajeros, Melbye y Pissarro, por la simbiosis creativa y la retroalimentación que alienta en la obra de ambos. Se calcula que fueron cerca de doscientas obras las que en ese lapso éstos produjeron. De Melbye se conocen veinticinco óleos y más de cincuenta dibujos (Boulton, Alfredo, Camille Pissarro en Venezuela, Editorial Arte, Caracas, 1966; Benezit, EC., Diccionario de pintores, escultores, dibujantes y grabadores, Librarie Grund, París,1976, t.6.).

Abajo mostraremos algunos de los cuadros que hizo Melbye en Venezuela:

 

‘Guardia Presidencial del presidente José Tadeo Monagas’ 1851

                                  Fritz Melbye

 

     ‘San Juan de los Morros’ 1856

      Fritz Melbye

 

                              

                                                        ‘El Ávila’ 1852

Fritz Melbye

 

Pissarro y sus ideas anarquistas

            En la obra Anarquismo y Pissarro (http://blogs.princeton.edu/wri152-3/eazarias/archives/002085.html), se comienza por definir el término. Cito textualmente: ‘¿Qué se entiende por el término ‘anarquismo’ y por qué el campesino juega un papel clave en los ideales del movimiento?.

Shikes en su ensayo ‘La filosofía política de Pissarro y su arte’, (Shikes, Ralph. "Pissarro’s political philosophy and his art", from Studies on Camille Pissarro, edited by Christopher Lloyd. London and New York: Routledge & Kegan Paul, 1986. 35-54) el anarquismo de finales del siglo XIX en esencia se puede definir como un ideal utópico, donde se elimina toda necesidad de un órgano de gobierno y sustituirlo por un sistema federalista de voluntarios,

asociaciones mutualistas. La columna vertebral de este sistema son los propietarios de las tierras, los campesinos, los trabajadores rurales que producen sus propios alimentos y por lo tanto son completamente autosuficientes. Eran independientes de cualquier gobierno o autoridad. La burguesía, por otro lado, se consideraba esencialmente casi como una sanguijuela, el símbolo de una sociedad capitalista corrupta y desigual que debía ser eliminado. Esta filosofía atrajo a muchos artistas de finales del siglo XIX, los escritores y poetas cuya obra se apartó de las convenciones de estilo académico. Por ejemplo, Gustave Kahn, Stephen Mallarmé, Octave Mirabeau, entre otros, fueron muy atraídos por esta escuela de pensamiento anarquista.

            Desde las etapas incipientes de su carrera artística, la simpatía y solidaridad de Pissarro se había extendido siempre a los miembros más humildes de la sociedad. En Santo Tomás, donde nació en 1830, y en Venezuela, pintó muchos dibujos la figura de los trabajadores agrícolas: los trabajadores más pobres de baja escala social, como los mestizos, los indios y los negros de Venezuela. (Shikes) Estos dibujos reflejan una comprensión fundamental de las personas cuyas vidas fueron controlados por los que posteriormente estarían sentados en sus retratos (burguesía)

(http://blogs.princeton.edu/wri152-3/eazarias/archives/002085.html)

 

Pierre-Joseph Proudhon

(1809-1865)

‘Pierre-Joseph Proudhon y sus hijos’

Gustave Courbet 1865

 

 

"¿Qué es la propiedad?", aparecida en 1840, le hizo repentinamente famoso en París, en Francia y en el mundo. Al año siguiente, en 1841, y luego en 1842, completó las teorías allí expuestas con una Segunda y Tercera memoria. En 1843 escribió dos obras importantes: "La creación del orden en la humanidad" y "El sistema de las contradicciones económicas o la Filosofía de la miseria”.

Esta última dio lugar a una dura respuesta de Marx, quien escribió su "Miseria de la filosofía”.

 ‘Ambos hacemos juntos una obra que relaciona mi arte a su filosofía, y su obra a la mía’, escribe Gustave Courbet a propósito del ‘La justicia, el orden y la anarquía: La teoría de Política Internacional de Pierre-Joseph Proudhon (1809-1865) sobre arte, del cual se dice coautor; y para subrayar la inspiración común que reúne el radicalismo social del pensador con su propia pintura “subversiva y realista”, exclama: ‘¡Dos hombres que han sintetizado la sociedad. Uno, como filósofo, el otro en arte!’.

Proudhon trató en sus obras la teoría del arte, influyendo en los ideales estéticos del realismo pictórico y más adelante, en el realismo socialista. Para Proudhon, el arte debía servir a unos objetivos sociales y morales, rechazando el «arte por el arte» y defendiendo la figura del artista como un ser de rectos principios que contribuye como todos al desarrollo de la sociedad. Para él, el arte «es una representación idealizada de la naturaleza y de nosotros mismos con el objetivo de perfeccionar física y moralmente nuestra especie» Proudhon influyó especialmente a Gustave Courbet, amigo personal suyo; tanto él como Camille Pissarro, Georges Seurat, Paul Signac, desarrollaron conceptos estéticos libertarios. Signac expresó en 1902: «el pintor anarquista no es aquel que pinta cuadros con motivos anarquistas, sino el que sin ánimo de lucro, sin esperar ninguna recompensa, lucha con todo su individualismo y todo su esfuerzo personal contra la burguesía y los convencionalismos oficiales»(http://tefycast.blogspot.com/2011/07/anarquismo-y-las-artes-visuales.html)

Pissarro fue atraído por las ideas de izquierda en su juventud, aunado a los escritos de Pierre-Joseph Proudhon (1809-1865), el filósofo anarquista francés más importante, pocos años después de su llegada a París 1855. De hecho, como suscriptor y colaborador en algún momento para revistas como ‘La Révolte’ y ‘Les Temps Nouveaux’, Pissarro apareció en las listas de vigilancia del gobierno de los anarquistas conocidos, y sus cartas fueron interceptadas y censuradas por la policía. Sin embargo, a pesar del peligro real de la detención por sus opiniones políticas, Pissarro se mantuvo dedicado a los ideales anarquistas, evidenciados en la forma cómo vivió y pintó (http://www.clarkart.edu/exhibitions/pissarro/content/anarchy.cfm)

 

Siendo niño en Saint Thomas, asistió a una escuela donde estudió con los niños afro-caribeños en un ambiente de tolerancia racial y religiosa. Siguió los escritos no sólo de Pierre-Joseph Proudhon sino también del príncipe ruso emigrado y anarco-comunista Piotr Kropotkin (1842-1921), y contaba entre sus amigos, los teóricos radicales Jean Grave(1854-1939) y Eliseo Reclus (1830-1905). Muchos de ellos conocidos por Pissarro, incluyendo Reclus, Grave, y Kropotkin, fueron detenidos o expulsados del país. (http://www.clarkart.edu/exhibitions/pissarro/content/radical.cfm), (‘La Estética anarquista’ de André Rezsler); (http.: / / blogs.princeton.edu/wri152-3/eazarias/archives/002085.html).

Pissarro, en un escrito a su hijo Lucien menciona, ‘Proudhon, en La

Justicia, dice que el amor de la tierra está vinculada a la Revolución, y del mismo modo el ideal artístico’ (Shikes).

En otras cartas, incluso ‘indica que Proudhon era su guía político’. Nunca dejó de expresar lo que Shikes y Harper, en su ensayo titulado ‘El anarquismo de Pissarro’ referían: su ‘odio apasionado de la injusticia de la sociedad en que vivía, su ‘profunda compasión por aquellos a quienes él consideraba como las víctimas de que la sociedad’ y su ‘ vago sueño de un mundo que creía que eventualmente se materializaría a partir del caos destructivo que lo rodeaba’. En otras palabras, Pissarro realmente era un optimista igualitario y social, de los que creyeron en el mejoramiento de la humanidad a través de una sociedad agraria pacífica y armoniosa, sin necesidad de un gobierno o de clases sociales.

‘Sin duda, éstos conceptos aparecieron en la adultez temprana de Pissarro, cuando estando en Saint Thomas vivió el sometimiento social por el Colonialismo y en Venezuela, vivió las injusticias sociales de una Sociedad dominada por el Caudillismo, el amiguismo y la corrupción a todo nivel…’

            La ‘Influencia Venezolana-Caribeña’ se reflejaría en sus pinturas y

personajes de ‘tinte’ social.

            Abajo vemos ejemplo de su sensibilidad social. El primer grabado arriba y a la izquierda lo hizo en Venezuela en 1853. Posteriormente a su regreso a Francia vemos como su idea de pintar a las clases sociales ‘obreras’ y desposeídas sigue siendo presa de él.

 

           

 

Desde las etapas incipientes de su carrera artística, la simpatía de Pissarro se había extendido siempre a los miembros más humildes de la sociedad. Estos dibujos hechos por Pissarro de hombres y mujeres del pueblo llano, humilde y trabajador, que usualmente correspondían a las clases mas bajas de la Sociedad de hecho, ‘reflejan una comprensión fundamental de las personas cuyas vidas fueron controladas por la clase burguesa’, en otras palabras. Cuando salió de Saint Thomas y Venezuela a París, él estaba muy impresionado por la sociedad francesa, igualmente contrastante, existiendo por un lado una vida de lujo y extravagancia completa, y por el otro una vida de miseria y subordinación.

      

 

Su gran pasión, el ser humano de oficios simples y humildes.

 

 

             

 

 

¿Cómo era la vida en la Venezuela de mediados del siglo XIX, cuando Camille Pissarro vino a desarrollar y comenzar a consolidar sus habilidades pictóricas?

            Arturo Uslar Pietri decía lo siguiente, cito textualmente: ‘La guerra civil endémica del siglo XIX venezolano, desarticula y destruye las escasas fuentes de producción, sin que las cosas cambien más adelante… el fenómeno del caudillismo político se asienta sobre la base de la pobreza tradicional, del orden feudal y de la inestabilidad económica y social’… (Uslar Pietri, 1959: 73. Materiales para la construcción de Venezuela).

            No fue sino hasta 1854 que José Gregorio Monagas logró que la abolición de la esclavitud fuera una medida legislativa que no afectará los intereses de los amos de esclavos, más bien esta medida convenía a los mismos. En efecto, la esclavitud se había convertido en forma antieconómica para los dueños de haciendas, a los cuales les convenía más comprar libremente la fuerza de trabajo que utilizaba en sus haciendas que mantener dicha fuerza (esclava). Por otra parte, estando prohibida la importación de esclavos desde 1810, el crecimiento de la mano de obra esclava era menor que el aumento de la demanda. Es decir, la esclavitud pasó a ser antieconómica porque no se podía aumentar la mano de obra esclava en la misma medida en que crecía la demanda de esclavos. Los propios dueños de hacienda vieron la conveniencia de sustituir los esclavos por trabajadores libres.

Para 1854 todos los esclavos quedaron libres, comprendiendo a los manumisos, había cerca de 40.000 esclavos, la mayoría en las provincias de Caracas y Carabobo; y para indemnizar a sus amos se les remuneró cerca de tres millones de pesos. Según el Censo especial de la época 450 esclavos fueron liberados por sus amos cuando iniciaba la abolición en el congreso y 12.500 esclavos con 27.000 manumisos quedaron libres (por ley). El auge y expansión del caudillismo que vá del periodo de 1847 a 1858, se inicia con el ascenso al poder de José Tadeo Monagas y culmina con la alianza entre liberales y conservadores para derrocarlo en la Revolución de Marzo. Monagas no se sostiene sobre mecanismos institucionales formales como el anterior, sino que, desde el poder, el Presidente fomenta una red de lealtades personales y familiares que favorece la expansión del caudillismo, (local y regional), y estimula la indisciplina social. Esto finaliza con la Revolución de Marzo, cuando es obligado Monagas a abandonar el poder.

El gobierno de los Monagas se caracterizó por ser personalista, apoyándose en un pequeño grupo de amigos y familiares, sometiendo al Poder Legislativo y Judicial a su voluntad, modificando la Constitución de acuerdo a sus intereses y provocando la corrupción moral y administrativa en forma generalizada. La situación político−social del país se deterioraba cada día más, unido al malestar económico por la crisis que se vivía y el deseo de José Tadeo Monagas de perpetuarse en el poder, logró que amplios sectores de la población conspiraran en contra de él y que los líderes tanto liberales como conservadores prepararan un movimiento revolucionario que lo sacó del poder. Este movimiento estalló en Valencia el 5 de marzo de 1858 y se conoce con el nombre de Revolución de Marzo y que llevó al poder a Julián Castro.

Aún en nuestros días el fantasma del caudillismo persigue a Venezuela, donde la ignorancia del grueso de la población es fundamental para el sostenimiento de ideas absurdas sobre el ‘personaje’ que debería regir los destinos de nuestro gran país. ¿Cúanto tiempo habrá que esperar para tener un futuro promisorio, libre de mezquinos personajes con ideas utópicas y populistas, que dañan de manera importante las estructura del país Venezuela y hacen aun mas difícil la salida de la crisis política y social, con sus altos y bajos, que dura desde el siglo XIX hasta nuestros días.

 

La enseñanza artística en la Venezuela del siglo XIX

            Cito textualmente: -La enseñanza artística en Venezuela de 1800 a 1850. Rescata los embrionarios esfuerzos pedagógicos del italiano Onofre Padroni (1804-1805), del cumanés José Juan Franco (1809) y del francés M. H. Gamezey (1812), antes de mostrar a Juan Lovera (diciembre 1825) como profesor de una «academia» de dibujo establecida por Vicente Méndez en su escuela primaria. Destaca luego la Escuela de Dibujo que, patrocinada por la Sociedad de Amigos del País con financiamiento gubernamental, dirigirá Joaquín Sosa desde su fundación (22 marzo 183S) hasta 1838. Reestablecida en noviembre de 1838, esta institución, llamada ahora Escuela Normal de Dibujo, será dirigida por Celestino Martínez hasta mediados de 1840. La escuela será entonces, desde septiembre de 1840, confiada a Antonio José Carranza, quien la dirigirá durante casi tres décadas. Se pone también en relieve la enseñanza del dibujo en colegios privados, como el de la Independencia (de Feliciano Montenegro Colón), el Roscío (de Manuel Antonio Carreño), el de la Paz (de José Ignacio Paz del Castillo), el de San Luis en Villa de Cura (de Celestino Martínez), donde enseñan artistas como el francés Arnaud Paillet y los criollos Carmelo Fernández y Celestino Martínez. Se destaca idéntica práctica en escuelas públicas como los Colegios Nacionales de Maracaibo y Margarita, y el Colegio de Niñas de Caracas. Se precisan iniciativas privadas en este ramo, como las de los franceses Sres. Mouls (1835), Amaud Paillet (1839) y Eugène Forjonel (1844), el polaco Albert Lutowski (1841) y el venezolano Carmelo Fernández (1845)’. (La enseñanza del arte en Venezuela durante la primera mitad del siglo XIX. Salvador González, José María (2003) Escritos: Revista universitaria de arte y cultura, Año 15, III Etapa (17-18). pp. 175-209).

 

 

 

           

 

 

 

 

  
   Juan Lovera (1778-1841)
      Celestino Martínez (1820-1885)

                                             Fotografía de Demetrio Paredes 1860.
                                              Colección José María De Mier.

 

          

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Carmelo Fernández (1809-1887)    Anton Goering (1836-1905)

 

En los albores del siglo XIX una Venezuela con ánimo independentista se erigía, pero no fue sino hasta la segunda mitad de esta centuria cuando la pintura histórica alcanzó los lienzos de los maestros criollos. Los retratos y otros temas laicos también acompañaron esta tendencia, ya que el Estado así lo propició. En este período también predominaron el género del paisajismo junto con el realismo, naturalismo y el romanticismo.

Por otra parte, también surgió en esta época una necesidad de organizar los estudios del arte razón por la cual en 1835 se funda la Escuela de Dibujo y Pintura, precedente importante del Instituto Nacional de Bellas Artes, establecido formalmente en 1877.

En el palmarés de artistas de esa época se encuentran los venezolanos formados en las academias del extranjero, que mostraron poca atención a las tendencias vanguardistas de Europa; los llamados pintores primitivos, que eran retratistas ambulantes que realizaban obras por encargo en las comunidades rurales; los pintores de taller, egresados de estudios en los que el trabajo artístico y artesanal tenían la misma jerarquía ; y los extranjeros que vinieron tras la búsqueda de temas exóticos y clientela y trajeron consigo las normas formales de la disciplina artística. Entre los extranjeros destacan los franceses Camille Pissarro y Eugène Forjonel, el alemán Anton Goering y el danés Fritz Georg Melbye (http://artedelperiodorepublicano2.blogspot.com/2008/11/la-pintura-republicana.html).

María Elena Maggi publicó ‘Camille Pissarro en Caracas’, patrocinada por el Banco Central de Venezuela, 2009 Nuevos Lectores Serie: Descubro. Se abre una ventana para conocer la obra que Camille Pissarro hiciera durante su estancia en Venezuela. El libro incita al espectador a conocer la obra del ilustre impresionista en su estancia de 21 meses en Venezuela en el siglo XIX.

 

         La Colección Pissarro, Melbye y Páez. En 1956 el Banco Central de Venezuela cumplió sus primeros cinco lustros de existencia. En junio de ese año, por sugerencia de don Alfredo Boulton, adquirió un importante conjunto de obras realizadas en Venezuela, a mediados del siglo XIX, por Camille Pissarro, Fritz Melbye y Ramón Páez (este último hijo del General patriota José Antonio Páez). Pissarro y Melbye estuvieron juntos en nuestro país entre 1852 y 1854, dejando una importante producción, testimonio de esos dos años. Esta Colección se exhibió por primera vez en 1966 en la nueva sede del Banco Central de Venezuela con motivo de su inauguración. Posteriormente se ha mostrado al público de manera total o parcial y la colección Pissarro ha sido prestada a prestigiosas instituciones a nivel internacional, en exposiciones organizadas en homenaje al gran artista impresionista. (http://www.bcv.org.ve/blanksite/c3/colecarte/infocolarte.htm).

 

En periodo comprendido entre el 17 de septiembre y el 19 de Noviembre de 1999, el Centro Cultural del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Washington, presentó la muestra titulada ‘Protagonistas de la pintura venezolana durante el siglo Diecinueve’ la que se organiza en cooperación con la Galería de Arte Nacional de Venezuela, y la colaboración del Banco Central de Venezuela y Empresas Polar.

Nunca antes había llegado a la ciudad de Washington una selección tan extraordinaria de obras venezolanas ilustrativas del acaecer pictórico del país durante el siglo XIX. Los cambios temáticos y estilísticos experimentados en la pintura durante el marco histórico seleccionado para esta exposición responden inequívocamente a las circunstancias que tuvieron lugar a medida que el país se consolidaba como república. No son por lo tanto situaciones estrictamente artísticas las que dichos cambios reflejan, sino el proceso mismo de la evolución del país como nación independiente y al mismo tiempo como nación joven que aún necesitaba tiempo para racionalizar su pasado y tratar de definir su futuro.

El contexto nacional es importante para entender la evolución de la plástica hasta la ruptura con la Academia y determinar la relación que existe entre el fenómeno artístico y las fuerzas ideológicas y políticas, aunque en última instancia sean las expresiones culturales las que nos permitan, a través de los magníficos ejemplos pictóricos seleccionados en esta exposición, definir un perfil general de la Venezuela del siglo XIX.

Este grupo de piezas sobresalientes de los artistas más destacados del período tiene el afán de esclarecer dicho contexto dentro del público norteamericano. En una segunda instancia, podría también llevar a establecer paralelos y similaridades con el proceso experimentado por la pintura en el resto del hemisferio. Se agradeció en ése entonces  muy especialmente a la señora Clementina Vaamonde, Presidenta de la Galería de Arte Nacional de Venezuela, quien puso a disposición con gran generosidad recursos humanos y técnicos invalorables, sin los cuales hubiese sido imposible la realización de este proyecto.

           

            En el mes de Marzo 2008 en Alicante-España, El Mubag (Museo de Bellas Artes Gravina) acogió la exposición ‘Camille Pissarro y otros artistas viajeros’. La muestra reunía un total de 87 obras realizadas por Camille Pissarro y por diferentes creadores extranjeros que permanecieron en Venezuela entre el siglo XIX y principios del siglo XX.

«Esta exposición está conformada por obras correspondientes a la producción de algunos de los creadores extranjeros que entre 1830 y la mitad del siglo XX llegaron al territorio que hoy constituye la República Bolivariana de Venezuela. Cabe destacar la importancia que tiene la obra de Pissarro hasta el punto de que hay obra del artista en cualquier museo de arte moderno»

Recogió, con sus dibujos y acuarelas, escenas y paisajes de la vida cotidiana de la época». La mayoría de las obras que conforman la muestra recogen temas como la atracción por la tierra y pinturas de la vida rural, en particular paisajes y escenas representando a personas que trabajan en el campo. Además de los dibujos, la exposición se compone de pinturas,

litografías, xilografías y tintas. La exposición, recoge 50 dibujos de Pissarro, del total de 87 que engloba la muestra, que realizó el artista durante los 21 meses, entre 1852 y 1854, de estancia en Venezuela.

Entre los temas tratados por Pissarro se encuentran los típicos paisajes de valles, árboles, montañas y caseríos humildes que dan fe del modo de vida en la Venezuela de mediados del siglo XIX. La exposición recoge otras 37 obras de artistas que siguieron el legado de Pissarro, entre las que destacan paisajes de intenso colorido del Barón francés Jean Baptiste Louis Gros, del naturalista alemán Ferdinand Bellermann y del zoólogo Antón Goering, así como dibujos del médico norteamericano Allen Voorhees Lesley. (http://www.europapress.es/00126/20080312165117/comunidad-valenciana-cultura-mubag-alicante-acoge-50-dibujos-camille-pissarro-plasman-venezuela-mediados-si.html); (Camille Pissarro en Venezuela 1ª edition Alfredo Boulton. Publicada en 1966 en Caracas. Alfredo Boulton, Stanton L. Catlin and Phyllis Freeman. Publicado 1968 por J. B. Watkins Co. New York).

            La Influencia de artistas extranjeros en el periodo 1840-1855 está marcado por el gran número de extranjeros atraídos a Venezuela por el exotismo y el misterio del Nuevo Mundo. Se les señaló en particular a los paisajes tropicales, gracias a la publicación (en París en 1814-25, y en Londres en 1852) de los estudios del erudito alemán Friedrich Heinrich Alexander Barón de Humboldt. Se ilustra este período con las obras del inglés Lewis Brian Adams, el alemán Ferdinand Bellermann, el francés Jean-Baptiste-Louis barón Gros, y Camille Pissarro.

 

ANÉCDOTAS DEL EGREGIO MEDICO VENEZOLANO DR RAFAEL HERRERA VEGAS Y LA FAMILIA PISSARRO

Rafael Herrera Vegas nació en Caracas el 30 de Octubre de 1834, era el décimo hijo de don Mariano de Herrera y Toro y doña Concepción de Vegas y Palacios. Siendo su familia de las más poderosas en Caracas, tanto en el campo social, como político y económico, la guerra civil los empobreció en grado sumo, ya que sus propiedades agropecuarias de los llanos de Calabozo en los cuales se herraron diez mil terneros en 1809, y de los altos de Valencia donde se producía el mejor café, les fueron confiscadas primero por los españoles y luego por Simón Bolívar.

Su padre se casó con su madre en noviembre de 1813, y en febrero de 1814, su suegro, el Coronel Pedro Vegas, fue asesinado por Rosete, uno de los lugartenientes de Boves, en su Hacienda “El Palmar”. El 6 de Julio del mismo año, junto con unas 20 mil armas y 1400 soldados, los Herrera Vegas, atemorizados por el avance de Morales y Monteverde, y bajo la jefatura de Bolívar, abandonaron Caracas rumbo a Oriente.

Al llegar a la costa, y con una pequeña embarcación marchan rumbo a las Antillas, logrando llegar a la Isla de San Thomas, que entonces pertenecía a la Corona de Dinamarca. Allí, fueron recibidos en su casa por la Familia de Pissarro, padres del célebre pintor impresionista Camille Pissarro, quienes les ofrecieron hospedaje y comida, allí nació la mayor de los Herrera Vegas de nombre Cármen.

Dos años después regresaron a Caracas, donde don Mariano pudo recuperar algunas tierras en Calabozo y así obtener el sustento para la familia, luego de Cármen vinieron Dolores, Mariana, Pedro, María Teresa, Josefa, Mariano, Francísco y finalmente Rafael en 1834. Mariano falleció en 1845, siendo Pedro quien asumiera la Jefatura de la Casa. "

Rafael, pasó sus primeros años en el campo, que amaba enormemente, pero hacia 1852 llego a Caracas Camille Pissarro, acompañado del Pintor danés Fritz Melbye, quien había sido contratado por el Principe de Orange para realizar pinturas de la Flora y la Fauna venezolanas. En retribución a las atenciones que habían recibido en San Thomas, los Herrera Vegas recibieron a Camille en su casa y a pesar de ser unos años mayor que Rafael, se estableció entre ellos una profunda amistad. Tiempo después, Camille invitó a Rafael a seguirlo en un viaje a París, para lo que este se reunió con sus hermanos mayores, quienes le aportaron los medios necesarios para el viaje, y así partió hacia la ciudad Luz. Allí comenzó sus estudios en pintura, pero al poco tiempo notó que sus compañeros lo superaban de habilidad, percepción de la luz, etcétera, y así decidió cambiar de rumbo y enfilar sus esfuerzos hacia la medicina, eligiendo para ello a la célebre Universidad de la Sorbona, donde obtuvo su título de médico cirujano

http://www.fm10bolivar.com.ar/diario-digital/informacion-general/se-recordo-en-centenario-del-fallecimiento-del-dr-rafael-herrera-vegas/art2491.aspx

 

                                      Dr Rafael Miguel Herrera Vegas

                                1834-1910

 

            A continuación un trabajo de Pissarro el viernes santo de 1854 que estaba en posesión de su amigo Rafael Herrera Vegas y la dedicatoria de éste cuando se lo envía a Paris.

 

‘La procesión del Viernes Santo frente a la Catedral de Caracas, con un estudio

subsidiario de la Virgen y la cabeza de una mujer’     Camille Pissarro

 14 April 1854

'Pissarro: Recuerda cuando estés en la opulenta Paris, la ciudad de los placeres que tienes en la desgraciada Venezuela un verdadero amigo’ Caracas Agosto 4 de 1854. Rafael Herrera Vegas’ "

cable negro, pluma y tinta marrón"

203 x 260 mm

 

 

Trabajos de Camille Pissarro en Venezuela

Se impregna de las ‘Ideas y Convicciones Pictóricas’ que lo acompañarían toda su vida  

         

              

 

Como se puede ver en su hoja de estudios de acuarelas que data de 1852, son bocetos de trabajadores que realizan tareas cotidianas (lavar la ropa y llevar bidones de agua entre otros), lo que nos hace recordar la frase del propio Pissarro que decía ‘Todo el arte es anarquista si es bello y bueno’

 

       

‘La Plaza Mayor de Caracas’ 1852- Camille Pissarro

                           Oleo sobre tela Colección ‘Residencia Presidencial La Casona’

                                    Imagen Cortesía Galería de Arte Nacional (CINAP)

 

 

               

                   ‘                           Escena del puerto, Paisaje y Figuras’ La Guaira, Venezuela- Camille Pissarro

                1852-1854                  plumilla y grafito 35. 4 x 51 cm

 

            Los dibujos y acuarelas que la componen permiten conocer los acentos preimpresionistas de Pissarro, que si bien entonces no se negaba a los escenarios interiores, al uso del negro ni a contornear las figuras para definir sus perfiles, mostraba ya su inclinación por el paisajismo y por las escenas al aire libre, su apego inicial a una pintura inspirada esencialmente por la visión de lo circundante, que incluyó la figura humana y su aspecto social. La diferencia entre esos trabajos y los que se consideran prototipos de su período impresionista propiamente dicho reside en que en éstos el tema es provisto por las circunstancias algo pintoresquistas de los lugares y por ciertos rasgos costumbristas y en aquéllos el tema verdadero era la luz y la incidencia de las condiciones atmosféricas sobre el paisaje (El período preimpresionista de Pissarro http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=184389)

 

‘Vista de La Pastora’ 1853. Camille Pissarro

                Plumilla y lápiz sobre papel" 23 x 33,5 cm

 

‘Estudio del Artista en Caracas’" Camille Pissarro 1854

            Acuarela en sepia, lápiz y tinta negra sobre papel"   26,6 x 36,7 cm

Aparecen Pissarro y Melbye

 

 

 

            Los paralelismos y similitudes entre el Pissarro venezolano y el Pissarro francés de 20 años después, se pueden evidenciar en éstos dos cuadros presentados a continuación.

 

‘A orillas del arroyo’     Camille Pissarro

      1852 – 1854   Lápiz sobre papel

 

           

Route du Fond de l'Hermitage’, Pontoise  Camille Pissarro 

                        1877

 

Otra muestra de lo que hizo Pissarro en Venezuela, lo vemos en escenas costumbristas, muy características de Pissarro en su época impresionista francesa de la segunda mitad del siglo XIX.

 

 

‘Baile en la posada’   Camille Pissarro   1852 - 1854

Acuarela en sepia sobre papel 36,4 x 53 cm

 

 

 

 

 

‘Bananeros’   Camille Pissarro    1852 - 1854

Acuarela y lápiz sobre papel 36,4 x 53 cm

 

 

 

       

          ‘Camino del Gavilán’ Camille Pissarro    1852 - 1854

Lápiz sobre papel   25 x 34,9 cm

 

 

 

‘Camino nuevo hacia Caracas’    Camille Pissarro  1852

Plumilla y lápiz sobre papel    23 x 33,5 cm

 

 

 

 

 

‘Serenata’" Camille Pissarro    1852 - 1854"

             Plumilla y lápiz sobre papel"   38 x 27,2 cm

 

 

 

 

 

‘Cocina al aire libre’    Camille Pissarro 1854

                     Acuarela en sepia, lápiz y tinta negra sobre papel 26,6 x 36,7 cm

 

‘Tocador de cuatro’  Camille Pissarro 1852 - 1854

Acuarela y lápiz sobre papel" 28,5 x 33 cm

 

 

A continuación veremos un trabajo en plumilla sobre el puerto d la Guaira, cercano a Caracas, que fue lo más lejos que llegó Pissarro en  su estadía en Venezuela, a diferencia de Melbye y sobre todo Bellerman que recorrieron toda Venezuela, plasmando cuadros de una belleza inigualable, cumpliendo con los designios humboldtianos de plasmar la naturaleza en toda su exhuberancia y esplendor.

 

Escena del puerto, paisaje y figuras’ Camille Pissarro 1852 - 1854

Plumilla y lápiz sobre papel 35 x 51,5 cm

 

 

                  

 ‘Estudio de aguadora’ Camille Pissarro     ‘Jugadores de Naipes’  C. Pissarro

       1852 – 1854    Lápiz sobre papel               1854. Lápiz sobre papel

 

 

 

‘La iglesia de la Candelaria’     Camille Pissarro

               1854 Plumilla y lápiz sobre papel 17,6 x 26,5 cm

 

 

                       

Nuevamente vemos 25 años después como hay reminiscencias de su trabajo en Venezuela en sus cuadros de Pontoise-Francia. (Vean a la mujer en oficio, vean los árboles y ramas)

 

Paisaje de Pontoise’      Camille Pissarro 1874

 

 

 

       

‘Rocas y selva tropical con figura sentada’    Camille Pissarro

                 1852 – 1854       Lápiz sobre papel

 

 

 

      

Vendedora del mercado en viaje hacia        ‘El Puesto del Mercado’  C. Pissarro

         Caracas       Camille Pissarro                       1890

                    1852 – 1854                                  A los 60 años

  Acuarela en sepia y lápiz sobre papel

                    A los 22 años

 

 

Curiosamente el finca donde se hallaba situada la casa donde tuvieron lugar las primeras sesiones de la Sociedad Patriótica de Venezuela en 1809 y 1810 estaba situada cerca de puente de Doña Romualda en la esquina del mismo nombre en Caracas, Venezuela. Pues bien Camille Pissarro hizo un dibujo del puente.

 

‘El Puente de Doña Romualda’, Caracas Camille Pissarro

1854

Museo de Bellas Artes, Caracas, Venezuela

 

Paula Nettel, en su trabajo Pissarro en Venezuela (http://es.scribd.com/doc/59618081/Pisarro-en-Venezuela) refiere ciertos aspectos de su estadía en Venezuela que resultan importantes. Cito textualmente: -A su regreso a Saint Thomas en 1847 trabajó un tiempo contra su voluntad en el comercio de su padre; en esa época estableció una fuerte amistad con un pintor danés, Fritz George Melby, quien deseaba volver a Venezuela, donde había estado con anterioridad. Pissarro se entusiasmó con el proyecto y partió con él a Venezuela en 1852 a la edad de 22 años. Permanecería dos años en Venezuela, donde por primera vez se dedicó a dibujar a tiempo completo. De este viaje Pissarro diría tiempo después: “no pude seguir soportando dicha situación y sin pensarlo más me fugué a Caracas para romper de esa manera con las amarras que me ligaban a la vida burguesa”.

            A pesar de su determinación, después de casi dos años, bajo la presión de su padre regresó a trabajar en el negocio familiar, pero ya con la determinación de consagrarse profesionalmente a la pintura. En efecto, el ahínco con el que trabajó Pissarro en Venezuela, además de su interés por el arte, tenía la motivación de convencer a su padre de su talento.  Pero no es sino hasta un año después de su regreso a la empresa familiar cuando obtuvo el permiso de ir a París a estudiar pintura. Los dibujos mostrados en las diferentes muestras que se han hecho de su trabajo en Venezuela, son piezas raras de su obra, ya que la mayor parte de ellos se perdió cuando fue destruido su taller durante la ocupación prusiana de 1870. En efecto, en estas obras, en su mayoría dibujos (lápiz, tinta y sepia), pero también algunas acuarelas, ya encontramos al pintor interesado en la naturaleza y en el ser humano. Así, los motivos elegidos de la vida cotidiana y los estudios de detalle de actitudes se repiten en una búsqueda de maestría. El interés de Pissarro por el paisaje se concentra en la vegetación de la selva tropical: rocas, palmas, lianas, palmeras. Una de las obras más logradas tiene como motivo la parte inferior de un gran árbol y sus viejas raíces. Los trazos de lápiz vigorosos y precisos muestran ya una gran maestría de la técnica del dibujo. Salta a la vista el gran interés del pintor por las especies vegetales, al grado de que por momentos uno creería estar viendo catálogos de botánica del siglo.

Si es verdad que en las reseñas de obras de juventud de grandes pintores como Pissarro un cliché es tratar de encontrar en las obras tempranas el genio en ciernes, en este caso no se puede dejar de lado el paralelo que indudablemente existe entre estas obras tempranas y la obra consagrada, por lo menos en el interés social que manifiestan.

Llama la atención la repetida representación de la vida del pueblo y sus tareas: lavanderas, aguadoras, cocina al aire libre, baile en la posada, serenata, etc. Entre las escenas de la vida cotidiana, las que se repiten más a menudo son las del mercado: vendedoras de fruta, vendedoras de hortalizas, los marchantes y sus clientes en el puesto del mercado, el peluquero de pueblo, mujeres que salen de misa, etcétera. El interés de Pissarro por un pueblo remoto no lo lleva, sin embargo, al exotismo. Tal vez porque no se trata de un francés citadino sino de un isleño descendiente de una pareja mixta, como ya señalamos.

En ninguna de estas representaciones encontramos la exageración presente en otros artistas cuando representan tierras lejanas. Pissarro da cuenta con gran naturalidad de las características de ese pueblo, como si toda su vida hubiera vivido ahí. Lo primero que imaginé cuando me dirigía a esta exposición fue que encontraría las huellas de la luz impresionista y su inspiración venezolana propiciada por la fuerte luz del trópico. Pero, para gran sorpresa mía, las acuarelas carecen de luminosidad, lo que sin duda se debe a que, al contrario del dibujo, todavía Pissarro no dominaba la técnica de la acuarela. Los colores no son brillantes, se limita principalmente a una gama de verdes y pardos que quieren sobretodo dar cuenta del vegetal; mas todavía no está presente un interés cromático. Así, el efecto que logra en estas acuarelas es el de la iluminación; además, estas obras carecen de la fluidez típica de la acuarela, tal vez debido a un pincel demasiado saturado de pigmento.

Sin embargo, la fuerte luz del trópico no está ausente. No se encuentra en las acuarelas, sino en los dibujos donde la representación una utilización muy sutil de los blancos del papel. Una de las conclusiones a las que se puede llegar es que su estancia en Venezuela sí contribuyó a fortalecer su interés por la luz, pero no es en el color donde la luz se encuentra mejor representada’. Fin de la cita

 

            El comentario de Cézanne de que ‘Pissarro tenía sobre los demás impresionistas la ventaja de haber aprendido a dibujar directamente de la naturaleza, en lugar de tener que desaprender las lecciones de la Academia’, resume el efecto de sus viajes con Melbye por la Venezuela de mediados de siglo XIX. Pone asimismo de manifiesto que ‘La tradición del viajero-cronista, en Latinoamérica y en el resto del mundo, fué un terreno de prueba para el método empírico como medio para reanimar el proceso intuitivo y expresivo del arte’

 

         

            Paul Cezanne por Camille Pissarro

 

 

            Alfredo Boulton (1908-1995) gran crítico de arte y autor de la Historia de la Pintura en Venezuela en tres tomos, refiere: cito textualmente: -‘Camille Pissarro, desde su comienzo, entró en la naturaleza, en el color y en la luz. Su falta de educación académica le permitió conocer los valores aun antes del dibujo de las formas. En cierto modo, se vio obligado a ello. Su única escuela fue la naturaleza. Para él no hubo escorzos artificiosos, modelos de yeso, ni desnudos; ni perspectivas y sus leyes; ni bodegones. El tuvo el sol, los verdes matices de la vegetación, el azul del Mar Caribe, que fueron preparando sus pupilas para ver directamente los modelos de la vida, no los académicos, los modelos de las gentes que paseaban, las mujeres que cocinaban en los ranchos; y sus ambientes “tenebrosos”, “caravaggiescos”, los encontró en Galipán (Venezuela).

            La obras venezolana de Pisarro consta de dibujos a lápiz, a tinta china, crayones y acuarelas; abarca diferentes temas, todos los que podían interesar al novel artista de veintidós años ávido de retenerlo todo: paisajes, escenas callejeras, costumbres de la gente, todo tomado del natural: vistas de las poblaciones desde una cierta distancia y en el interior de las mismas, entre las que se encuentran Caracas, La Guaira y Maiquetía. Fin de la cita.

 

            Sin duda la formación de un artista y en general la formación de la personalidad de una hombre se impregna en etapas juveniles y en la adultez temprana, como fue el caso de Pissarro, para luego reafirmarse con el pasar de los años y los avatares de la vida que no hacen sino confirmar los pensamientos que se tenían ya en la juventud. Este es el caso del Pissarro anticonformista, idealista de una sociedad mas justa, de una socialista a ultranza que llegó a coincidir con ciertas ideas del anarquismo de Proudhon.  De allí su negativa perenne a abandonar su vida de miseria por una convicción sublime que estaba en lo correcto, por eso se casó con la mujer de servicio de su madre en Paris, y por eso siempre aborreció las clases burguesas y enalteció los oficios del pueblo llano.

            Corría el año 1856 y en París se recuerda de la geografía caribeña de su juventud, que tanto le serviría para sus paisajes en la Francia rural por más de 50 años.

 

‘Paisaje con cabañas y palmeras tropicales’. Camille Pissarro

               1856

‘Dos mujeres charlando junto al mar’ Saint Thomas. Camille Pissarro

                    1856

 

Y comienza su lucha que duraría mas de 40 años….hasta la década de los años noventa del siglo XIX (a sus sesenta años), cuando encuentra la aceptación social y artística y el sustento adecuado para su familia (saliendo de la pobreza). Llega el éxito.

En 1830 se produce en Francia, un movimiento pictórico de gran importancia que, aunque convive con la pintura romántica francesa, se despega de ella en los temas y en la técnica, preparando el advenimiento de la pintura realista. Es la Escuela de Barbizón (1830–1870) del conjunto de pintores franceses reunidos en torno al pueblo de Barbizón, cercano al bosque de Fontainebleau, donde los artistas de este círculo llegaron a establecerse) formada principalmente por Théodore Rousseau, Jean-Baptiste Camille Corot, Jean-François Millet y Charles-François Daubigny. Otros miembros fueron Jules Dupré, Narcisso Virgilio Díaz de la Peña, Albert Charpin, Henri Harpignies, Charles Olivier de Penne, Félix Ziem, Alexandre DeFaux, Constant Troyon y Jules Jacques Veyrassat. Ésta escuela supone la transición del romanticismo al realismo por el camino del paisaje.

 

             

 Théodore Rousseau          Jean-François Millet     Jean-Baptiste Camille Corot

      1812-1867                            1814-1875                      1796-1875

 

Charles-François Daubigny

      1817-1878

           

Escuela de Barbizón- Fontainebleau

Miembros Fundadores

 

Al llegar a Francia Camille Pissarro tuvo cuatro grandes pintores que lo orientan y de los cuales Pissarro toma muchos detalles, más nunca recibiría clases de ellos. Abajo los vemos en fotos de Gaspard-Felix Tournachon llamado ‘Nadar’.  Son Courbet, Delacroix, Daubigny y Corot.

 

     

   Gustave Courbet          Eugene Delacroix    Charles Francois Daubigny

 

Jean-Baptiste Camille Corot

 

Asistiría a la Academia Suisse de Jules Suisse (en la foto abajo), por el simple hecho que había modelos desnudas posando para ellos, pero sin instructor. En ésa Academia se formaría el llamado Quinteto de la Academia Suisse que tanto darían que hablar en la historia de la pintura.

 

                                       

Jules Suisse

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ese quinteto de Piette, Pissarro, Monet, Fantin Latour, Guillemet y Whistler se ayudarían de muchas maneras en el curso de sus vidas, llenas de azarosos momentos y de un común denominador entre varios de ellos, como fueron las tremendas dificultades económicas.

Otros de los amigos que recorrieron los caminos duros hacia el éxito fueron:

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 Ellos fueron Paul Cézanne, Fréderik Bazille, Alfred Sisley, Armand Guillaumin, Auguste Renoir y Paul Gauguin.

Se reunían en el Café Guerbois en el Boulevard de Batignolles y posteriormente en el Café La Nouvelle-Athènes en la rue Pigalle en Monmartre. Abajo lo vemos en un grafico a creyón de Manet de 1869 y en una foto de la época.

 

           

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

  

En uno de los cuadros de mayor belleza de Fantin Latour hecho en 1870, ahora en el Museo D´Orsay , llamado ‘Estudio en el Barrio de Batignolles’  era el Grupo del Café Guerbois (ver a continuación):

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Camille Pissarro fue el menos espectacular de los impresionistas porque fué un pintor más tonal que esencialmente colorista. Pero, Decano

del Impresionismo, tuvo un importante papel como conciencia moral y guía artístico. La primera manifestación oficial del impresionismo fue la 1ª exposición organizada en 1874 en el estudio del fotógrafo Nadar, al margen del Salón oficial, por un grupo de pintores (Bazille, Cézanne, Degas, Monet, Morisot, Pissarro, Renoir, Sisley), cuyas obras motivaron el rechazo y la burla generalizada de la crítica y del público.

 

Gaspard-Felix Tournachon ‘Nadar’ (1820-1910)

 

 

Un cuadro de Monet, ‘Impresión, sol naciente’, motivó la denominación «impresionismo», creada con intención peyorativa por el crítico Leroy. Esta primera muestra fue el punto de llegada de un período de formación iniciado quince años antes por un grupo de artistas de la Academia Suisse (Pissarro, Cézanne, Guillaumin, Monet, Renoir, Sisley, Bazille), quienes, interesados en romper con los planteamientos pictóricos tradicionales y a partir de las innovaciones de Corot y de los paisajistas de la escuela de Barbizon- Fontainenbleau, se centraron en la pintura al aire libre y buscaron el plasmado cambiante de la luminosidad de los paisajes y de las figuras humanas.

 

            

Monet ‘Impresión al Amanecer’, 1872

Museo Marmottan Monet, Paris

 

En ésa primera exposición de los llamados ‘Impresionistas’ hubo dos grandes ausentes, uno, Manet porque no los apoyó, y el segundo Bazille porque fue fusilado en la Guerra Franco-Prusiana de 1870.

 

                

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

  

                Estando en Paris, sería el hermano de Fritz Melbye, su compañero en la aventura pictórica en Venezuela y Saint Thomas, el que lo ayudaría de manera incondicional en sus comienzos en Paris. En efecto Daniel Hermann Anton Melbye (1818-1875) pintor becado por el gobierno danés en Paris y con numerosas amistades influyentes en el ámbito artístico, lo ayuda a formarse y a relacionarse en ése mundo tan complicado e intrincado de las altas esferas artísticas parisinas y curiosamente según palabras del propio Pissarro fue él quien le enseñó a pintar ‘Cielos y Nubes’ ya que era un gran paisajista de marinas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

  

            Pissarro fue el único pintor del grupo impresionista que participó en las ocho exposiciones innovadoras impresionista celebrada en París entre 1874 y 1886. Se desempeñó como el principal organizador de la primera exposición, que abrió sus puertas en el estudio del fotógrafo Nadar, en abril de 1874. También fue Pissarro quien redactó la primera convención de la incorporación al grupo, entonces se hacían llamar la ‘Société Anonyme des Artistes’. Pissarro fue considerado como la figura central del grupo.

            Nacía el Impresionismo, y ante la indignación de Degas, que renegaba de ese apelativo, Pissarro afirmaba: -¿Y no es eso lo que estamos

haciendo? Pintar nuestras impresiones. ¿De qué otro modo nos expresamos?

La primera vez que me llevaron al estudio de Corot, él me dijo que la musa estaba en los bosques y que yo debía pintar mi impresión de lo que veía, tal como se reflejaba a través de mis sensaciones. ¿Qué somos todos impresionistas? De acuerdo. Usemos ese nombre como una banda de honor. Tiene sentido”

 

 

Abajo vemos a  Pissarro en varias fotografías de la época con su esposa Julie y con sus hijos, así como en su estudio en Eragny.

                        Luego otras fotos con su gran amigo Cézanne y con su familia

 

 

                       

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

  A continuación vemos una foto familiar de los Pissarro en Pointoise y más abajo en su estudio en Eragny en 1897.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La guerra franco-prusiana, episodio que tuvo lugar en 1870, deja un mal recuerdo en Pissarro. Al estallar la guerra, Pissarro, con su mujer y sus dos hijos, huyen a Inglaterra, donde se encuentra con Monet y Durand-Ruel. Cuando vuelve a su casa, tras firmarse la paz, su casa ha sido saqueada y de 1.500 cuadros, dibujos y bocetos, de sus últimos 15 años que tenía, sólo han quedado 40 óleos y algunos bocetos y pinturas guardados en casas de familiares y amigos. Tenía 43 años… y lo había perdido todo…

En ése época se hace el autorretrato que vemos abajo. Comienza una producción pictórica febril.

 

 

Camille Pissarro a los 43 años

1873. Autorretrato    Óleo sobre lienzo, 46 x 55 cm. Museo del Louvre, París

 

Decía, en 1878 a sus 48 años, -Debo mantener una calma filosófica: nada puede destruirnos, a menos que cedamos. Lo que siento ahora es habitual en cualquiera que tenga remordimientos por no mantener debidamente a su familia…. Debo asegurar a Julie que me alegra tener otro hijo. La fortaleza es un cemento que mantendrá en su sitio a la desesperación.

Eran años muy difíciles, como lo vemos en el aspecto de Pissarro y Cézanne abajo en retratos hechos por ambos.

 

 

 

           

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

            Igualmente los vemos en la fotografía de Renoir, uno de sus amigos, el cual aparte de sus dificultades tuvo que luchar con la artritis deformante para la cual inventó caballetes y poleas y pinceles atados a sus dedos completamente deformados por la enfermedad.

           

 

           

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

            Su mujer, Jullie Vellay, rechazada por su condición social (muchacha de servicio de su madre en Paris) y por su religión, se preguntaba entonces si ése triunfo justificaba tantos años de privaciones, dos hijos fallecidos atendidos por médicos que aceptaban como honorarios las pinturas…, miseria, hambre en muchas ocasiones a merced de la dádiva de amigos y conocidos… tanta indiferencia de los padres de Camille, tantas humillaciones en el afán de contar con la benevolencia familiar y social… ¿Valía la pena?. A Camille y Julie le sobrevivieron de sus 6 hijos, solamente Félix, Ludovic- Rodolphe, Paul Emile y Jeanne.

            Abajo vemos a Julie Vellay en una pintura de su esposo el año 1874.

 

Retrato de Julie Vellay, Esposa del artista Camille Pissarro

Musee de la Ville de Paris, Musee du Petit-Palais

France 1874

           

Al fín… el éxito esperado.. después de 40 años de miseria, desesperanza, angustia, catástrofes familiares y de no ser reconocido su trabajo, su esposa, y sus hijos …ni siquiera por sus padres… que incluso lo

desheredaron a su muerte, porque querían un hijo comerciante y no un pintor ‘sin futuro’. Tenía más de 62 años cuando la vida le empezó a sonreir… llegando el éxito y la respetabilidad por parte de la sociedad francesa….. Eran tiempos mejores.

           

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

  

"De una manera sutil -escribe Stone en su libro ‘Abismos de Gloria’ el liderazgo de los impresionistas pasó a las manos de Camille Pissarro. Desde ese momento en adelante, sería responsabilidad suya dar respetabilidad al nombre de impresionistas, conducir a los impresionistas hasta la aceptación y la prosperidad".

Satisfecho, Pissarro escribió en una carta: "Nuestra reputación crece constantemente; es obvio que estamos ocupando un lugar en el gran movimiento artístico moderno".

Su marchand, Paul Durand-Ruel (1831-1922), sostenía: -Sus pinturas, junto con las de Monet y Degás, son lo mejor de nuestra época". Theo Van Gogh, por su parte, decía a sus coleccionistas, -Pissarro ha cambiado nuestro modo de mirar el mundo. Nos ha dado ojos nuevos para observar la naturaleza, un nuevo entendimiento de nuestra tierra y de la gente que vive y trabaja en ella. La belleza que ha creado en estas tierras es inmortal. El reconocimiento llegaba también a través de los medios escritos. Stone reproduce parte de un artículo que Alfred de Lostalot publicó en la ‘Chronique des Arts’, en el que afirma: -Pissarro perdurará como el precursor de una fórmula artística que aún no ha sido fijada, pero cuya efectividad ya se ha hecho sentir en la producción de buena parte de la escuela francesa”. (http://www.monografias.com/trabajos12/pissarro/pissarro.shtml).

 

¿Quienes fueron los benefactores de Pissarro y de muchos exponentes del impresionismo?. Fueron marchantes, mecenas, médicos y amigos pintores en buenas condiciones económicas como veremos a continuación.

El primero de ellos su marchante Paul Durand-Ruel (1831-1922), que vemos abajo en una portada del libro de Pierre Assouline.

 

 

Luego veremos a Gustave Caillebotte (1834-1894), pintor francés, abogado e ingeniero, coleccionista, mecenas y organizador de exposiciones, perteneciente a una familia parisina de clase alta. Utiliza su fortuna para hacer de mecenas de sus amigos pintores, entre los cuales están Renoir, Degas o Monet. Financia también la organización de exposiciones impresionistas. Compra también cuadros a Paul Cézanne, a Edgar Degas, a Édouard Manet y a Camille Pissarro.

            Dejó expresamente a su muerte prematura a los 45 años un mandato de que todos los cuadros que él tenía de la escuela impresionista fueran pasados al Museo del Louvre en Paris. Dejó 18 cuadros de Pissarro, 16 Monet, 8 Renoir, 7 Degas, 3 Manet, 2 Millet, 9 Sisley y 4 Cézanne.

 

 

           

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Otro de los mecenas de Pissarro fue Theo Van Gogh (1857-1891), hermano de Vincent. Theo van Gogh en su época de empleado en la Galería Boussod, Valadon & Cia, alrededor de 1890  Foto de Ernest Ladrey (abajo)

 

 

El trabajo excesivo y el suicidio de su hermano, junto con su mal estado de salud, le provocaron un colapso mental en octubre de 1890. Su familia le ingresó en un hospital de Utrecht, dónde murió a causa de la sífilis a los 34 años, el 25 de enero de 1891, seis meses después que Vincent. Fue enterrado junto a su hermano en el cementerio de Auvers-sur-Oise.

            Otro de los benefactores de Pissarro y los impresionistas en general fue Julien ‘Père’ ‘Papá’ Tanguy (1825-1894), En su tienda-galería de Paris, gracias a su carácter jovial y entusiasmado, se reunían muchos artistas a los que proveía de pinturas y láminas japonesas y no pocas veces ‘prestaba’ pinturas, materiales y dinero… a cambio de pinturas, diseños, grabados o acuarelas. Como curiosidad, desde 1877 hasta 1893, su tienda era el único lugar en Paris donde las pinturas de Cézanne podían ser vistas y donde se vendían pinturas de Van Gogh a precios irrisorios, ya que nadie las quería.

           

Retrato de Julien ‘Père’ ‘Papá’ Tanguy, 1887

Van Gogh

Oleo sobre lienzo, de 92x75 cm. Museo Rodin. Paris

 

 

Tenemos a otro benefactor que fué Paul Gauguin (1848-1903). Gauguin gastó 17.000 francos en trabajos de Manet, Monet, Sisley, Pissarro, y Renoir, base de su aprendizaje, para aprender a pintar, sin decírselo jamás a sus amigos. Pissarro tomó un interés especial en enseñarle a pintar en Pontoise. En 1876 Gauguin fue aceptado en el Salón con un cuadro al estilo de Pissarro (ver abajo). Ambos tenían un común denominador con Dinamarca, Gauguin a través de esposa Mette Gad y Pissarro a través de la ciudadanía danesa por haber nacido en Saint Thomas (Indias Danesas Orientales) la cual mantuvo toda su vida.

 

‘Calle Osny de Pontoise en invierno’

Paul Gauguin

 

Otro de los benefactores fue el doctor Paul-Ferdinand Gachet (1828-1909) gran benefactor de los Impresionistas. Médico parisino graduado en Montpellier, homeópata y psiquiatra, amante del arte. Era un pintor y grabador aficionado y, además, protegió a varios artistas como Pissarro y Cézanne y trató de curar a Vincent Van Gogh en su etapa final, por ser gran amigo de Theo Van Gogh. Fue uno de los primeros compradores de cuadros de Cézanne, formando una importante colección que en 1952, su hijo donaría al Estado francés. Protector de los Impresionistas a los cuales solía dar hospitalidad en su casa de Auvers-sur-Oise, fue uno de los primeros coleccionistas de obras contemporáneas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Gran parte de su colección fue donada por el hijo Paul al Museo del Louvre en Paris y una parte de su colección se puede admirar hoy también en el Museo D´Orsay de Paris.

Georges de Bellio (1828-1894) fuñe otro ‘Amigo de los Impresionistas’. Georges de Bellio era un aristócrata rumano y un miembro de la familia Vacarescu, médico homeópata que trabajaba en el Hospital Hahnemann en París, y era miembro de la ‘Société Médicale Homœopathique’ de Francia.

De Bellio dejó Rumania en 1850 y comenzó a comprar pinturas de la escuela impresionista, entonces desconocida, pinturas de Renoir, Manet, Monet, Morisot, Sisley y Camille Pissarro

No cabe duda que alguna éstas pinturas fueron dadas en pago por su tratamiento homeopático, una práctica común en ese momento, pero de Bellio a menudo pagaba más de lo que le pedían, para ayudar a estos pintores, que luchaban en condiciones de pobreza y miseria para ser ‘aceptados’ por la sociedad francesa.

Renoir recordó más tarde. -Cada vez que uno de nosotros necesitaba 200 francos, corría al Café Riche, al mediodía. Estaba determinado a encontrar allí el Sr. de Bellio, que compraba cualquier pintura fuera traída a él, sin siquiera mirarla.

 

 

Habiendo coleccionado pinturas por tantos años, conocer el trabajo de los impresionistas, ayudaron de Bellio para encontrar su verdadera vocación, es decir un aficionado de la nueva pintura. Desde que era muy joven, su encuentro con los impresionistas le reveló un arte dedicado principalmente a la poesía del paisaje urbano, que Baudelaire y los Goncourts habían descubierto antes que él. Entre las primeras pinturas que compró fueron varios paisajes parisinos por Berthe Morisot, Renoir, Monet, Pissarro. Estaba encantado, no sólo por los temas urbanos elegidos por estos artistas sino también por el espíritu vivaz, espontáneo de su arte, que representaba el fruto de experiencias audaces y de una estricta observancia de las coordenadas de la sensación. Es su curiosidad científica lo que le llevó a estar entre las primeras personas que aceptaban los resultados de estas investigaciones artísticas, rechazados en el momento. Esto no le impidió protestar cuando Pissarro y Monet sacrificaban la libertad inspirada de su visión por las grandes  limitaciones del sistema. Su colección, indica que permaneció fiel a su primer amor, el movimiento impresionista.

Otro benefactor fue Théodore Duret (1838-1927) escritor, crítico de arte y periodista francés. Tras un período inicial de oposición al impresionismo, se convirtió en seguidor e impulsor de esta corriente (Pintores impresionistas, 1878).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

  

En su folleto ‘Pintores impresionistas’, 1878 Duret escribió: -Los pintores impresionistas descendían de los pintores naturalistas, que tenían por padres a Corot y Courbet, con los admirables Chardin y Watteau como antecedentes…..En Pissarro, ‘entre los impresionistas, es donde encontramos el punto de vista del pintor puramente naturalista. El ve la naturaleza simplificándola y en sus aspectos permanentes. Es pintor del sitio rústico, de la campiña abierta; presenta con sólido tratamiento, los campos después de la cosecha, árboles en flor o despojados por el invierno, rutas bordeadas de olmos podados y setos, toscos senderos sepultados bajo espesos bosques. Ama las casas aldeanas, rodeadas de  huertas y las granjas con sus animales domésticos y los estanques en donde chapotean gansos y patos. Sus telas transmiten, en muy alto grado, la sensación de espacio y soledad…’

No cabe ninguna duda, que ésas características, las aprendió y fijó en nuestra querida patria,Venezuela.

 

‘Plantación de cacao’ Camille Pissarro      1852 - 1854

Plumilla en sepia sobre papel

 

 

El Realismo Social en la Pintura del siglo XIX y los venezolanos en París, tuvieron una actuación destacada en el mundo de la pintura, bajo dos figuras de renombre como fueron Cristóbal Rojas (1858-1890) y Arturo Michelena (1863-1898).  Abajo vemos ‘La miseria’ de Cristóbal Rojas (1886). Y mas abajo ‘El Violinista Enfermo’  también de 1886.

 

 

 

Arturo Michelena, por su parte, tuvo su primer gran éxito en París en Le Salón des Artistes Français en 1887. Animado por su profesor Jean-Paul Laurens (1838-1921). Michelena presentó un lienzo titulado L’Enfant Malade (el niño enfermo)., con el cual fue premiado con la Medalla de Oro, segundo de su clase, el mayor honor que había dado esa academia a un artista extranjero. La pintura fue rápidamente considerada una pieza de arte y fue adquirida por Astors, en Nueva York, a finales del siglo XIX. En el 2004 Sotheby’s vendió la pieza de arte por 1.350.000 dólares, un récord para una obra de arte latinoamericana. (ver abajo)

 

                     

 

Abajo podemos ver el sincronismo vital de once grandes pintores donde Manet, Sisley, Bazille, Morisot y Cailebotte murieron antes que el gran Camille Pissarro.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Si Camille Pissarro pudiera enviarnos un mensaje a 109 años de distancia de su desaparición física, estaríamos seguros que sería algo así…. ‘Merci Venezuela pour votre lumière, votre paysage et votre peuple ... sera toujours dans mon coeur. Camille

Gracias Venezuela por tu luz, tu paisaje y tu gente ... siempre estarás en mi corazón.

 

 

 

 

BIBLIOGRAFIA CONSULTADA

1.    Uslar Pietri, 1959: 73. Materiales para la construcción de Venezuela

2.    Abismos de Gloria. Pissarro y los Impresionistas. Irving Stone Edit Emecé 1985

3.    La Filosofía de Alejandro de Humboldt.  Adolf Meyer Abich

http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/geografia/geoplan/anexfilo.htm

4.    La influencia de Alejandro de Humboldt en dos artistas venezolanos del siglo XIX: Carmelo Fernández Páez y Ramón Bolet Peraza. Roldán Esteva-Grillet. Dpto. Artes Plásticas, Escuela de Artes. Universidad Central de Venezuela. ARBOR Ciencia, Pensamiento y Cultura. Vol 185, Nº 740 noviembre-diciembre (2009) 1185-1196

5.    Stanton L. Catlin. El artista viajero-cronista y la tradición empírica en el arte latinoamericano posterior a la independencia. Arte en Iberoamérica 1820-1980- Dawn Ades y otros. Comité organizador, Ministerio de Cultura, Centro de Arte Reina Sofía. Quinto Centenario. Turner Editor. Colección Encuentros, Serie Catálogos. 1989 España p.41-63)

6.    Viaje de Humboldt 200 años. La escuela de Humboldt. Los pintores viajeros y la nueva concepción del paisaje. Beatriz González         Revista Credencial Historia.  (Bogotá - Colombia). Febrero 2000. No. 122.

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